Un nene de 10 años falleció en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela de Rosario, Santa Fe, tras sufrir quemaduras en el 90% de su cuerpo debido a un trágico accidente ocurrido en un basural. Según le había contado antes del trágico desenlace a sus padres, el lunes por la noche se encontró jugando con amigos cuando encendieron fuego una botella que contenía un líquido inflamable. La botella explotó y el menor fue alcanzado por las llamas. Ante la emergencia, su familia lo trasladó de inmediato al hospital en un vehículo particular y permaneció internado en terapia intensiva en "grave estado" hasta que en las últimas horas, producto de sus lesiones, falleció.
El director del hospital, Eduardo Casín, había explicado que las quemaduras por fuego directo, especialmente cuando afectan una superficie tan extensa del cuerpo, generan graves descompensaciones en el organismo que son extremadamente difíciles de tratar. Pese a los esfuerzos médicos, desde el inicio el pronóstico fue reservado y muy delicado. "Lamentablemente la superficie corporal afectada por el fuego es muy extensa. Estos son los cuadros más difíciles de todos. Las quemaduras por fuego directo, y más cuando son muy extendidas, son muy difíciles de tratar y el pronóstico no es bueno", había explicado el profesional.
El menor ingresó lúcido al hospital y pudo explicar lo sucedido antes de ser sometido a los procedimientos médicos necesarios. Sin embargo, las quemaduras provocaron daños irreversibles que comprometieron su salud de manera crítica. A pesar de las curaciones y los cuidados intensivos, el miércoles por la noche se confirmó su fallecimiento. De acuerdo con los médicos, el menor "recibió quemaduras por fuego directo en gran parte de la superficie corporal". El director del hospital ya había adelantado que el nene se encontraba "en estado crítico". "Ingresó anoche a la sala de cuidados intensivos", dijo.
Y había aclarado: "Desde ese momento los médicos trabajan para su recuperación. Luego de que le apagaron el fuego, lo trajeron al hospital en un vehículo particular. Llegó a relatar que estaban jugando en la calle con una botella a la que prendieron fuego como una travesura". Al mismo tiempo, Casín había remarcado cual es el pronóstico en este tipo de casos: "Lamentablemente la superficie corporal afectada por el fuego es muy extensa. Estos son los cuadros más difíciles de todos".
Además, sumó que al estar quemada la mayor parte del cuerpo "se generan descompensaciones del organismo que son muy difíciles de balancear aún con el mejor tratamiento instaurado" por lo que el chico tiene un "pronóstico muy delicado". "Es un cuadro extremadamente delicado. Las quemaduras por fuego directo, y más cuando son muy extendidas, son muy difíciles de tratar y el pronóstico no es bueno", había manifestado el médico en diálogo con el medio LT8.