Más
Policiales
Angustiante

Tragedia en el subte: el desesperado grito de una mujer en la línea B que terminó en amputación

La pierna de Ángela Molina quedó aprisionada entre el vagón y el andén.

01 Abril de 2025 08:59
El trágico momento se vivió en la estación Medrano de la línea B

Era una mañana como tantas otras en la Ciudad de Buenos Aires. El bullicio de los pasajeros, la impaciencia de la rutina y el vaivén de las formaciones del subte componían el paisaje habitual de la estación Medrano de la línea B. Pero a las 8:20, un instante trágico quebró esa monotonía: Ángela Molina, una mujer venezolana de 41 años, quedó atrapada entre el vagón y el andén. Minutos después, su vida cambiaría para siempre. La escena fue aterradora. Según testigos, el sonido metálico de las puertas cerrándose ahogó los gritos de advertencia. Ángela intentó subir al tren con su hija de 14 años. La adolescente logró entrar; su madre, no. Quedó atrapada. 

Ángela Molina, una mujer venezolana de 41 años

Su cuerpo pendía, literalmente "colgando", mientras la formación comenzaba a moverse. "El operador arrancó a pesar de los gritos", aseguró un familiar a medios venezolanos. El desenlace fue brutal: el tren la arrastró y su pierna quedó aprisionada entre el vagón y el andén. La fractura fue inmediata, la herida, irreversible. El protocolo de emergencia se activó tarde, cuando el daño ya estaba hecho. Bomberos, personal de Emova y médicos del SAME trabajaron en el rescate.

Ángela fue trasladada al Hospital Durand en estado crítico. Allí, los cirujanos tomaron una decisión desgarradora: para salvar su vida, debieron amputarle la pierna derecha. Su familia quedó devastada. Gregorio, su esposo, aún no puede comprender lo ocurrido. "No hubo manera de detenerlo", dijo con impotencia. "Mi hija logró entrar, pero ella quedó atrapada. La arrastró. La pierna se le rompió completa", agregó visiblemente angustiado, en diálogo con TN.

La indignación crece con cada declaración. "No se activaron los mecanismos de seguridad", denunció el abogado de la familia. "Lo llamativo acá es la negligencia o la imprudencia: nadie frenó", sumó el letrado. "No hubo ningún sistema de seguridad que evitara que el subte arrancara. Esperemos que ella se recupere. El trauma, por supuesto, va a ser muy grande, no solamente físico. Nuestros deseos de que ella se mejore y que tengan justicia", señaló Gregorio.

Gregorio, el esposo de la víctima

Desde Emova, la empresa concesionaria del subte, emitieron un escueto comunicado: "Se activaron los protocolos correspondientes y las autoridades investigan el hecho". Un formalismo frío ante una tragedia humana. La familia de Ángela lleva siete años en Argentina. Ahora, además del dolor, enfrenta el desafío de la rehabilitación, el trauma emocional y la lucha por justicia. "Esperamos que esto no le pase a nadie más", cerró el esposo de la víctima.