Tragedia en Termas de Río Hondo: un niño murió tras recibir un disparo en la cabeza mientras jugaba con su amigo

La noche del miércoles se tiñó de luto en la ciudad santiagueña de Termas de Río Hondo. Un disparo atravesó el silencio del pasaje 11 del barrio Villa Balnearia y marcó el inicio de una tragedia que conmocionó a todos: un niño de tan solo 12 años, identificado por las iniciales T.L.P, murió tras recibir un tiro en la cabeza mientras jugaba con su amigo, también de 12, en el interior de una vivienda. 

Todo ocurrió alrededor de las 20:50, cuando vecinos alertaron a los Bomberos Voluntarios por una situación desesperante en una casa de la zona. Al llegar, los rescatistas se toparon con la escalofriante escena: encontraron al menor gravemente herido y lo trasladaron de urgencia al Centro Integral de Salud (CIS) de Termas de Río Hondo. Allí, los médicos hicieron lo posible por estabilizarlo, pero ante la gravedad de la herida fue derivado al CEPSI, en la ciudad Capital. La bala, que había quedado alojada en su cuerpo, provocó lesiones irreversibles. Horas más tarde, y pese a los esfuerzos médicos por salvarlo, el pequeño falleció.

Según las primeras investigaciones, el hecho ocurrió mientras el menor visitaba la casa de su amigo, S.B.S. Ambos se encontraban solos en una habitación y, por razones que aún se intentan esclarecer, accedieron a una carabina que comenzó a ser manipulada entre ellos. Lo que parecía un juego terminó en un accidente fatal. Un disparo, seco y brutal, marcó un antes y un después. La infancia quedó atrás en un instante. Cuando efectivos de la Comisaría Comunitaria N° 57 llegaron al lugar, fueron recibidos por la madre del niño que vivía en la casa, quien les relató, entre lágrimas, que los chicos estaban "jugando" en la pieza cuando escuchó el disparo. 

La mujer, en ese momento, dijo no saber de dónde sacaron el arma. Sin embargo, los investigadores trabajan intensamente para determinar cómo accedieron a ella, y si el arma -una carabina- se encontraba debidamente asegurada. El fiscal Emanuel Sabater, a cargo del caso, dispuso el secuestro inmediato del arma para su análisis pericial, una inspección ocular en el lugar del hecho, el barrido electrónico del niño que manipulaba la carabina y la revisión de los dispositivos electrónicos de ambos menores. Además, ordenó la toma de testimonios a todos los posibles testigos y familiares, en un intento por reconstruir minuto a minuto cómo ocurrió lo impensable.

En las redes sociales, las muestras de dolor y los pedidos de justicia no tardaron en llegar. "No puede ser que un chico tenga acceso a un arma así. ¿Dónde estaban los adultos?", escribió una vecina en Facebook, mientras se multiplicaban los mensajes de indignación, tristeza y clamor por respuestas. Ahora, mientras el cuerpo del pequeño aguarda ser entregado a la familia para su despedida, la investigación continúa con la misión de esclarecer cada detalle del episodio y determinar cómo los menores accedieron a la carabina. Pero hay una verdad que ya es irreversible: una vida se perdió, una familia quedó rota y una comunidad se pregunta