Los resultados preliminares de la autopsia a las víctimas del triple crimen de Melchor Romero revelaron que el asesino utilizó un cuchillo con un “filo notable” con el que provocó entre 10 y 13 heridas cortantes. Graciela Holsbak, Raúl Félix Bravo y la pequeña Alma, de cinco años, fueron apuñalados y descuartizados el 1° de enero, presuntamente mientras dormían. Un adolescente de 17 años, hijo de Holsbak y tío de Alma, es buscado como principal sospechoso.
“La mecánica del agresor se dio con mayoría de cortes y no con lesiones punzantes, usando el arma blanca como si fuese un látigo”. Esa fue una de las conclusiones del peritaje a los tres cuerpos que se encontraban descuartizados en el interior de la vivienda de la calle 523 y 164, en la localidad platense de Melchor Romero. El cadáver de la pequeña Alma estaba en el interior de una bolsa, mientras que el de Bravo estaba cubierto con un mantel.
Según la pericia, el ataque a cuchillazos se extendió por apenas unos minutos, y de acuerdo con los primeros análisis las víctimas podrían haber estado dormidas. De todos modos, la autopsia confirmó que tanto Holsbak como Bravo presentaban lesiones que indican que intentaron defenderse de las agresiones.
Los cuerpos fueron hallados unas 18 horas después de haber sido asesinados. Holsbak (53) y Bravo (58) eran pareja desde hacía varios años, mientras que Alma era la nieta de Holsbak. El hombre murió producto de una herida a la altura del corazón que ingresó por el lateral, mientras que la mujer falleció producto de una “herida mortal a la altura del abdomen. La niña tenía una “herida cortante en el cuello”, y luego intentaron descuartizarla con una sierra, según los peritos.
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Por el triple crimen buscan intensamente a Ezequiel, un adolescente de 17 años, hijo de Holsbak de un matrimonio anterior, y tío de Alma. De acuerdo con el relato de vecinos, el joven vivía en la vivienda y tenía un amplio conocimiento sobre cuchillos y manejo de armas blancas, aunque el fiscal Marcelo Martini aclaró que aún no pesa una acusación formal en su contra, sino que busca tomarle declaración.
Según el fiscal, el adolescente vivía en la misma casa, aunque hacía días que no iba. “Se lo está buscando para hablar con él y saber qué pasaba”, aseguró Martini, quien aclaró: “Yo no lo acuso de nada, pero hay que tomarle testimonio”. Por ahora, el fiscal a cargo de la investigación no logró determinar el móvil, aunque aseguró que “la relación de familia no era muy buena, tenían problemas, pero como en todas las familias, tenemos que seguir indagando”.