01 Febrero de 2022 17:22
Iván Maximiliano Giménez, de 35 años, su pareja Erica Vanesa Romero, de 37, y Elena, la hija de ambos de apenas un año, fueron asesinados durante la madrugada del último sábado, luego de asistir al casamiento de Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra y Esteban Enrique “Pinky” Rocha, quienes están procesados en una causa por narcotráfico y son investigados por integrar la banda de Olga “Tata” Medina, condenada en junio de 2020 a cinco años de prisión por comercialización de drogas. Había sido el juez federal Carlos Vera Barros quien los acusó de “integrar una organización dedicada al traslado, acopio, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes” desde abril de 2016.
Leguizamón Ferreyra cumplía actualmente prisión domiciliaria en una casa ubicada en la calle Rueda al 200, porque tiene niños pequeños a su cuidado, mientras que Rocha había sido excarcelado en abril de 2021 por la Cámara Federal de Casación Penal. La investigación del triple crimen quedó en manos del fiscal Gastón Ávila, de la Unidad de Homicidios Dolosos y la Agencia de Investigación Criminal, luego de que el fiscal federal Claudio Kishimoto le ordenara a Gendarmería que arreste a Brisa Leguizamón “por el desprecio hacia las órdenes judiciales” y le exija a Esteban “Pinky” Rocha presentarse al Tribunal Federal para “notificarse de su situación procesal”.
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Desde entonces, los principales sospechosos del crimen se encuentran prófugos de la justicia. La justicia ordenó que los beneficios de ambos sean revocados: Brisa Leguizamón debe volver a prisión, mientras que “Pinky” fue declarado en rebeldía luego de no presentarse ante el fiscal. Actualmente, a él lo busca la Policía Federal Argentina por pedido del Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario, mientras que ella está siendo rastreada por Gendarmería. "El nombrado debía concurrir a la sede de este Tribunal el día 30 de enero del presente año a las 11 horas... Rocha no ha comparecido a la citación y tal conducta, es constitutiva de violación a las cargas que le fueran impuestas al momento de otorgársele la excarcelación”, aseguraron.
Por otra parte, el fiscal federal Claudio Kishimoto y la PROCUNAR, el ala de la Procuración que investiga delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias, pidieron la revocación de los beneficios de Brisa Leguizamón, quien por ley no podía salir de su casa, mucho menos para contraer matrimonio ante una multitud de de personas vinculadas al narcotráfico. De hecho, del evento fueron parte miembros del can Cantero, de la banda Los Monos. De esta manera, las autoridades aseguraron que ella y su pareja “han evidenciado un desprecio hacia el sometimiento de las órdenes judiciales y por lo tanto, se permite afirmar la existencia de un cierto riesgo de fuga y justifican y tornan razonable y necesario revocar el arresto”.
Iván Maximiliano Giménez y su pareja Erica Vanesa Romero viajaban en un Audi TT junto a la hija de ambos cuando, cerca de las 4 de la mañana, fueron interceptados por otro vehículo. Sin mediar palabra, los agresores acribillaron al conductor y a su bebé: Giménez recibió entre 8 y 10 disparos calibre 9 milímetros y su hija Elena, al menos 6. A pesar de las heridas, llegaron a volver al salón de eventos y desde allí, otro invitado los trasladó al hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria. Allí se constató que ambos habían muerto. Si bien una primera versión indicaba que Romero había sido trasladada junto a ellos al hospital, más tarde encontraron su cadáver dentro del auto que estaba calcinado.
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Alrededor de las 5 de la mañana, vecinos del barrio Espinillo alertaron que en un camino rural a unas 35 cuadras del salón de eventos se estaba incendiando un auto. Cuando los bomberos apagaron las llamas, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer. Fue un joven de 19 años, que estaba como invitado al casamiento, quien luego admitió ante la Justicia que él fue quien quemó el auto de las víctimas con la mujer dentro cuando intentó llevarla al hospital herida tras la balacera. De acuerdo al fiscal Ávila, el joven incendió el vehículo porque se "asustó" ante la posibilidad de ser interceptado por la policía. El joven no está imputado todavía, ya que no puede usar como elemento de cargo solo su propia declaración.
Lo que desapareció de la escena del crimen fueron los teléfonos de las víctimas. Según el secretario de Seguridad de Santa Fe, Jorge Bortolozzi, existen indicios de que Giménez y Romero fueron apuntados como responsables de la pérdida de un cargamento de 200 kilos de cocaína. Este antecedente es uno de los datos que analiza la Justicia rosarina a la hora de evaluar la hipótesis de una venganza planificada. También por estas horas se analiza la posibilidad de que haya existido un informante dentro del casamiento, el cual le dio avisó a los atacantes cuando el matrimonio y su pequeña hija abandonaron el lugar a bordo del Audi, ya que el auto de la pareja no era el que usaban habitualmente.