La madrugada del martes trajo consigo un hallazgo estremecedor en Tucumán: el cuerpo calcinado de una joven fue encontrado en un predio con galpones sobre la ruta alternativa camino a Alderetes. Las primeras investigaciones apuntan a que podría tratarse de Paula Alessandra Octaviano, una joven de 20 años desaparecida desde el viernes 13 de diciembre. La denuncia de su desaparición, radicada el lunes, desató una serie de operativos que culminaron en la localización del cadáver, aunque la identidad aún debe confirmarse mediante pruebas de ADN y distintos informes forenses.
A raíz del macabro descubrimiento, dos cuidacoches, hermanos y residentes del barrio La Costanera, están detenidos como principales sospechosos del presunto femicidio. Un tercer implicado está siendo intensamente buscado. Según fuentes policiales, la pista clave provino de un testigo que aseguró conocer a los autores del crimen. Esa declaración condujo a un allanamiento en el domicilio de los sospechosos, donde el propio padre de los acusados señaló a las autoridades el lugar donde se hallaría el cuerpo. "Si bien el cadáver está calcinado, las prendas encontradas coinciden con la descripción de la vestimenta que llevaba la joven desaparecida", indicaron.
Desde la Unidad Fiscal de Homicidios II, a cargo del fiscal Carlos Sale, detallaron que las pericias continúan en la zona, lideradas por el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y la investigadora Guadalupe Martínez, para esclarecer las circunstancias de este brutal asesinato. Las primeras hipótesis sugieren que la víctima podría haber tenido algún vínculo con uno de los detenidos, lo que refuerza las sospechas sobre el móvil del crimen. La comunidad de Alderetes está conmocionada por la brutalidad del caso, que se suma a una larga lista de femicidios que ensombrecen a la provincia de Tucumán.
La joven había sido reportada como desaparecida por su madre, Silvia Susana Molina, el pasado 14 de diciembre, tras dos días sin noticias de su paradero. Preocupada por la falta de comunicación con Paula, Molina se presentó en la Comisaría Seccional 11, donde radicó la denuncia. Según contó, la joven había salido de su casa el 14 de diciembre y, desde entonces, no había respondido las llamadas de sus familiares. Desesperada por encontrar pistas, se dirigió al barrio Costanera Norte, donde descubrió detalles clave sobre las últimas horas de vida de su hija.
Allí, Miguel Ángel Villagra, de 31 años, le relató que Paula había pasado la noche bebiendo junto a él y su hermano, Jesús Ángel Villagra, de 25 años, frente a los bares de la Terminal de Ómnibus. Según su testimonio, Paula se retiró para encontrarse con otra persona, lo que marcó el último contacto conocido con la joven. Horas más tarde, una voz femenina anónima alteró el curso de la investigación. En una llamada al Sistema de Emergencias 911, identificándose como concuñada de los hermanos Villagra, la mujer afirmó que Paula había sido asesinada y que su cuerpo se encontraba cerca de un galpón en la Ruta Alternativa, al acceso a Alderetes.
La misma voz señaló directamente a los Villagra como responsables del crimen. Con esta información, la División Homicidios, dirigida por el Subcomisario Javier Sosa bajo órdenes del Subdirector General Ángel Álvarez, se trasladó al domicilio de los Villagra en la calle Yamandú Rodríguez al 800. Los agentes detectaron actitudes nerviosas y respuestas inconsistentes en los sospechosos, hasta que Jesús Villagra realizó una confesión que estremeció a todos: "Mis hijos se mandaron una macana, mataron a la chica Paula y el cuerpo está al costado de un galpón, pasando los gitanos".
Guiados por estas palabras, el equipo realizó un rastrillaje en el lugar indicado. Allí, entre matorrales y al costado de un galpón abandonado, encontraron el cuerpo calcinado de Paula Alessandra Octaviano. El área fue inmediatamente perimetrada y puesta bajo la custodia del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), por disposición de la fiscal Guadalupe Martínez, de la Unidad Fiscal de Homicidios II. Miguel Ángel Villagra y Jesús Ángel Villagra fueron demorados como principales sospechosos del crimen. Mientras tanto, los investigadores trabajan para esclarecer los hechos y determinar la participación de los implicados en este aberrante femicidio.
Este nuevo hecho ocurre en un contexto de creciente indignación social ante la falta de respuestas efectivas frente a la violencia de género. Paula se suma a una trágica estadística que evidencia una crisis profunda en materia de protección y justicia para las mujeres. La violencia machista sigue cobrando vidas mientras las autoridades parecen incapaces de frenar la sangría. Tucumán llora a sus mujeres y exige que la impunidad no siga escribiendo capítulos en esta historia de horror.
El dolor de otra familia tucumana: Karen Rodríguez, enterrada por su propio tío
La misma provincia fue escenario, días atrás, de otro femicidio desgarrador. Karen Rodríguez, una joven de 22 años que había desaparecido en Concepción, fue encontrada sin vida por su propio padre, Mario, quien cavó con sus manos en el patio de la casa de su hermano, guiado por un instinto que lamentablemente no falló. El cuerpo de Karen yacía enterrado bajo una chapa en el barrio Cristo Rey. Las investigaciones señalaron a su tío, M.B., como el principal sospechoso, quien intentó escapar de la provincia pero fue detenido en La Rioja. El crimen desató una oleada de dolor e indignación en Concepción, donde vecinos y familiares exigen justicia.
Estos casos reflejan una realidad que Tucumán no puede ignorar. Según estadísticas, la provincia registra alarmantes índices de femicidios, situándose entre las más afectadas del país. Las historias de Paula y Karen no son excepciones, sino parte de un patrón que exige medidas urgentes. El grito de "Ni Una Menos" resuena con más fuerza que nunca, impulsado por familias desgarradas que luchan por mantener viva la memoria de sus hijas. En el rostro de Mario Rodríguez, todavía marcado por la desesperación de haber encontrado a su hija sin vida, y en el desconsuelo de los allegados de Paula, se reflejan las heridas abiertas de una sociedad que clama justicia.