Sebastián Rearte fue asesinado a sangre fría en la ciudad de Tucumán cuando creía que cumpliría el sueño de tener su propia camioneta. El hecho ocurrió en 2021, cuando el hombre tenía solo 39 años. Las primeras especulaciones apuntaban a que el hombre había sido interceptado y asesinado por un grupo de motochorros cuando se disponía a efectuar la compra del vehículo con una persona que había contactado a través de Facebook. Claro está, todo resultó ser una trampa y los investigadores descubrieron algo más: Rearte fue "traicionado" por su amigo, Daniel Alberto Salazar, quien confesó que formó parte de una emboscada para robarle los $500 mil que llevaba consigo para llevar a cabo la transacción.
El crimen ocurrió el 28 de febrero de 2020, cerca de las 20:00 horas, en la avenida Roca y Lincoln. Rearte, que era padre de tres hijos, llegó junto a Salazar -un supuesto amigo de confianza- a bordo de una camioneta Toyota Hilux, luego de una negociación hecha a través de Facebook con un hombre que le había prometido una camioneta a cambio de 500 mil pesos.
Al llegar al lugar pactado, se encontraron con que estaba cerrado y que debían pasar más tarde. Desconfiado, Rearte aceptó ir a tomar un café con Salazar y cuando regresó, no quiso apagar el vehículo. Casi de inmediato, fue atacado por dos hombres en una moto de color negro, lo que causó que intentara huir del lugar. Los delincuentes lo persiguieron unas 10 cuadras hasta la avenida Independencia, donde chocó con una camioneta Eco Sport.
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Los motochorros aprovecharon para acercarse, lo interceptaron y le dispararon a sangre fría, provocándole dos heridas en el brazo izquierdo, una debajo de la axila; y otra, en el codo. La víctima fue trasladada al hospital Padilla por su "amigo", pero murió al poco tiempo. Más de un año después, la Justicia determinó que se trató de una emboscada planificada por Salazar, quien armó la operación de compra y "lo entregó" a los motochorros.
Desde la Fiscalía en Homicidios I, a cargo de Adriana Giannoni, se había ordenado, en aquel momento, la detención de una persona y durante el fin de semana siguiente, se realizaron diferentes medidas para tratar de entender qué había pasado. La principal hipótesis del fiscal, por la forma en que se había dado el crimen, apuntaba a un presunto “entregador”.
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El caso llegó a juicio abreviado, ya que Salazar declaró que él formó parte de la organización criminal que ejecutó el asalto, actuando en conjunto tanto con los estafadores como con los motochorros para robarle a Rearte los $500 mil pesos y su camioneta Toyota Hilux. "Fue una emboscada por la venta de la camioneta que nunca iba a realizarse", sostuvo Verónica, cuñada de la víctima.
Si bien el autor intelectual confesó su culpa, la familia del hombre asesinado manifestó su indignación por el cambio en la carátula del caso, que pasó de 'Homicidio agravado, con una pena máxima de prisión perpetua, a 'robo seguido de homicidio, mucho más leve. "Él (por la víctima) sabía que Salazar no era una buena persona. Nos parece injusto. Una vida no vale 12 años, mi cuñado era un excelente padre, no merecía morir así. Salazar ya tenía siete causas", concluyó su cuñada.