Una joven de 30 años pasó por un calvario el último viernes, cuando salió a bailar junto a una pareja amiga en la ciudad de Rosario. Los tres conocieron a Gregorio Edgardo Urraco, quien se ofreció a llevarlos a sus respectivas casas terminada la noche, pero ella nunca llegó a su hogar: el hombre, comerciante de 57 años, la secuestró y abusó de ella durante todo el fin de semana hasta que, producto de un descuido, la víctima pudo comunicarse con una amiga para pedirle ayuda.
Todo ocurrió el viernes por la noche. El grupo de amigos pasó la velada en el boliche “La Cautiva”, sobre la calle San Nicolás al 2200, en el centro rosarino. A lo largo de la noche, la víctima conoció al acusado, quien lucía anteojos, barba y cabellera canosa la sacó a bailar y posó junto a ella para una foto, que imprimían y entregaban ahí mismo, a pesar de que enfureció luego ya que no quería ser retratado.
Dicha imagen le permitió a la policía de Santa Fe dar con el secuestrador más tarde. Resulta que al retirarse del lugar, el hombre -que había estado tomando algunas cervezas con la pareja amiga de la víctima- se ofreció a llevarlos a sus casas cerca de las 3:30. Los tres aceptaron subirse al auto y le indicaron su dirección. La pareja bajó primero y la joven de 30 años la entregó a su amigo la foto de Gregorio: “Cualquier cosa estoy con este".
Homenaje al jefe Gorgory: la Policía irrumpió en un teatro por error y casi le disparan a los actores
Un dato no menor es que la amiga de la víctima, preocupada por dejarla junto a un completo extraño, anotó la patente del acusado. Sus miedos no fueron en vano, ya que ella nunca llegó a su casa. Su hermano, que estuvo toda la noche al cuidado de sus cinco hijos, intentó rastrearla, pero ninguno de los amigos de la mujer tenía noticias sobre su paradero hasta que el sábado al mediodía logró contactarse con una amiga.
Entre lágrimas, le contó que había sido secuestrada y que temía por su vida. Si bien le aclaró que no sabía exactamente dónde se encontraba, llegó a avisarle que creía que estaba en la zona sur de la ciudad. La joven aprovechó un descuido del secuestrador, que se había ido al kiosco luego de que intentara drogarla, para contactarse con su amiga. “Ayúdenme, no sé dónde estoy”, “No me llamen”, “Este hombre no me quiere llevar a Rosario”, fueron los mensajes de la mujer.
De acuerdo con medios locales, la víctima le llegó a contar a su amiga que no podía mandarle su ubicación porque el hombre había cambiado la configuración de su teléfono y le pasó un video para que viera el lugar donde estaba cautiva. "Me tiene un hombre, me trajo al sur. Hablen con mi familia, es un estafador. Todo el tiempo me quiere coger”, disparó. Acto seguido, la hermana de la víctima denunció su desaparición en la Comisaría 15° de Rosario.
Un hombre acosó a Manguel, pero la Cámara anuló las pruebas por "violación de la intimidad"
Allí, entregaron todos los testimonios y pruebas que fueron recolectando hasta que la Agencia de Investigación Criminal de Santa Fe logró identificar al presunto secuestrador. Así, los efectivos llegaron hasta una casa sobre la calle José Hernández de la ciudad de Roldán, a 25 kilómetros hacia el oeste de la ciudad de Rosario, en el departamento San Lorenzo, y fueron recibidos por Gregorio cerca de las 22.30 del domingo.
Si bien negó conocer a la víctima y buscó por todas las formas dar por terminada la visita policial, los agentes vieron la silueta de una mujer y la hicieron salir. La joven se identificó con nombre y apellido, denunció que estaba siendo retenida en esa casa contra su voluntad, que estuvo cautiva durante todo el fin de semana y que el comerciante había abusado sexualmente de ella en varias oportunidades. Gregorio fue detenido en el momento, acusado por los delitos de abuso sexual y privación ilegítima de la libertad en una causa que estaba a cargo del fiscal en turno Fernando Dalmau y pasó a manos de la fiscal Noelia Riccardi de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual.