por Alejo Paredes
24 Abril de 2021 09:00Jorge Raúl Liegl tiene 36 años y por estas horas vive una pesadilla de la que espera despertarse pronto. A causa de un conflicto que inició en 2015, cuando sufrió un accidente que le ocasionó la fractura expuesta de uno de sus tobillos, su ex pareja le impide el contacto con sus dos hijos, F., de 7 años, y D., de 6. "No tengo contacto con ellos desde hace más de un año", le explicó el angustiado hombre a BigBang.
En su estado de WhatsApp, Jorge refleja una frase que espera que pronto se convierta en realidad: "F. y D., los amo. Todo esto va ser un mal recuerdo", dice aquel mensaje destinado a sus hijos, con quienes no tiene contacto desde que inició la pandemia de coronavirus. Actualmente, el hombre, que trabaja como peón de Campo, mantiene un conflicto legal con su ex mujer, Nilda María Vanesa Guzmán, por la tenencia de los chicos.
Según le contó a este portal, todo se vino a pique cuando la pareja vivía junto a sus dos hijos en Entre Ríos. "Tuve un accidente, nos veníamos llevando mal con la madre de los chicos porque a ella no le gustaba el campo. Nos veníamos separando y tuve un accidente bastante feo, me quebré el tobillo con fractura expuesta y me tuvieron que trasladar a Paraná para operarme", cuenta.
Y agrega: "En ese lapso, ella se volvió a mudar a Luján con los nenes, donde estaba su familia. Me llevó un año recuperarme de esa lesión, pero intentaba viajar todas las semana para ver a los chicos. Les tenía que pasar plata y los viajes no eran sencillos. Tenía bastante comunicación con ellos. Pero cuando me mudé para Luján, empezaron los problemas. No me dejaba traerlos conmigo, porque dicen que cuando los veía se enfermaban".
De acuerdo con sus dichos, el primer detonante surgió a raíz de un confuso episodio con la menor de sus hijos. "Un domingo a la tarde me llama insultándome, totalmente sacada. Me dijo de todo porque había llevado a la nena a la peluquería y yo no había sido. A partir de ahí, no me dejó ver a los chicos hasta que ambos empezaron el colegio", contó.
A medida que relata lo ocurrido, la voz de Jorge se quiebra. Después de cada frase, afirma, sostiene y aclara que ama a sus hijos con locura y que solo quiere volver a verlos. En ese sentido, afirma que se escapaba al jardín de la pequeña D. para poder estar con ella, sabiendo que la institución no es un lugar de reunión familiar. "Al jardín donde iba a la nena dejaron asentado que no me dejaba verlos", sostiene.
Pero las cosas con Guzmán empeoraron cuando él volvió a apostar al amor: "Mi novia tiene un nene, que en ese momento tenía 12 años, y mi ex denunció que el nene le había tocado la cola a mi nena. Eso nunca pasó y desencadenó problemas de todo tipo. En el transcurso de esa semana, fui a ver a mi hija al jardín, hablé con ella y me dijo que ella ya le había dicho a su mamá que Facu (el nombre del hijo de su actual pareja) no les había hecho nada".
Aquella supuesta falsa denuncia desencadenó una terrible pelea en la justicia. Ante la actitud de su ex mujer, decidió contratar abogados y consiguió pautar una audiencia conciliatoria, donde ambos se pudieron de acuerdo en un arreglo económico y en un régimen de visita. "Esto fue un mes antes de empezar la pandemia, los pude ver dos semanas y de repente, sin previo aviso, se los llevó a Tucumán", recuerda.
En diálogo con este portal, afirma que hace un año y dos meses que no tiene contacto con sus hijos. "Estoy reclamando la custodia de los chicos. El nene no va bien en el colegio por este tema y están todas las instituciones apoyándome. Mi hijo se escapa para mandarme audios porque la madre no los deja. ´´Me quiero ir con papito´, dice D.", cuenta el hombre que desde hace un tiempo lucha por volver a tener contacto con ellos.
Según explicó Jorge, el Juzgado de Paz de Luján del juez Alfredo José Reyes, a cargo de la causa que inició contra su ex pareja y quedó caratulada como "cuidado de hijos", se basó en un informe del Servicio de protección de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes, donde tratan de "verborrágica" a la madre de los chicos, para ordenar su restitución por habérselos llevado sin aviso a Tucumán.
En los documentos a los que tuvo acceso BigBang, señalan que Guzmán "vulneró los derechos de los niños ya que desde el mes de julio impide el contacto con su padre aduciendo de manera verborrágica y desorganizada relaciones en las que ella considera que sus hijos están en riesgo durante las visitas con su padre. Las mismas no tienen asidero alguno, uno de los motivos que la señora considera de suma gravedad es que Liegl le habría cortado el pelo a su hija".
Al mismo tiempo, el Servicio de protección de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes entrevistó a los menores y ambos manifestaron sus deseos de poder reencontrarse con su padre. "Me gusta vivir con mamá, pero también queremos ver a papá. A mi me gusta estar en las dos casas, pero mamá no quiere", le había dicho el pequeño F. a un asistente social el 21 de julio de 2019.
Y al mes siguiente, nuevamente entrevistado por los profesionales, el pequeño agregó: "Yo quiero verlo a mi papá, pero mi mamá quiere que él venga a mi casa porque ella dice que nos hace cosas, pero no nos hace cosas". Antes de su inesperado viaje a Tucumán y a raíz del conflicto entre sus padres, F. se encontraba bajo "tratamiento psicopedagógico" y había derivado a "tratamiento psicológico".
Al mismo tiempo, la Escuela Cardjin y el CEC, donde concurrían F. y su hermana D., señalaron en sus informes que no existía situaciones de vulneración de derechos que amerite la incomunicación de los chicos con su padre. "No existen motivos fundados para que F. y D. no tengan contacto con su padre, entendiendo que la decisión arbitraria de Guzmán afecta los derechos de los niños", remarcaron.
Y continuaron: "Los chicos no solo han expresado su deseo de volver a tener comunicación con su padre y su familia paterma, sino que también se puede inferir - a través de su conducta- que existe cierto malestar en relación con la figura materna". De acuerdo con Jorge una vez que inició el régimen de visitas, Guzmán decidió abandonar todo y mudarse a Tucumán.
En ese lapso, el hombre de 36 años sufrió la pérdida de su mamá, la cual venía luchando contra una dura enfermedad, y de su hermano. "El juez me hizo una orden de restitución de los chicos. Salí para Tucumán, pero por la pandemia no nos dejaban entrar a ningún pueblo. Violencia de cualquier tipo sufrí en manos de la policía. Cuatro días y medio adentro del auto estuve tratando de entrar", recordó.
Y sumó: "Conseguí una orden para entrar a Tucumán y me pusieron en cuarentena. En el hotel me llega una denuncia por supuesta violación (abuso sexual), donde mi ex me acusaba de haberla violado. Yo entré escoltado donde me hicieron un control y derecho al hotel. ¿En qué momento abuse de ella? Me pusieron una restricción perimetral por persona peligrosa y una vez más no pude ver a mis hijos".
A partir de esta inesperada denuncia -afirma- su vida terminó por derrumbarse. Su hija, de solo 6 años, le envió un mensaje asegurándole que el "amor" que le tenía se había terminado. "´Papá el amor se termino. Le haces mal mamá´, fue el mensaje que me mandó. Eso me partió en dos. Yo creo que ella la manipuló. Estoy con psicólogo, no puedo más y no pude volver a hablar con ellos", contó.
Debido a la denuncia por abuso sexual que le inició su ex mujer, se inició una causa paralela en Tucumán. "Yo fui con un informe de dos años y pico que se hizo de los nenes en Luján y a la Justicia de Tucumán eso no le importa. casi quedo detenido por algo que no hice. Me tuve que volver sin los nenes y se armó un conflicto entre juzgados. Ella denunció que la amenacé de muerte, que la iba a enterrar en el campo. Yo soy cero violencia, no l hice ni dije nada de eso", afirma.
Consultado por este sitio, Jorge sostiene que a él no lo sometieron a ninguna pericia para determinar si las acusaciones de su ex mujer son reales. "En un par de meses le llenó la cabeza a los nenes y ahora me tiene como un hijo de p...Tengo audios de mis hijos diciéndome que me aman, hay informes de la justicia que afirman eso y ahora ella me los puso en mi contra", cuenta, entre lágrimas.
Y suma: "La Justicia de Tucumán hacen un examen sin conocerme, ni una pericia hicieron para ver si lo que dice ella es verdad. Tampoco la sometieron a ella a un análisis clínico para determinar si realmente fue abusada. Solo la escuchan a ella. Por despecho hace todo esto. No soy un tipo violento. Me creo una buena persona y siempre traté de seguir por el buen camino. Tuve que pedir plata para recuperar a mis hijos y todavía le debo a mucha gente".
En este contexto, Jorge le aclaró a este portal que su ex mujer "enloqueció" cuando su pasar económico se complicó. "Yo trabajaba en el campo en Luján cuando nació F. Teníamos todas las comodidades. Como no le gustaba el campo, puse una carnicería y nos fue mal. Y ahí tuve que trabajar en un campo de Olivera donde me pagaban poco y la pasábamos mal", recuerda.
Y sigue: "En La Pampa me ofrecieron trabajar en un campo y mi mamá, para que no me vaya, me dio su campo de 90 hectáreas en Entre Ríos. El primer tiempo no la pasamos bien, al tiempo conseguí trabajo en una estancia y en una feria, y ahí no nos hacía falta nada. Pagábamos todo y los nenes iban al mejor colegio. Pero después el nuevo conflicto surgió porque a ella no le gustaba el campo y eran problemas constantes".
Finalmente, el hombre detalló que actualmente su causa quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia y concluyó: "Me arruinaron. Pusieron el informe de acuerdo a los dichos de ella y a mi nadie me preguntó nada. Trabajo solo para los abogados, no me alcanza ni para ropa. A F., la última vez que lo vi, se largó a llorar diciéndome que la mamá le decía que no nos iba a ver más. ¡No puedo más! Ella es una persona enferma. No sé si siente cariño o amor por los hijos, pero es una persona psicótica. La justicia está avalando a una persona enferma. Yo entiendo todo, pero una mujer dice cualquier cosa y me arruina la vida. Si alguien la violó, no fui yo".