El caso de María Agustina Fernández, la estudiante de medicina de 19 años que fue asesinada a golpes de manera feroz dentro de un departamento en Cipolletti, sigue en etapa de investigación y son más las dudas que las certezas las que rodean al caso investigado por el equipo de fiscales conformado por Martín Pezzetta, Julieta Della Cha y Rocío Guinazú Alaniz. "¡Es inmenso el vacío!", sostuvo Silvana Cappello, mamá de la víctima, consultaba por BigBang.
Agustina falleció el 5 de julio por la noche a causa de las graves lesiones que sufrió su cuerpo: los médicos del Hospital Pedro Moguillansky le habían diagnosticado muerte cerebral por el salvaje ataque. El hecho ocurrió el pasado sábado 2 de julio, entre las 19 y las 22 horas, en una casa ubicada en la calle Confluencia al 1300. Allí estaba Agustina, totalmente sola, esperando que Pablo Parra, el dueño de la casa, volviera.
Según la investigación, el hombre había salido -sin su celular- a comprar la comida. En ese momento, según declaró, delincuentes entraron en el domicilio, la golpearon salvajemente y escaparon con los celulares de ambos y aproximadamente 1000 dólares que estaban en el lugar. La fiscalía sospecha que la estudiante de medicina se habría defendido del ataque, porque sus manos tienen marcas compatibles con un intento de resistencia.
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De hecho, la mano izquierda de la estudiante estaba quebrada producto los golpes que recibió. Cuando el dueño de la casa finalmente volvió con la comida en la mano -de acuerdo con su primer relato ante las autoridades- se encontró con la espeluznante escena: la joven de 19 años se hallaba totalmente desfigurada, rodeada de sangre y completamente inconsciente en el piso.
Rápidamente dio aviso al 911 y una ambulancia la trasladó al hospital más cercano, donde fue sometida a toda clase de pruebas, sobre todo de presencia de reflejos, para determinar la presencia de actividad cerebral, algo que fue descartado con un último estudio. "Desgraciadamente hoy tenemos que decir que no; es muy triste la situación que nos toca vivir”, había dicho la directora del nosocomio.
La principal hipótesis que se investiga es la de un robo, aunque Silvana le aclaró a este sitio que los fiscales "no descartan" otras hipótesis u otros posibles móviles del ataque. "No descartan nada aún", afirmó. Parra, un trabajador petrolero, de 24 años, fue la última persona que vio con vida a Agustina. De hecho, de acuerdo con las autoridades estaban manteniendo una relación sentimental desde hace dos meses.
La joven estudiante pampeana había llegado a Cipolletti para estudiar medicina en la Universidad Nacional del Comahue. Soñaba con ser cardióloga. Ese sábado, Parra salió del departamento en el que vive en la planta baja del edificio situado en Confluencia al 1300 y, por ahora, solo un vecino lo vio abandonar el inmueble. Las cámaras del complejo habitacional no funcionan, así que el momento de su salida no quedó registrado.
Según relató a la policía, en su departamento había quedado Agustina. Planeaban cenar juntos, cuando regresara de comprar bebidas y de llevar una churrasquera a la casa de su padre. Una hora más tarde, al regresar a su departamento, Parra encontró a la joven estudiante en el piso de la cocina-comedor. Apenas respiraba. A las 20.20 en la central de emergencias del 911 se recibió un llamado en el que se solicitaba una ambulancia.
Aunque no se descarta ninguna hipótesis, Parra no aparece como sospechoso, pero los investigadores policiales y judiciales se enfocaron a verificar qué hizo, dónde estuvo y con quién se encontró durante los 60 minutos que transcurrieron desde que salió de su departamento hasta que regresó al edificio. No se llevó su celular. Luego de agonizar durante casi cuatro días, la joven estudiante pampeana falleció a raíz de la golpiza que le propinó su asesino.
Como parte de la investigación, los agentes del Ministerio Público revisaron más de 200 horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona hasta que finalmente dieron con un sospechoso del que, a casi un mes del hecho, no se sabe su identidad ni paradero. Desde la UFT1 de Delitos contras las Personas que conduce el fiscal Pezzetta subrayaron que “resulta de suma urgencia y relevancia ubicarlo para avanzar en distintas diligencias procesales”.
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El Ministerio Público Fiscal de Río Negro difundió el identikit de un hombre que habría estado en cercanías del lugar del homicidio. Se trataría de un hombre de entre 20 y 30 años, mide entre 1.60 y 1.70 metros, es de tez blanca y cabellos oscuro. La característica más particular que tiene es que cuenta con una serie de tatuajes en distintas partes del cuerpo. "Todavía se sigue buscando al identikit y ofrecieron $1.000.000 por datos", le aclaró Cappello a este portal.
De acuerdo con la investigación, el sospechoso tendría en sus cejas un tatuaje que se puede describir como un número 10, sumado a otros similares a cruces. Mientras que en sus manos tiene una serie de dibujos entre los que se destacan las letras que conforman la palabra “ROCK” en sus dedos. “Se solicita a toda la sociedad que en caso de conocer u observar a personas con características como las informadas, de inmediato aviso a las autoridades judiciales o policiales intervinientes. Se pone a disposición el teléfono celular del turno de la fiscalía (0299) 154167314, al teléfono de emergencias línea 911 o a la unidad policial más cercana”, pidieron desde el Ministerio Público Fiscal de Río Negro.
Sin embargo, se desconoce su nombre, apellido, edad exacta, ocupación y demás datos filiatorios sobre el principal sospechoso del femicidio de Agustina. "No hay nada concreto aún. Hay varias líneas de investigación y yo más que nadie me gustaría darles una respuesta", sostuvo la mamá de la víctima consultada sobre el avance de la investigación. En este contexto, el gobierno de Río Negro ofreció 1.000.000 de pesos de recompensa para las personas que aporten datos sobre el paradero del sospechoso del asesinato de la estudiante de medicina, ya que los investigadores creen que la joven de 19 años fue sorprendida por al menos un delincuente que ingresó a robar y que la atacó golpes.
La investigación se maneja con hermetismo “para no entorpecer el normal avance" y no se revelarán los resultados de las pericias, testimonios y demás elementos de prueba obtenidos. El fiscal Pezzetta es firme y desde su entorno sostienen que la principal hipótesis sigue siendo la de un homicidio en ocasión de robo, a pesar de las dudas de la familia de la víctima y a que no se descartan otros móviles del crimen. "Yo hago principal hincapié en esto de que no puedo cerrar la idea de que fue solo un robo de un celular y dinero....las mujeres no podemos vivir con tanto miedo, no se puede. Es inmenso el vacío", concluyó Silvana Cappello en diálogo con BigBang.
La madre de la víctima está segura de que su hija conocía o había visto alguna vez a la persona que la mató a golpes en su cabeza. De hecho, la teoría que maneja su abogado va por ese lado y no descartan que se haya tratado de un femicidio y aunque evitan decirlo, Parra sería uno de los apuntados. Desde el entorno de la familia de la víctima sostienen que la justicia se manejó "mal" en la investigación, ya que la última persona que estuvo con su hija fue testigo y no fue demorado. Durante las primeras horas posteriores al brutal ataque que sufrió Agustina, cree que se podrían haber recolectado evidencias en torno al vecino, como examinar sus manos y revisar su vehículo.
A Cappello nunca le cerró el relato que ofreció Parra como testigo, el tiempo que estuvo afuera de su casa, mientras Agustina lo esperaba en el departamento; y la actitud que asumió al verla tendida en el suelo, en medio de un charco de sangre: según su propio relato, revisó la casa y luego, pedir auxilio a sus vecinos. La mujer designó a un abogado particular que tiene matrícula en Neuquén y a un perito de parte. "Yo veo todo muy frenado, necesito ir y que me digan las cosas en la cara. Yo no quiero que nos tomen el pelo y que lo que pasó con mi hija quede impune. Pasan los días y es peor, no tenés una respuesta. Para mí, esto es una pesadilla. La quiero ver, la extraño horrores", había dicho en diálogo con LMCipolletti.
La mamá de la víctima acudió este martes a sus redes sociales para recordar a su hija Agustina. "Ese 9 de Febrero viajamos por tu sueño hacia Cipoletti, lloraste la mitad del camino, decías 'maaa me da miedo´. Ese día lo terminaste feliz alquilando tu departamento, feliz de haber pisado la sede Toschi Medicina, volvimos cansadas y agarradas de la mano en el colectivo...me falta todo..me haces falta, no me puedo resignar, te quiero acá conmigo", escribió junto a una foto donde se la ve con Agustina. La mujer afirmó que le duele muchísimo que la investigación apunte al identikit de una persona no identificada e insiste en que el ataque a su hija "no fue sólo un robo".