El juicio por la desaparición, el aborto forzado y la presunta muerte de Paula Perassi avanza cada vez más. Este jueves se presentaron ante el Tribunal dos testigos que resultaron claves para la investigación, además de que también declararon dos policías que fueron los que se dedicaron a buscar a la mujer de 33 años con ayuda de los perros rastreadores.
En comunicación con BigBang, el abogado de la familia Perassi, Adrían Ruiz, explicó que hasta ahora "la Fiscalía viene probando todo" lo que se planteó al inicio del debate.
Paula Perassi fue vista por última vez el 18 de septiembre de 2011.
Los acusados de la desaparición de la víctima son nueve: el amante Gabriel Strumia, su esposa Roxana Michi, la partera Mirtha Rusñisky, el chofer Antonio Díaz, el comisario Adolfo Puyol y los policías Jorge Krenz, Gabriel Godoy, Aldo Gómez y María José Galtelli.
El fiscal de la causa, Donato Trotta, tiene como principal hipótesis que el 18 de septiembre de 2011, la última vez que Perassi fue vista con vida, Striuma la obligó a interrumpir su embarazo de seis semanas y que mientras abortaba ella murió. Además, sostiene que con ayuda de cinco policías, su mujer, su chofer y la falsa partera, el empresario pudo ocultar el cuerpo de su amante sin que nadie sepa hasta hoy lo que de verdad sucedió.
Striuma y su esposa.
En este contexto, desde que empezó el debate declararon el ex marido de Perassi, Rodolfo Ortíz de Elguea, el papá de la víctima, un perito informático y un amigo íntimo de Perassi y Striuma; al mismo tiempo que hoy se sumaron tres nuevos testigos que revelaron detalles muy importantes para el proceso.
Según el abogado Ruiz, hasta ahora todos los testigos que hablaron ayudaron a esclarecer las cosas. El perito informático aseguró ante los jueces que Perassi había usado su computadora para buscar en Internet dónde y cómo podía hacerse un aborto, mientras que el esposo confirmó que su mujer tenía escondido un segundo celular con el que hablaba con su amante.
Juicio por Paula Perassi: el amante, su esposa, un chofer y una partera son los principales acusados
Del mismo modo, el martes de esta semana José Luis Freijomil, amigo de Gabriel Strumia y Perassi, contó ante el tribunal que el día anterior a que la víctima desapareciera, ellos mantuvieron una conversación por Facebook, donde hablaron de la relación extramatrimonial y del embarazo de seis semanas.
Perassi tenía mucho miedo y no quería hacerse el aborto.
“¿Me podés decir qué hago? ¿Cómo mierda hago para estar tranquila?”, le preguntó Perassi a su amigo, y en su respuesta él intentó calmarla y le dijo que nada malo le iba a pasar.
En esa charla, la mujer de 33 años le explicó a su amigo que iba a hacerse un aborto, porque su amante estaba muy nervioso y no quería que ella tuviera al bebé. Sin embargo, también habló del miedo que tenía por hacerse esa intervención, ya que un médico le había aconsejado que no lo hiciera por unos quistes que tenía.
“Llegó el día. Si no me ves más por Face, es porque pasó lo peor“, le aseguró, y agregó que tanto ella como Strumia iban a viajar a Rosario a ver a un profesional. “Tengo dos hijos y no quiero que me pase algo a mí para no causar dolor a los demás. Él está muy loco, tuvo que ir al médico; no quiere tenerlo por todo lo que generaría alrededor nuestro”, aseguró la víctima respecto a lo que su amante pensaba sobre el bebé en camino.
Se cree que a Perassi la llevaron a Timbúes para abortar.
Después de estas fuertes declaraciones, tres nuevos testigos se presentaron este jueves en el Centro de Justicia Penal de Rosario. El primero en hablar fue un mozo de un bar del pueblo Timbúes, localidad donde se cree que se forzó a Perassi a abortar.
"En ese momento el mozo tenía 15 años. Él reconoció que Paula había estado en ese bar con un vecino suyo, que era Díaz, y con un señor alto de bigotes, que era Strumia. En ese momento (2011), a él lo apretaron. Lo dijo hoy ante los jueces. Contó que lo amenazaron y que lo llevaron a una rueda de reconcomiendo, y que ahí dijo que no estaba seguro de si era Strumia, pero ahora dijo que sí lo reconoció, a pesar de que se había afeitado los bigotes", contó Ruiz.
Según el mozo, el hermano del chofer Díaz lo amenazó a él y a su hermana, y como no lo dejaron entrar junto a su mamá a la rueda de reconocimiento, él no se animó a decir la verdad.
Un mozo declaró que vio a Perassi en el pueblo donde se cree que abortó.
Además, el joven que ahora ya es mayor de edad, contó también que él trabajaba en ese bar con la hija de la partera Mirta Rusñisky, y le dijo a los jueces que todo el mundo en el pueblo sabía que esa mujer era "abortera".
Después de este relato, se presentaron dos agentes de la policía, quienes explicaron cómo se llevó a cabo el rastreo de Perassi con perros especializados. "Los perros rastrearon a Paula en una garita que hay en el límite del pueblo. También fueron al bar y hasta a la casa de Díaz. En el video se ve muy clarito. El perro va caminando y en un momento va a la casa de Díaz, y sigue hasta el auto donde huele la parte de atrás, porque era un auto de dos puertas", sostuvo el abogado.
La partera Mirta Rusñisky junto a Striuma y su esposa.
Hacia el final de la jornada, declaró por último la subcomisaria María Olivieri, quien durante la investigación hecha años atrás, descubrió que anteriormente Rusñisky vivía en Misiones y se dedicaba a trasladar mujeres para la prostitución.
Aunque los abogados de los acusados quisieron inculpar a la subcomisaria por falso testimonio ante una equivocación que tuvo, lo cierto es que el Tribunal no dio lugar y finalmente la policía contó cómo fue la requisa que hicieron en la casa de la partera, donde encontraron pastillas para provocar abortos.