La escena duele por donde se la mire. Una moto que queda destruida sobre el asfalto, un cuerpo joven que yace inmóvil a un costado de la vereda, y una ciudad que otra vez se despierta con una noticia que desgarra: Dylan Bustamante, de apenas 25 años, murió este martes por la noche en Lanús, tras ser embestido por un patrullero de la Policía Bonaerense que circulaba a toda velocidad, con las sirenas encendidas y -según se ve en las cámaras de seguridad- a contramano.
El impacto fue brutal. Eran cerca de las 22.00 cuando Dylan, que volvía a su casa luego de cursar, fue sorprendido por el móvil policial en la intersección de San Martín y 25 de Mayo. No tuvo tiempo de esquivar, ni de frenar. El patrullero cruzó en sentido contrario, supuestamente apurado por acudir a un operativo en la estación Lanús del ferrocarril Roca. Pero en el camino dejó una vida truncada. La vida de un pibe que, según su hermana, "nunca hizo mal a nadie".
Las imágenes de una cámara de seguridad -una de las pocas que sí funcionaba en la zona- muestran el momento exacto en que el patrullero se mete en la mano contraria, intentando evadir el tráfico. En segundos, la motocicleta Corven 150 que manejaba Dylan es arrollada. El joven sale despedido por el aire y golpea violentamente contra el asfalto. La agente que conducía el vehículo policial fue la primera en acercarse a él, pero ya era tarde. "El celu, la billetera, los libros y el termo... esas eran sus pertenencias. Volvía de estudiar. No estaba escapando de nada, no estaba en ningún quilombo. Volvía de estudiar", escribió Eliana, su hermana.
En una desgarradora publicación en redes sociales, sumó: "Nos enteramos horas después de que estaba en la morgue. Nadie vino a avisarnos. Nadie nos explicó nada". La familia de Dylan exige respuestas. Exige justicia. Exige humanidad. Denuncian que en la comisaría aún conservan sus objetos personales, que ningún fiscal se presentó en el lugar del hecho, que nadie les dio la cara. "No voy a parar hasta que se aclare. ¿Cómo puede ser que justo la cámara del lugar no andaba? ¿Casualidad?", cuestiona Eliana, entre la bronca y el dolor y aclara: "Loco, venía de cursar y una mina al volante de un patrullero lo chocó...se llevaron un testigo, no vino ningún juez... nada...".
La causa fue caratulada como homicidio culposo y quedó en manos del fiscal Martín Rodríguez, de la UFI N.º 5 de Lanús. Por la intervención de un patrullero en funciones, también se dio parte a la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense. Pero, como suele pasar, el tiempo empieza a jugar en contra. Y el miedo de los familiares es uno solo: que el caso quede en la nada. Dylan tenía sueños. Tenía una rutina, una familia que lo amaba, y una vida por delante. El patrullero iba a contramano. Las imágenes están. El silencio oficial también. No fue un accidente. Fue una tragedia evitable.