por Daniel Riera
18 Marzo de 2017 11:28El jueves pasado, cerca de las nueve de la noche, a poco de llegar a su casa en Liniers el doctor Carlos Labadet, un eminente cardiólogo, vivió una pesadilla: cuatro hombres armados lo secuestraron y exigieron un rescate millonario por su vida. La intervención rápida de su esposa, Diana Masso, y el hecho de que haya mantenido la calma permitieron que pueda estar para contar la anécdota de uno de los peores momentos que le tocó en suerte. En diálogo con BigBang, algo sorprendido porque ya trascendió la noticia de su secuestro reciente, Labadet describe lo ocurrido.
-Todo esto pasó en Liniers, sobre la calle Murguiondo. Yo estacioné mi auto unos 50 metros antes de mi casa, un auto se puso paralelo al mío, se bajaron dos personas con armas y me empezaron a pedir plata, sumas increíbles, y a decirme que fuera viendo a quien le iba a pedir dinero, me pedían 500 mil pesos, sumas así por el estilo, y yo les dije que era médico, que me resultaba imposible juntar ese dinero, pero que en mi casa tenía algo y que les podía dar lo que tenía. Me preguntaron si tenía cámaras en mi casa y les dije que sí, para que no fueran, me pidieron el teléfono de mi esposa y la empezaron a llamar, con insultos y amenazas.
-¿Iban en su auto o en el de ellos?
-En el de ellos. El auto mío intentaron llevárselo pero no pudieron ponerlo en marcha. Iban a mucha velocidad, hablando por teléfono con mi mujer, yo escuché que le dijeron que pusiera el dinero en una bolsa, que ellos la iban a guiar. En todo momento me pareció que estaban apurados, asustados, preocupados por la policía, y le insistían a mi mujer que viniera sola. Eran cuatro: el que manejaba era de un nivel intelectual más alto, con el que se podía manejar la situación. Los otros tres muchachos, cuando conversaban con mi esposa, apenas entendía lo que le estaban diciendo.
-¿Llegó a verles las caras?
-No, porque de los cuatro bajaron dos y apenas me agarraron me hicieron poner la cabeza entre las piernas y me quedé agachado sin mirarlos.
-¿Le pegaron?
-En algún momento me pegaron un culatazo con la cabeza, no fue nada grave por suerte. No hubo que ponerle puntos, una venda y nada más.
-¿Cómo llegan a encontrarse con su esposa?
-A mi mujer le dieron la instrucción de encontrarse en una Esso de Liniers, luego le dijeron que siguiera hasta Beiró, luego la hicieron parar en plena General Paz y que prendiera las balizas. Bajaron la ventanilla y ahí escuché que ella les daba una bolsa con el dinero. A los pocos metros, en la bajada sobre Constituyentes, me empujan y me hacen salir por la puerta izquierda. Me largaron justo ahí. Mi mujer estaba bajando por ese mismo puente y ahí mismo me encontré con ella. Los ladrones no sé que hicieron luego.
-¿Cuánto duró la secuencia?
-Todo habrá durado una hora, una hora 10 minutos... Yo traté de mantener la calma y me di cuenta de que estaban como apurados, que querían las cosas rápido. Los dos que venían conmigo atrás estaban armados. Los de adelante supongo que también, pero no les vi el arma.
-¿Cómo se entera la policía?
- En el lugar donde me secuestran hay una luz de calle de mucha intensidad, todo se hizo debajo de esa luz. La policía estaba totalmente al tanto, hizo un operativo para tratar de seguirlos pero no los encontró. Los llamó gente que estaba ahí, que vio el secuestro.
-¿Temió por su vida?
-Y, sí, porque decían "Consigan la plata, porque si no te vamos a meter un tiro". Te pegan, te maltratan. A mi mujer por el celular la maltrataban, la insultaban, le hicieron mantener el celular en altavoz y se ponían muy nerviosos cuando escuchaban otras voces, o un ruido. En un momento se pusieron paranoicos, pensaron que mi mujer venía con la policía, vaya a saber por qué, y le dijeron "Si venís con la policía negociamos de otra manera". Ellos salen de la General paz, la ven a mi mujer y vuelven a meterse. Hasta que vino ella, entraron y salieron varias veces. Está visto que los controles en la zona están muy relajados, es evidente que no hay cámaras de seguridad. Me gustaría mandarle una carta a la ministra de Seguridad para contarle eso. En ese momento traté de mantenerme con la cabeza fría, ni forcejeé ni traté de tirarme del auto, porque eso no tiene ningún sentido.
-¿Cuánto dinero les dio su esposa?
-Mi mujer estaba tan nerviosa que no sabe ni lo que puso. Calcula que serían unos 30 mil pesos, con todas las cosas de valor que había en mi casa. No sólo dinero, las alianzas, un reloj y el celular, que era un iPhone. Estaban preocupados por el iPhone, me preguntaron si tenía localizador. Les dije que sí. Escuché que decían que lo iban a tirar.