No hay noticias de Diana María Quer López-Pinel, la joven hija de una argentina desaparecida en España. Después de una semana de indagaciones y a tres de la desaparición, ocurrida el pasado 22 de agosto, se extiende un tejido de dudas, sospechas y enigmas que deja en la mira de los investigadores a sus propios padres.
En el caso de Diana, la madre que lleva el mismo nombre de su hija desaparecida, su cambio de actitud llamó la atención. Pasó de pedir ayuda en los medios a refugiarse en su casa. Es que ella misma es el foco de la investigación debido a que su relato de los hechos no cierra por ningún lado y presentó contradicciones.
Diana contó que había dejado a su hija a las 22.30 en el parque Valle Inclán, donde se realizaba una celebración tradicional. Luego, en su segunda declaración volvió a repasar los hechos y habría cambiado datos en su relato.
La madre evita el contacto con los medios.
Los vecinos de la familia aseguran que madre e hija mantenían fuertes discusiones en público. De hecho, antes de la desaparición habían asistido a una guardia médica por una supuesta descompensación y ataque de ansiedad de Diana (hija) producto de una discusión.
Juan Carlos, el padre de Diana también es investigado. La joven y su madre lo denunciaron poco tiempo antes del fatídico 22 de agosto, por haberla retenido en su casa y haberle quitado el teléfono celular. Ahora se evaluará si existe alguna relación posible del padre de la joven con el hecho de su desaparición.
En los últimos días se supo con certeza que la joven de 18 años dio señales de vida en la madrugada del 22 de agosto por última vez a las 3.30. Hasta el momento, se sabía que le había enviado un mensaje a las 2.43 a un amigo, pero luego de realizarse las pericias en su celular, la señal detectada finalizó casi 50 minutos después.
Según indicaron los testigos, Diana fue vista de nuevo horas más tardes en el centro de A Pobra do Caramiñal (La Coruña), la villa costera en la que veranea su familia. Uno de ellos sostuvo que se la encontró a las 7 pero vestida con ropa distinta, posiblemente un mono negro, como si se hubiera cambiado.
Diana tiene 18 años y estaba terminando el secundario.
Por su parte, la familia descarta que se trate de suicidio o secuestro. Tampoco considera posible una fuga del hogar. Pero desde las autoridades de la Guardia Civil, a cargo de la investigación, afirman que “todas las hipótesis siguen abiertas”.
Pese al tiempo transcurrido y al fuerte dedicación en el rastrillaje que hace parecer poco probable que la joven siga en A Pobra, desde el lunes se han redoblado los rastreos y se han extendido a la ría de Arousa, con la intervención de la Infantería de Marina.
LO QUE DICE SU CELULAR
En el medio del camino, Diana envió mensajes. El registro de llamadas entrantes y salientes del teléfono de la chica aportó más claves. Diana salió de la fiesta con dos amigas, se despidió a las 2:30. A la 1:21 su madre la llamó, y según declaró ante la Justicia, deseaba saber si quería que fuera a buscarla. En teoría, Diana tenía poca batería en el celular y al momento en que la madre hace la denuncia, el celular no tenía señal.
En los últimos mensajes que envió desde su celular dijo estar asustada.
Hasta ahora se creía que su última conexión había sido a las 2:43., el momento en que envía unos WhatsApp aparentemente alarmantes a un amigo. Pero ahora hay constancia de que volvió a utilizar su terminal media hora más tarde.
LA FALSA ALARMA
Lo que sí trascendió es que los dichos de la Guardia Civil respecto de los sms en los que Diana habría pedido ayuda por ser acosada por un hombre perdieron importancia. En un comienzo se especuló sobre la presencia de un hombre, al que Diana por mensajes describió como un gitano que la acosaba al cual le tenía miedo. Pero el gitano al que mencionaba fue hallado y tras su declaración se lo desvinculó de la investigación. “Morena ven aqui”, le habría dicho, según describió en el mensaje. Resultó ser un hombre que tiene como costumbre meterse de esa forma con las mujeres que transitan por la zona del parque.
DOCUMENTOS Y MAS DUDAS
Pese a que se creía que la joven había salido con su documentación, se encontró el DNI en otro bolso de Diana, que utiliza para ir a la playa con su hermana y su madre. Además, se confirmó con este hallazgo que tampoco llevaba las tarjetas de crédito. Diana tenía 20 euros en efectivo y lo utilizó durante la noche en que desapareció.
Guardia Civil realiza búsquedas por distintas zonas.
Una y otra vez se realizaron distintas reconstrucciones de las últimas horas de la joven. Se analizó en detalle qué pudo haber sucedido antes de que desapareciera. Se enumeraron las distintas hipótesis y datos truculentos sobre Diana, sus padres, su hermana, y su entorno, que pueblan estos días los medios españoles.
"No se va a facilitar información" remarcaron las autoridades de la Comandancia de La Coruña y, mientras tanto, un centenar de personas voluntarias participaron en distintas búsquedas, acompañando al dispositivo habitual compuesto por efectivos de la Guardia Civil, Protección Civil y Policía Local.