17 Enero de 2022 18:32
A un año del asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven que murió tras el cobarde ataque de un grupo de rugbiers en Villa Gesell, un caso similar conmueve a Pilar. El domingo por la noche, un joven de 22 años murió tras ser atacado por una patota en la puerta de un boliche de Pilar.
El muchacho que falleció se llamaba Brian Cuitiño, había ido a bailar con su hermana Paula, de 19 años, al boliche Napoleón y a la salida fue atacado por dos hombres y tres mujeres. Según el relato de testigos, todo comenzó por una discusión dentro del boliche.
“Uno de los chicos le dijo que si quería pelear saliera a la puerta, y Brian salió para defenderse. Pero afuera era cinco personas y lo atacaron con golpes y cascotes”, detalló uno de los testigos, que se manifestó en la tarde del lunes frente al boliche, donde varios chicos quisieron romper la puerta.
Para calmarlo, su hermana Paula le dijo que no pelear y decidieron irse. Ella fue a buscar el auto y él le dijo que volvería al local porque no tenía su billetera. Cuando volvía para encontrarse con su hermana, fue atrapado por la patota.
El crimen se produjo en la calle Las Magnolias camino a la ruta 8. Mientras Brian caminaba por ahí, un Ford Focus gris se le cruzó y bajaron dos hombres y tres mujeres. Lo atacaron entre todos. Y Cuitiño cayó al piso. En ese momento, fue agredido con patadas, piñas y hasta con cascotes. Una de las mujeres le pegó en la cabeza con un ladrillo en repetidas ocasiones. El joven quedó desvanecido y fue trasladado media hora después al Hospital Sanguinetti.
Tras los primeros auxilios, Brian fue trasladado a terapia intensiva porque su estado era gravísimo. A los golpes en casi todo su cuerpo se le sumaban las hematomas en la cabeza. Tenía fractura de huesos en su rostro y en el cráneo. El domingo por la tarde, murió. Era padre de una beba de un año.
Tras la investigación policial y el análisis de los videos registrados por las cámaras de seguridad de la zona del ataque, los agentes pudieron ver la patente del vehículo denunciado por los testigos. Horas después, pudieron detener al dueño, quien habría facilitado el escape de los atacantes. Su nombre es Lucas Castillo y también tiene 22 años.
El dueño del auto fue detenido en su lugar de trabajo, una empresa que está ubicada en las calles Ingeniero Eifel y Avenida Constituyentes, en Garín. En tanto, en la casa del acusado encontraron la ropa que usaba esa noche: un jean azul agujereados, una remera azul y zapatillas Nike negras con naranja.
Además fueron detenidas tres mujeres. Una es Lucía Daniela Armas, una adolescente de 18 años, que vive en la localidad de Garín. Ella fue acusada por varios testigos de la paliza a Brian como la joven que le pegó en varias oportunidades con una cascote en la cabeza.
También detuvieron a otras dos mujeres, las hermanas de Daniel. Una tiene 19 años y la otra de 16. La causa es investigada por el fiscal Gonzalo Agüero, por “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. La acusación es la misma que la de Báez Sosa.
“La ambulancia tardó media hora y mi hermano quedó tirado en el piso”, dijo Paula, la hermana de Brian, durante una manifestación en la puerta del bar de Pilar. Y agregó: “Queremos justicia y que estas personas sean detenidas por lo que le hicieron a mi hermano. Yo estuve con él hasta el último momento”.
Por último, la hermana del fallecido recordó: “Me subí a la ambulancia con él y después me llevaron a la comisaría a declarar. Lo único que exijo es que no había ni un patrullero de la Policía en la puerta del boliche”. "Lo único que puedo decir es que me destrozaron el alma, me mataron al amor de mi vida y dejaron a mi hijo sin papá", afirmó Celeste, la mujer de Brian.