Los oficiales de la Gendarmería Nacional Argentina no pueden creer lo que ven. En diferentes grabaciones, un hombre y una mujer abusan sexualmente de sus hijos. El caso es atroz. Las pruebas contundentes. Y la indignación es inevitable. El caso sacudió a la localidad de Malargüe en la provincia de Mendoza. Los acusados son un hombre y una mujer, que no tienen vínculo entre ellos. Y las víctimas son sus respectivos hijos: un nene de 9 años y un bebé de 21 meses.
La detención de ambos fue realizada por la Gendarmería. El hombre fue detenido en la calle. En tanto la mujer cayó tras un allanamiento en su vivienda a cargo del Escuadrón 29. La acusación fue por “promover o facilitar la corrupción de menores” y por el delito de “producción y tenencia de material de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes”.
La causa estuvo a cargo del fiscal de San Rafael, Javier Giaroli, y coordinó los allanamientos. En el lugar, los gendarmes secuestraron los dispositivos de almacenamiento, tablets, teléfonos celulares, prendas de vestir de las víctimas, computadoras y varias memorias externas, además de ropa de los acusados.
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La denuncia fue originada por la ONG internacional National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) que recibió una alerta roja automática, generada por un sistema de inteligencia artificial, que detectó una infracción a las normas comunitarias, tanto en Instagram como Google en febrero de este año.
Desde la ONG informaron: “Fue una subida masiva de material de abuso infantil en una nube, con la novedad que no era material viral sino nuevo que se estaba distribuyendo”. Y completaron: “Esa alerta se vincula con una red de Fiscales que se llama 24/7 que, a su vez, deriva el caso -en primera instancia- en una fiscalía especializada en cibercrimen en Buenos Aires, de allí pasa a la ciudad de Mendoza y luego en la fiscalía de Malargüe. Todo esto ocurre en muy pocos minutos”.
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Según fuentes de la investigación, los detenidos había violado a sus hijos hace varios años y los habían grabado. Durante mucho tiempo tuvieron el material en su poder y este año decidieron intercambiarlo a través de la aplicación de mensajería instantánea LIME. Las víctimas que tenían 9 años y un año y nueves meses cuando fueron abusados sexualmente por sus respectivos padre y madre, ahora tienen 13 y 5 años respectivamente.
Además, fuentes judiciales dieron a conocer que el caso se manejó en estricta confidencialidad porque el acusado es hermano de un policía de Mendoza. La misma fuente afirmó a varios medios locales: “Ellos filmaban el abuso y luego intercambiaban el contenido en Internet entre ellos. Aún resta saber si los videos y fotos eran comercializados en la web”. Y completó: “Esto tiene una pena, hasta este momento de la investigación, de 10 años de cárcel y máximo de 40?. Los dos acusados fueron trasladados a la cárcel local. En tanto, los niños fueron contenidos por el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI).