A partir de hoy, Jonathan Luna se sentará en el banquillo de los acusados para ser enjuiciado por el femicidio de Micaela Ortega, de 12 años, en abril del año pasado en Ingeniero White.
Luna captaba adolescentes a través de las redes sociales.
El modus operandi de Luna para captar a su víctima se había repetido en otros casos: a través de múltiples perfiles de Facebook, se hacía pasar por menor de edad para chatear con niñas y adolescentes.
Uno de los perfiles a través del cual Luna captaba adolescentes.
Según el fiscal de la causa, Rodolfo de Lucía, en sus contactos con Micaela el asesino creó un personaje, el de "una niña con problemas en la casa que necesitaba ayuda para fugarse".
Así, atrajo a la niña y, al momento de conocerla cara a cara, fingió ser un amigo de la falsa adolescente que había inventado. Según teorizan, mató a Ortega porque se negó a tener sexo con él.
Violencia de género
Vecinos del barrio donde vivía Luna, además, señalan que era violento con su concubina, Eliana Espinoza. "Cada dos por tres le pegaba y más de una vez vino una ambulancia", relató una mujer que vivía cerca de la casa de la pareja. "Es un vago que no le gusta trabajar y siempre estaba con el celular, con amigas, mientras ella trabajaba pelando camarones".
"Era raro, pero nunca sospechamos de que podía llegar a hacer algo tan grave", aportó María Domínguez, vecina de al lado de Luna. "No le teníamos confianza, pero tampoco lo conocíamos para pensar que al lado teníamos un asesino".
Además, el femicida tenía antecedentes por delitos contra la propiedad y en el 2014 había sido beneficiado con salidas transitorias. Sin embargo, luego de que lo dejaran abandonar el encierro por 24 horas, jamás regresó.
Micaela García tenía 12 años.
De acuerdo a una pericia practicada en aquel entonces, Luna presentaba "alteración en sus funciones cognitivas superiores" a causa de un accidente que sufrió en su infancia.