29 Marzo de 2017 20:28
De a poco, el horror por el niño que apareció mutilado cerca de Miramar comienza a darle paso a la esperanza de hallar a los responsables.
El hallazgo del cuerpo se produjo a orillas del arroyo La Totora, cerca de Miramar.
Es que la fiscal a cargo de la causa, Ana Caro, confirmó que el dueño de una funeraria y el encargado del cementerio de la vecina localidad de Comandante Nicanor Otamendi -ambos sospechados de participar en el robo del cadáver del niño- quedaron detenidos y alojados en una unidad penal a la espera de que mañana se les tome declaración indagatoria.
La fiscal Ana Caro, a cargo de la causa, confirmó las dos detenciones.
Las detenciones tuvieron lugar esta tarde, luego que se cumpliera con la exhumación del ataúd que debía guardar los restos del menor, fallecido hace casi 20 días en un accidente doméstico.
Las detenciones se dieron luego de que se cumpliera con la exhumación del ataúd.
El propietario de la cochería que funciona en la localidad de Batán afronta cargos por encubrimiento, en tanto el empleado municipal también quedó imputado por el delito de falso testimonio.
El cementerio de Comandante Nicanor Otamendi, donde estaba enterrado el niño.
Los padres del menor, un matrimonio de nacionalidad boliviana, confirmaron que habían velado a su hijo en su casa y luego lo trasladaron hasta el cementerio de Otamendi, donde quedó sepultado.
Dolor y desconsuelo entre los familiares del pequeño.
“Haber visto como apareció esa criatura fue muy terrible y aún más doloroso darle a los padres la noticia de lo que había ocurrido con su hijo”, reconoció la fiscal, quien confirmó que con la identificación del cadáver y las diligencias de ayer se avanzó hacia una segunda instancia de la investigación, que apunta a esclarecer la profanación del cuerpo.
La investigación apunta ahora a esclarecer la profanación del cuerpo.
La pesquisa intenta desentrañar otras responsabilidades en la sustracción del cuerpo del menor, ya que si bien los restos habían pasado por una autopsia que confirmó la causa de muerte, al momento del hallazgo presentaba faltantes ajenos al trámite forense ya que no tenía órganos internos ni piezas dentarias y le habían seccionado manos y pies.
En un primer momento se sospechó de un robo de órganos, pero quedó descartado.
Vale recordar que en un primer momento se sospechó que pudiera tratarse de un caso relacionado con robo de órganos, pero luego “quedó descartado de plano”.