Poder político, económico y una frase que parece resumirlo todo: “Tener poder es tener impunidad”. La vida y la muerte del empresario Alfredo Yabrán estuvieron marcadas por un halo de absoluta oscuridad. Hoy se cumplen veinte años de la muerte de José Luis Cabezas, el fotógrafo que hizo público su rostro y quien un año después de tomar la imagen en las playas de Pinamar sería asesinado en un crimen del cual Yabrán fue sindicado como el responsable intelectual. ¿Quién fue el empresario más poderoso de los 90?
Primer plano. "Sacarme una foto a mí es como pegarme un balazo en la frente", dijo una vez Yabrán.
El 20 de mayo de 1998, segundos antes de que 12 efectivos de la Policía irrumpieran en una de sus estancias en Entre Ríos, Yabrán acababa con su vida mediante un disparo en la boca salido de una escopeta. Se trata del hombre que estuvo detrás del homicidio de Cabezas, el fotógrafo de la revista Noticias, ocurrido un año y cuatro meses antes, en 1997.
La historia de Yabrán estuvo marcada por los negocios oscuros. Su nombre comenzó a circular tiempo antes de que la foto estampada en la portada de la revista viera la luz, cuando el entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, denunció ante el Congreso que lideraba “las mafias que operan en la Argentina”.
Otra de las fotos tomadas en el verano de 1996 por José Luis Cabezas, en Pinamar.
Verborrágico y durante varias horas, el entonces ministro menemista sacó a la luz que Yabrán era el dueño de Ocasa, Andreani, Oca, Edcadassa, Interbaires, Intercargo, Saprán Techno, Sarán SA y Hy Med, entre otras. Para Cavallo, todas aquellas eran empresas “fantasma”. En una sesión de la Cámara de Diputados, acusó al megaempresario por defraudación al fisco y evasión.
Legalmente, Yabrán sólo declaraba poseer unas pocas empresas de poca importancia, pero Cavallo lo acusaba de manejar, a través de testaferros, otras compañías más importantes, como el Correo Oca, que manejaba el 30 por ciento del mercado postal, Edcadassa, que manejaba los depósitos fiscales), Ocasa, la compañía de transporte y logística Villalonga Furlong, Intercargo (rampas aeroportuarias) e Interbaires, de free shops.
La empresa Brides SA, de su propiedad, también lo vinculó con la última dictadura cívico militar. La compañía era de Yabrán y allí trabajaba Fernando Enrique "Gerardo" Peyon, quien fue imputado por secuestros y desapariciones durante la dictadura. La empresa, se supo tiempo después, se llamaba Brides por "Brigadas de la ESMA", la Escuela de Mecánica de la Armada que sirvió como campo de concentración y detención ilegal.
Su nombre ya era público. Justo lo que él odiaba. Yabrán sentía orgullo de ser un hombre cuya cara no se conocía. Por eso, las fotos de Cabezas en la cobertura que encabezó en Pinamar junto a Gabriel Michi lo expusieron y lo ofendieron aún más que las denuncias de Cavallo. El empresario decía que ni la SIDE tenía una imagen de su rostro. Guardaespaldas, propiedades y negocios en la seguridad aeroportuaria marcaron sus años como empresario.
La tapa de la revista Noticias, publicada en marzo de 1996, con la foto de Yabrán y su esposa.
Yabrán apenas declaraba ser dueño de unas pocas compañías. Meses después del crimen de Cabezas, ofreció una serie de entrevistas por primera vez. Una a Clarín y otra a Mariano Grondona, en Hora Clave. Aunque negó haber dicho una frase que lo marcó (“sacarme una foto a mí es como pegarme un balazo en la frente”), aseguró: “No voy a negar que a mí no me gusta que me saquen fotos”.
Una crónica del diario Clarín de esos días recuerda que, en uno de los cortes publicitarios, Yabrán miró a los periodistas y fotógrafos que habían ido a cubrir la entrevistae al estudio de Canal 9 les preguntó: “¿Ustedes no me tienen miedo, verdad?”. No tuvo respuesta. Allí, además, calificó a Cavallo como “un gran mentiroso” y se desligó del crimen del fotógrafo.
José Luis Cabezas fue asesiando hace exactamente 20 años. Detrás de su crimen, Yabrán.
Los vínculos entre el poder del megamepresario de los noventa y el Gobierno de Menem eran más que amplios. En alguna oportunidad se dijo que fue Yabrán quien puso en el cargo a Elías Jassan, el ex ministro de Justicia durante 1996 y 1997, quien se apartó del cargo luego de que se diera a conocer que había mantenido más de 100 contactos telefónicos con el empresario.
A pesar de eso, Jassan intentó aclarar: “No tengo ni he tenido relación alguna con el señor Yabrán”.
LA MUERTE Y EL MISTERIO
Cuando la Justicia finalmente dictó una orden de arresto contra el empresario, Yabrán se ocultó. Finalmente cuando los efectivos de la Policía fueron a su estancia en Larroque, provincia de Entre Ríos, se pegó un tiro en la boca con una escopeta 12/70. Su rostro quedó irreconocible. Lo buscaban por ser el instigador del crimen de Cabezas, hallado sin vida en un Ford Fiesta incendiado un año y cuatro meses antes en Pinamar.
Yabrán se pegó un disparo en la boca con una escopeta calibre 12/70.
Pese a que se buscó aclarar que era el cuerpo del empresario, nada evitó que se encendieran las dudas. ¿Realmente Yabrán murió? Una década atrás, había un mito incomprobable que indicaba que vivía en las Bahamas. Años después de su muerte, en 2002, una transacción en los Estados Unidos hecha con su nombre volvió a provocar dudas. Sin embargo, los periodistas que vieron el cuerpo sin vida no lo dudan: en el baño de la estancia de Larroque, en Entre Ríos, el cuerpo sin vida era el de Yabrán, el empresario más poderoso de los noventa.