“Hay que tratar de sacar la mayor diferencia posible en las PASO y liquidar en primera vuelta. En el ballotage es un panorama más complejo”. Con esas palabras, un hombre cercano a Alberto Fernández define el presente que atraviesa el Frente de Todos a menos de un mes de las elecciones primarias del 11 de agosto. Por estos días, la mayor preocupación del principal candidato opositor es un resultado ajustado en las generales que fuerce una segunda vuelta.
100 DÍAS PARA ENAMORARSE
A poco más de cien días de las elecciones generales, el objetivo central de la fórmula que encabezan Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner es claro: asegurar la elección presidencial el 27 de octubre y evitar ir a un ballotage. Reconocen que en una segunda vuelta el panorama sería mucho más complicado, porque aunque se enfrentan a un escenario volátil y con un amplio margen de votantes indecisos, una amplia mayoría de los votos del candidato de Consenso Federal, Roberto Lavagna, indudablemente se irán con Mauricio Macri y Miguel Pichetto.
Pero la ecuación no culmina allí. Creen que, en un escenario de segunda vuelta, los votantes del economista liberal José Luis Espert indudablemente respaldarán al oficialismo o a lo sumo una parte podría votar en blanco. Por eso, apuestan a un resultado contundente en las PASO. “Si tenemos una diferencia de entre 10 y 12 puntos en las primarias, es posible que ganemos en primera vuelta”, se entusiasmaba un dirigente del PJ bonaerense que trabaja para la campaña de Alberto Fernández.
De todos modos, reconocen que lograr una diferencia de esas características no será para nada sencillo. De hecho, a un mes de las PASO, sólo la encuesta de Hugo Haime & Asociados le da a la fórmula Fernández-Fernández una amplia diferencia por sobre Juntos por el Cambio: 44,7 a 30,7. Si ese escenario se repitiera en primera vuelta, Alberto Fernández sería el próximo presidente. Sin embargo, el resto de las consultoras marcan un resultado mucho más apretado, con diferencias de entre 1,5 % y 8 %.
De cara al ballottage, los sondeos tampoco son tajantes. La mayoría de las consultoras hablan de un “empate técnico”, que podría dar como vencedor a cualquiera de los dos candidatos. Opinaia estimó un 40 % para Alberto Fernández y un 39 % para Macri en segunda vuelta; con un 11 % en blanco y un 10 por ciento de indecisos. La encuestadora BTG Pactual estimó una victoria del Frente de Todos en primera vuelta, pero del macrismo en ballottage, aunque muy acotada: 45,6 % a 44,2%.
GIRA, CRÍTICAS AL OFICIALISMO ENOJADO Y PACTO CORDOBÉS
La campaña del Frente de Todos continuará en las próximas semanas del mismo modo que hasta ahora: mientras que Alberto Fernández continuará sus giras y visitas por el interior del país, Cristina Kirchner seguirá con sus visitas por diversas provincias para presentar su libro, Sinceramente, tal como hizo en los últimos dos meses. El último destino fue Río Gallegos, y el próximo todavía no fue definido.
Alberto, mientras tanto, volverá a viajar este jueves a Córdoba, donde se quedará entre dos y tres días, a diferencia de su visita fugaz de la semana pasada, cuando apenas estuvo unas horas, para reunirse con el gobernador Juan Schiaretti, con el objetivo de negociar un acuerdo en una provincia clave para las elecciones: en 2015, más del 71 % votó a Macri en el ballotage. Hoy, cerca de Fernández apuestan a que esa cifra se acote y ronde el 40 %, mientras que esperan que el Frente de Todos mejore la performance y supere el 30 %.
Pero además, no descartan un acuerdo, al menos tácito, entre Schiaretti y la fórmula Fernández-Fernández. Hasta ahora, el gobernador de Córdoba jugó a la “neutralidad”, competirá con boleta corta y mantuvo encuentros a ambos lados de la grieta. Sin embargo, en el Frente de Todos se entusiasman con la posibilidad de que los intendentes del interior de la provincia jueguen a favor de Fernández, tal como lo hizo el presidente del bloque peronista en el Senado, Carlos Caserio.