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A 20 años de las legislativas del 2001: el día que casi un tercio de los votantes volcó su bronca en las urnas

El mito de la "baja participación", el impacto del "voto bronca" y el preludio de la crisis que culminó con la renuncia de De la Rúa.

por Leo Morales

14 Octubre de 2021 11:08
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Aquel domingo 14 de octubre del año 2001, pocos de los 18.798.991 millones de argentinos que fueron a votar a las elecciones legislativas imaginaban que sólo 49 días después se desataría una de las crisis políticas, económicas y sociales más duras de la historia del país. Habían pasado sólo tres meses de la aplicación de la ley de Déficit Cero, que implicó un ajuste del 13 por ciento de las jubilaciones y sueldos estatales; y el ministro Domingo Cavallo no podía controlar las corridas bancarias, ni la fuga de capitales que se sucedieron en los meses previos a que Fernando De la Rúa se viera forzado a presentar su renuncia a la presidencia.

A diferencia del elevado nivel de participación que habían tenido las elecciones presidenciales de 1999 (82,32 por ciento del padrón), el derrotero económico y financiero del gobierno de la Alianza generó, en principio, que sólo se presentara a votar el 75,47% del padrón: el menor índice desde el regreso de la democracia hasta ese entonces. Hubo, en concreto, 1.050.350 menos de votantes. 

Sin embargo, un análisis más fino de la participación demuestra que, contrario a lo que se instaló en el imaginario popular, los argentinos mantuvieron una conducta similar a la de las elecciones legislativas de 1997, cuando el nivel de inasistencia fue del 20,38 por ciento. La caída real de la participación fue entonces del cuatro por ciento, lo que permite inferir que la mayoría de la sociedad no manifestó indiferencia o apatía, sino que concurrió a las urnas para volcar su malestar con la dirigencia política. En otras palabras: ejercieron su derecho.

A nivel federal, de los 24 distritos electorales sólo 12 estuvieron por encima de la media nacional en lo que absentismo respecta: Santiago del Estero (33.15%), Corrientes (31.10%), Tucumán (31.01%), Salta (29.43%) y Formosa (29.39%). Las tasas más bajas de ausencias, en cambio, se registraron en La Pampa (19.87%) y en Entre Ríos (21.12%). 

La baja en la participación no fue el hito particular de las elecciones. El creciente malestar social y las esquirlas del sostenimiento forzado de la Convertibilidad se transmitieron también a través del "voto bronca", cuya consigna se volcaría pocas semanas después a las calles bajo la bandera del "que se vayan todos". Mientras que en las elecciones que le dieron la presidencia a De la Rúa el voto en blanco fue sólo del 3,57 por ciento (708.876 votos) y las impugnaciones no llegaron a un dígito (186.761), dos años después el escenario cambiaría de forma contundente: el 10,76 por ciento de los argentinos empadronados votaron en blanco (2.022.587), mientras que los votos nulos representaron el 13,23 por ciento (2.486.296). 

Desde el regreso de la democracia en 1983, la media histórica del "voto bronca" represó el 4.07% de la participación efectiva. En 2001 se sextuplicó y representó a casi una cuarta parte del electorado (23.30%) a nivel nacional. Fue la primera vez que el voto castigo no se trasladó a un candidato de la oposición, dejando al sistema de partidos en jaque y visiblemente cuestionado por la ciudadanía. 

La bronca de los que decidieron impugnar, también tuvo su cuota de creatividad. En la mayoría de los casos se expresaron con boletas ficticias con referentes históricos como candidatos para exponer la "decadencia de la clase política", en otros se apeló al humor: el personaje Clemente de Caloi fue uno de los más votados (porque "no tiene manos, a lo mejor no roba), seguido por Mafalda y el dictador de Costapobre de Alberto Olmedo. También hubo fetas de fiambre, preservativos y hasta papel higiénico dentro de los sobres.

De acuerdo a un informe realizado por la Universidad Nacional de Rosario, el "boto bronca" generó un escenario complejo en términos de gobernabilidad: "En la Capital Federal donde la Alianza con la candidatura de Rodolfo Terragno se declaró 'ganadora', obteniendo por la 'mayoría' 2 de los 3 senadores en juego, lo hizo con el 20,5% de los votos válidos (275.762 votos), quedando muy lejos de los 543.817 que obtuvo el 'voto bronca'. Así, su 'triunfo' como 'mayoría' representó tan sólo el 14,6% del total de los participantes y apenas el 10,7% del padrón electoral, y sin embargo se quedó con el 66% de las bancas del Senado".

El impacto en territorio bonaerense fue similar: "El PJ con la lista encabezada por Eduardo Duhalde, que perdió las elecciones de 1999 cuando obtuvo 2.686.853 votos, 'ganó' en 2001 con cerca de 700 mil sufragios menos (2.026.669 votos), quedando el 'voto bronca' en un número cercano, 1.747.785 sufragios. A su vez, la lista de la Alianza, encabezada por Raúl Alfosín, Storani y Moreau se alzó en 'segundo lugar' con menos de la mitad de éstos votos castigos (822.050 sufragios). De esta manera, las 2 principales listas triunfaron obteniendo los 3 cargos para senadores (2 por la 'mayoría' y 1 por la minoría: el 100% de la representación senatorial) con el 28,32% y 11,49% del total de los participantes respectivamente, sumando entre ambos partidos 'mayoritarios' tan sólo el 30% de los votos del padrón electoral".

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