Más
Política

A 25 años del atentado a la embajada de Israel, Macri se reúne con sobrevivientes

El presidente los recibirá a partir de las 9 en la quinta de Olivos. Habrá argentinos, pero también israelíes que viajaron especialmente con motivo del aniversario del ataque.

17 Marzo de 2017 03:38
1552080845675

El presidente Mauricio Macri recibirá hoy en la quinta de Olivos a sobrevivientes y familiares de las víctimas del atentado a la Embajada de Israel para evocar el terrible ataque que el 17 de marzo de 1992 acabó con la vida de 22 personas y dejó decenas de heridos.

El presidente recibirá en Olivos a sobrevivientes y familiares de las víctimas del atentado.

Entre los asistentes al encuentro, que tendrá lugar a partir de las 9, habrá argentinos y también israelíes que viajaron con motivo del 25 aniversario del episodio.

Israel no olvida

Desde Buenos Aires, el director general de la Cancillería de Israel, Yuval Rotem, anticipó que el 25 aniversario del atentado contra la embajada de su país será “un día de gran tristeza” y pidió “un cierre” para las familias de las 29 víctimas fatales.

“Tiene que haber justicia, tiene que hacerse justicia y tiene que verse esa justicia”, expresó el funcionario, quien advirtió que su gobierno no tiene “ninguna intención de olvidar” y que siempre estará “en posición de recordarle a la gente que hacer justicia es una obligación, desde un punto de vista legal pero también moral”.

Rotem, un experimentado embajador de 57 años, enfatizó que no viajó a Buenos Aires para “aconsejar al gobierno de Argentina sobre cómo investigar”, pero advirtió que las familias de las víctimas y su país “demandan y esperan un resultado”.

El director general de la Cancillería de Israel, Yuval Rotem. 

“Es, por lejos, el evento más dramático que la Cancillería haya experimentado en su historia. Nunca antes se perdió una embajada y nunca antes se perdieron a cuatro miembros juntos”, señaló el enviado del gobierno de Benjamin Netanyahu.

Veinticinco años después del atentado y de la muerte de 22 personas -que constan en la placa recordatoria del predio donde estaba la embajada, aunque Rotem habló en la entrevista de “29”-, nadie fue condenado.

En 1999, la Corte Suprema, la instancia a cargo por tratarse de una sede diplomática extranjera, falló que el responsable del atentado había sido la Yihad Islámica libanesa, el brazo armado del movimiento Hezbollah.

En 1999, la Corte falló que la responsable del ataque había sido la Yihad Islámica libanesa.

Luego de ratificar en 2006 que la causa no prescribía y que la investigación seguía abierta, la Corte volvió a pedir la detención de un hombre al que identificó como agente de Hezbollah, hoy una de las fuerzas de la coalición gubernamental en Beirut.

La visita de Rotem no sólo busca marcar un día trágico para Israel y Argentina, sino que también es un nuevo gesto que consolida el acercamiento que vienen impulsando los dos gobiernos desde la asunción de Mauricio Macri, con quien el diplomático se verá cara a cara hoy, en el marco de la conmemoración del aniversario del atentado de 1992.

“Con el presidente Macri en el poder, tenemos la esperanza de ganar un nuevo impulso en la relación, en un nivel de amistad y cooperación”, aseguró el Director General de la Cancillería israelí.

La historia del horror

La embajada de Israel en Buenos Aires fue volada por un atentado terrorista ocurrido el 17 de marzo de 1992, en un hecho que dejó un resultado de 22 muertos y 242 heridos, y que aún permanece impune.

A las 14.47 de aquel martes 17 de marzo, el centro de Buenos Aires fue sacudido por una explosión en Arroyo 916, domicilio de la sede diplomática israelí en Argentina.

El atentado tuvo lugar a las 14.47 del martes 17 de marzo de 1992. 

En medio de la conmoción causada por el ataque, el entonces presidente Carlos Menem lanzó una rápida conjetura sobre los autores del hecho. “Los responsables son sectores del nazismo, pero ya fueron derrotados en el país”, expresó en obvia alusión a los militares carapintadas, cuyo último levantamiento había sido sofocado en diciembre de 1990.

Sin embargo, la principal hipótesis de la investigación se inclinó a culpar a la organización Hezbollah, con base en El Líbano y apoyada por la República Islámica de Irán, supuesto autor intelectual del ataque.

Como el atentado afectó a una delegación extranjera, la investigación quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia, que el 24 de marzo de ese año abrió el expediente 143/1992, que continúa en poder del máximo Tribunal. En tanto, las pesquisas de la instrucción quedaron en manos de la Comisaría 15 de la Policía Federal.

En la calle Arroyo, donde se erigía el edificio de la embajada, hay una plaza. 

Un dato llamativo es que la Corte rechazó el pedido de los querellantes de convocar a declarar a los custodios de la Federal que se retiraron de la puerta de la Embajada poco antes de la explosión. Recién cuatro años después del atentado, esos efectivos policiales fueron citados, junto al titular de la comisaría 15.

Al momento del hecho, se realizaban obras de remodelación en la sede diplomática y los familiares de las víctimas pidieron que los propietarios de la empresa constructora encargada de esos trabajos prestaran declaración en la causa.

Un policía ayudando a una de las sobrevivientes. El drama y el caos se apoderaron del lugar. 

El  entonces ministro de la Corte, Ricardo Levene, quien estaba a cargo del expediente, formuló en 1996 la teoría de que el edificio había sido demolido por un artefacto explosivo colocado en su interior.

Otros peritos señalaron en cambio la presencia de una camioneta Ford F-100, que merodeó la zona al momento del siniestro, y que, cargada de explosivos, fue conducida por un terrorista suicida que la explotó frente a la delegación diplomática.

La explosión provocó la muerte de 22 personas y 242 heridos. 

Esa terminó siendo la versión oficial sobre el ataque que se impuso tras la creación, en 1997, de una Secretaría Especial que asumió la investigación bajo la dirección de Esteban Jorge Canevari, funcionario del tribunal que encabeza el Poder Judicial argentino.

La detención de cuatro ciudadanos de Pakistán y la imposibilidad de determinar el número exacto de muertos son dos hechos que indican la manera en la cual Levene llevó el caso hasta la puesta en funciones de Canevari.

Los ciudadanos paquistaníes fueron detenidos tres días después del ataque y, aunque quedaron liberados una semana después, continuaron vinculados a la causa durante siete años, hasta que finalmente los sobreseyeron.

Por el atentado fueron detenidos cuatro paquistaníes que luego fueron sobreseídos. 

En cuanto a la cantidad de víctimas, inicialmente se consignó que hubo 29 fallecidos, luego 26, y finalmente, en 1999, la Corte ratificó que hubo en realidad 22 víctimas fatales.

Ese año, la investigación pareció cobrar un nuevo impulso, al solicitar Canevari la captura internacional de Imad Mughniyieh, entonces jefe militar de Hezbollah.

En 2006, y por impulso de los familiares de las víctimas, la Corte Suprema compuesta por los jueces Enrique Petracchi, Elena Highton de Nolsaco, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni, Ricardo Lorenzetti y Carmen Argibay declaró la causa como “imprescriptible”.

En 2006, la Corte declaró la causa como "imprescriptible". 

Con esa acordada, el tribunal ratificó el trabajo de Canevari, a pesar de los escasos avances verificados en la investigación, y confirmó las órdenes de captura pedidas por el secretario.

Fuentes judiciales confiaron que la Corte solicitó, hace dos años, a los servicios secretos de Estados Unidos y Europa que acercaran información sobre el atentado, pero con distintos argumentos todos ellos se negaron a colaborar con la causa.

Las tareas de rescate en medio de los escombros, una dramática postal de esos días. 

Al cabo de 25 años, el expediente por la voladura de la Embajada acumula 250 cuerpos, mientras los familiares de las víctimas aún aguardan por justicia.