En 57 días ganó una elección. Martiniano Molina oficializó su incorporación al PRO hace poco menos de dos meses, y le alcanzó para ser el hombre más votado en el partido de Quilmes. Según la tendencia, la diferencia entre el mediático cocinero y Francisco “Barba” Gutiérrez -intendente desde hace 8 años- sería entre 6 y 8%.
“Este voto expresa que si al intendente actual lo votaron el 22 o el 24%, el 70 y pico está en contra de su gestión. No lo elige el 75% de su gente. Quilmes está retrasado severamente; las escuelas están destruidas. Quilmes esta inundado. La inseguridad nos rodea y nos invade. Es una situación no solo caótica y de desorden si no de estado de posguerra. Amo mi ciudad, pero es así”, le dice el candidato a BigBang.
Cambió los sets de televisión por las huertas y ahora por los actos de campaña electoral.
A pesar de haber ganado la elección, Molina se muestra en sintonía con su partido y denuncia irregularidades de todo tipo en los comicios. “Fue muy difícil. Era un ejército de gente afanando boletas. Somos el único país de Sudamérica en el que tenemos boleta sábana. Es arcaico y lo repudiamos de pies a cabeza. No tiene asidero”.
Molina tenía diálogo con María Eugenia Vidal desde antes de oficializar su incorporación al PRO.
Según el cocinero, Quilmes fue territorio hostil durante la campaña electoral. “Cada 10 a 15 minutos teníamos que entrar al cuarto oscuro. Cada 3 o 5 votantes había que entrar a controlar. Es patético, lamentable, pero no me sorprenden. Son coherentes con su forma de ser y cómo se vienen manejando. Recibimos aprietes, pintadas en el frente de nuestros locales, comerciantes a los que amenazaban con clausurarles el local si no bajaban los carteles nuestros”, asegura
A pesar del triunfo, denunció robo de boletas e irregularidades varias en la elección.
Molina experimentó un cambio en su vida. Abandonó los sets de televisión y construyó su casa en la Ribera quilmeña, en contacto con lo natural y la vida sana. Su exposición, el nivel de conocimiento, su filosofía de vida resultaron un combo tentador para la política, que lo tentó desde espacios disímiles. Al final, optó por el PRO.
“Hace muchos años que me vienen tentando de diferentes espacios. Se tiene que involucrar la gente que no viene de la política. Nos dicen que es un bardo, que es una mugre, pero si no ingresa gente honesta, idónea, transparente y coherente esto va a seguir en debacle”, dice.
”Hace muchos años que me vienen tentando de diferentes espacios”, dice Martiniano.
Con un padre que fue funcionario municipal y provincial en el área de Salud, Martiniano siempre estuvo en contacto con política. Ahora, asegura que hasta octubre le espera más trabajo y más compromiso con los quilmeños. Padre de una nena de 5 meses, el candidato a intendente asegura que su familia acompaña esta nueva faceta. “La familia apoya, banca. Es difícil, duro. Tengo una bebé de 5 meses y es difícil. Iliana, mi mujer, y Violeta, que tiene 12 años (su otra hija). Mi viejo trabaja denodadamente por este espacio y acompaña este crecimiento”.
Fiel al discurso político de los tiempos que corren, Martiniano Molina finaliza citando al Papa Francisco: “Todos tenemos algo para hacer, para comprometernos con nuestra sociedad. La combinación perfecta para hacerlo es una cosa más horizontal, de humildad. El que se crea con el poder de transformar solo se equivoca. Es como dice Francisco: 'El poder es poder en función del bien público. El resto es egoísmo'”.