09 Noviembre de 2017 12:37
El Gobierno dio marcha atrás con el nuevo impuesto sobre el vino y el champagne anunciado semanas atrás cuando la administración de Mauricio Macri presentó la reforma tributaria. Lo confirmó el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, mediante un mensaje en su cuenta de Twitter.
El gravamen fue anunciado la semana pasada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y representaba un 17 por ciento sobre el vino y las sidras, que no pagaban impuestos. Con el champagne ocurría algo similar, ya que tampoco aportaba en impuestos internos. Empresarios y gobernadores de las provincias vitivinícolas salieron a rechazar la propuesta con dureza en los últimos días.
Este mediodía, el gobernador Cornejo mantuvo un encuentro con el presidente en la Casa Rosada, en el marco de la reunión con gobernadores de todas las provincias. A solas, acordaron la marcha atrás en el nuevo impuesto, tal como exigían en los últimos días. “Acabo de terminar una reunión privada con el Presidente, quien me confirmó que el vino y el champagne no van a tener impuestos internos”, escribió el mandatario provincial.
El impuesto había provocado una “grieta” dentro Cambiemos. La vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero, criticó al ministro Dujovne por la reforma tributaria y por gravar al vino y el champagne, con el argumento de que producía un supuesto daño a la salud.
En la propuesta que llevaron al Ejecutivo empresarios del sector, remarcaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaba como saludable tomar hasta dos copas diarias de vino tinto, en el caso de los hombres; y una en el caso de las mujeres.
La marcha atrás del Gobierno se produjo luego de un encuentro que mantuvieron ayer Cornejo y el ministro de Producción, Francisco Cabrera. Según el gobernador, “en las cuentas del país, el vino es una de las pocas actividades que ha exportado 1.100 millones de dólares, y podemos seguir creciendo pero apalancados en el consumo interno por eso, los impuestos perjudicarían esa aspiración de exportar cada vez más”.
En esa línea, en el sector criticaban la implementación de “impuestos distorsivos”. “Desalentar el consumo de bebidas como el vino sería desalentar una actividad que tiene un gran eslabonamiento económico, va a contramano de todas las reformas que plantean”, aseguró Cornejo. Antes, el gobernador mendocino había diferenciado la producción del vino de la cerveza o las gaseosas, ya que tiene un desarrollo “netamente agrario” y de manera artesanal.
El tema de la salud no fue para nada menor en el debate de los últimos días. Mientras que los bodegueros defendieron a capa y espada las ventajas cardíacas del consumo medido y cuidado del vino tinto, en el Ejecutivo explicaron que el gravamen se había definido justamente por considerar que las bebidas alcohólicas producen daños al cuerpo.
Sin embargo, hay un dato muy llamativo: en el caso de los cigarrillos, el Ejecutivo propone reducir un cinco por ciento los impuestos, del 75 al 70 por ciento.