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A un mes del asesinato de Molares: de la mentira del "infarto" en la autopsia, a la denuncia de su familia

Entrevista con el abogado Gustavo Franquet, representante legal de la familia Molares. 

por Agustín López Paunero

10 Septiembre de 2023 08:00
facundo-molares
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El último jueves 10 de agosto, cuando la veda previa a las PASO había comenzado, una pequeña movilización de organizaciones populares se acercó al Obelisco porteño para denunciar el fraude electoral. No ese que se trata de urnas y votos robados, sino el que es más de fondo, el que expone que, gane quien gane, los pobres seguirán siendo pobres, y que llama trampa a una democracia que "siempre deja para el final a quienes menos tienen".

Allí, frente a la mirada de las cámaras de uno de los lugares más monitoreados de la Ciudad, una abrumadora cantidad de policías se acercó a "poner orden" cuando todavía no habían cortado ninguna calle, y se encarnizó contra la columna de Rebelión Popular, que conducía Facundo Molares. Él era, antes que nada, un militante revolucionario de 47 años que en su corta vida fue fiel a una reflexión que lanzó cuando era un niño: que venía a dejar una huella a éste mundo.

Tras haber esquivado la muerte en nueve bombardeos y decenas de enfrentamientos armados cuando fue comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -uno de los pocos extranjeros en lograrlo, sino el único-, la huella final de Facundo sería la que dejaron los tres suboficiales que lo pisaron en el piso a la vista de todos y que le generaron, según el informe de parte de la pericia, la congestión, el edema y la hemorragia pulmonar que fue la causa de su muerte.

Las voces públicas oficiales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) habían repetido durante los ocho días en los que la parte no tuvo acceso al expediente que la causa de muerte había sido un infarto. Aunque es una palabra que no está en el resultado de la autopsia. 

La interna de Juntos por el Cambio (JxC) estaba en el horizonte cercano, y hasta desde el oficialismo encarnado en Horacio Rodríguez Larreta demostraron más la posibilidad de agitar la mano dura contra las protestas en busca de votos, que una preocupación por un desplome a partir del caso.

Lo más insólito para muchos de sus compañeros de militancia, es que la calle no haya estallado de bronca tras su asesinato. Acostumbrados a otras décadas, donde una golpiza por parte de una patota a dirigentes estudiantiles ponía diez mil personas frente al Ministerio de Educación, o el asesinato de dos piqueteros adelantaba las elecciones nacionales, vieron con asombro cómo, al otro día, una marcha compuesta por las organizaciones de izquierda daba una demostración de fuerza que no cambiaba el panorama. Un gesto, un momento histórico, que graficó por completo lo que luego sucedería en las urnas, con el batacazo de la ultraderecha liberal de Javier Milei.

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Cuando en 1997 los secundarios de Buenos Aires dieron esa pelea histórica que, junto a Neuquén, los dejó exentos de la polémica Ley Federal de Educación, Facundo recorría  los colegios para sembrar esa semilla que lo había cosechado como un rojo, como un militante del Partido Comunista (PC). Una noche en una toma del Justo José de Urquiza de Flores, quizás con apenas 22 años cumplidos, fue el primer adulto que se le cruzó a los tres suboficiales de la Policía Federal que, de civil, con bigotes y lentes negros, ingresaron a amedrentar a los estudiantes que protestaban.

Mientras decenas de padres y madres corrían asustados junto a sus hijos e hijas por el ancho pasillo del colegio, evocando lo que para ellos habría sido una escena así 20 años atrás, este muchacho fue el único que tuvo el coraje, aún con la amenaza de ser detenido, de plantarse contra la intimidación, y lograr a los pocos minutos, que estos anónimos policías se marcharan del lugar.

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Cuando su compañero, el actual referente de Rebelión Popular, Leo Juárez, lo conoció, ambos eran parte del PC. Eran tiempos de Izquierda Unida, una alianza electoral con el MST y con la independiente Patricia Walsh como candidata. Fue en una charla donde desde otro partido más pequeño fueron a provocarlos porque su dirigente Patricio Etchegaray había sido "cómplice de la dictadura". Allí este salteño lo retó para que no se arme una pelea que arruine el evento, aunque luego terminó con una postura similar para "pedirles" no muy amablemente que se vayan.

Este arranque fue sólo una anécdota en la relación entre ambos. Mientras que Juárez era uno de los responsables de la actividad de su organización en Salta, Facundo fue a militar allí un año entero, tanto en la Capital provincial como en el caluroso Orán. Todo ese tiempo fue vital para lo que germinó dentro de él y terminó llevándolo a Colombia. Convencido de que la salida electoral era limitada para el cambio que buscaba dar, fue que se marchó, sin pensarlo mucho camino al norte, casi como el Che, pero sin motocicleta.

Quién podría calcular cuánto es el riesgo que corrió para llegar a las FARC sin un papel que diga quién es, sin una referencia de la Argentina, más que sus palabras y su decisión. Paramilitares, grupos de narcotraficantes, la fauna de la selva, los mismos combatientes, son incontables los peligros que había en el medio entre su voluntad y el destino que estaba preparado para él de ser comandante guerrillero.

Las FARC fueron una experiencia que duró 15 años. Cuando apareció una foto de él, flaco, ojeroso, muchos de quienes fueron sus camaradas en el sur del continente no lo pudieron creer. Los videos en los que se lo ve conduciendo intercambios de rehenes y otro tipo de actividades importantes, les demostraron a ellos que la intención de dejar una huella en el mundo continuaba de pie y firme.

Convencido de que el encaminado desarme era lo peor que podría pasar, fue que planificó regresar a su país de origen. En el medio se dieron esos meses en los que se popularizo como fotoperiodista, pidiendo la libertad de la Bolivia de Jeanine Áñez Chávez, que venía de derrocar a Evo Morales. La internación, el covid, y su vida en peligro otra vez.

"Lo único que le faltó para ser el Che Guevara era que él no escribió nada, aun cuando era un cuadro político y podría haberlo hecho", explicó Juárez. Facundo era más de los hechos, de las acciones. Era un lector que se llevaba de viaje unos 40 libros, además de unas pocas ropas y un cepillo de dientes, como aseguró a Télam alguna vez.

Ya fuera del PC y dentro de lo que armó él mismo cuando rompió, su militancia se volvió a encontrar con Juárez. Inclusive, no muchos meses antes de su muerte, Facundo volvió a Salta y estuvo con él y con su familia, se animó a cantar en peñas y reafirmó sus valores de luchar contra cualquier injusticia del mundo.

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Este domingo se cumple un mes del asesinato de Facundo Molares y BigBang habló con el representante legal de su familia, Gustavo Franquet. El miembro de la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina adelantó cómo continúa la lucha por justicia y porque se esclarezca la verdad, y confirmó que todos los indicios apuntan a una hipótesis distinta que la que se difundió en los primeros días.

Para el letrado, la incipiente elección fue fundamental para que el esclarecimiento se ensucie. Por otro lado, la utilización política del caso, también puso su granito de arena para que no se les permita tener un perito de parte en la autopsia, además de otras falencias y decisiones malintencionadas que denunció.

-¿Cómo se encuentra la situación judicial del asesinato de Facundo Molares?

- Mal. Empezó muy mal porque nosotros entendemos que hubo por parte de la Fiscalía interviniente algún acompañamiento a la teoría que se inició desde el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, estamos hablando del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, de su secretario de Seguridad en aquel momento, Eugenio Burzaco, del propio jefe del SAME, Alberto Crescenti, y por supuesto la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°30, que todos salieron a decir que había fallecido por un infarto, un accidente cardiovascular que se debía a sus antecedentes médicos, lo cual es absolutamente falso. La autopsia descarta que haya habido un infarto.

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La Fiscalía dejó afuera a la parte de la familia de Facundo de la autopsia. Yo hablé con la fiscal Marcela Sánchez ese mismo jueves y le dije que queríamos tener un perito de parte y me dijo que eso no era posible. Le pregunté si al día siguiente podíamos ir a verla a su despacho, me dijo que sí, pero que recién a las 11 de la mañana. Cuando fuimos volvimos a insistir con la autopsia, dijo que ya estaba hecha, pero en realidad después vimos el horario y estaba realizándose en ese momento. Después vimos en el expediente que, primero esa misma noche, y después de que yo hablé con ella, la Policía Federal se dirigió a ella preguntándole si iba a participar un perito de parte de la autopsia, dijo que no, que se hiciera la autopsia sin presencia del perito. Y a la mañana siguiente, antes de hacer la autopsia desde la morgue le mandaron a preguntar si iba a haber perito de parte y ella nuevamente mandó a ser la autopsia sin nosotros.

Después cuando salió un informe de la autopsia, se hizo un comunicado de prensa que difundió el área de Prensa del Ministerio Público Fiscal de la Nación (MPF), donde se hace una extracción del resultado de la autopsia que apunta a los antecedentes médicos de Facundo, y a sostener esa teoría que se mantuvo durante todo ese fin de semana en los medios de comunicación, de que había habido un infarto, una persona en el marco de una movilización o, eventualmente, unos incidentes en una movilización. 

Eso de ninguna manera fue así. Nosotros ese informe de autopsia, lo hicimos ver por el perito Ariel Rossi y él hizo un informe muy claro diciendo que la muerte tranquilamente pudo ser causada por una asfixia producida por la compresión externa de la caja toráxica, o de la región abdominal, ya sea boca abajo o boca arriba. Lo que él ve en las conclusiones de la autopsia, donde se habla de una congestión, edema y hemorragia pulmonar, que quiere decir que no hay infarto, dice que todos esos signos son compatibles con el síndrome asfitico, que se presenta como características de la compresión toráxica que habría impedido la mecánica respiratoria y la consecuente disminución de la hematosis, que es la producción de oxígeno a través de el sistema cardiovascular y pulmonar. Eso le habría producido el paro cardiorrespiratorio y la muerte.

Nosotros ya estábamos convencidos de eso desde el primer momento, porque vimos los hechos, escuchamos los testigos, vimos los videos, y conocíamos los antecedentes, nosotros fuimos abogados en el proceso de extradición (a Colombia) de Facundo, y por supuesto conocíamos los antecedentes médicos. En su momento estos se presentaron ante el Servicio Penitenciario Federal (SPN), justamente para pedir una excarcelación, para que fuera atendida su dolencias cardíaca, y se nos dijo que no tenía ningún tipo de inconveniente.

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Facundo no tenía un problema de presión alta, no había tenido una ACV, no tenía problemas cardíacos que pudieran hacer pensar en un ataque cardíaco. Lo que tenía era un problema cardíaco que le dificultaba la oxigenación de la sangre. Con lo cual eso le producía un sobreesfuerzo respiratorio, porque a él el corazón no le oxigenaba bien la sangre. Obviamente, nosotros que conocíamos los antecedentes, sin ser médicos, vimos la posición y los videos donde se lo aplasta el pecho contra el suelo, donde varios de los que están en esa posición dicen no puedo respirar, donde Facundo no alcanza ni a decir nada, y después viene una periodista que dice "se está poniendo violeta", es obvio lo que pasó: al forzarlo contra el suelo, con dos policías o tres de más de 100 kilos de peso cada uno, con toda la fuerza contra el suelo, le provocó un sobreesfuerzo cardíaco, que generó el edema y la hemorragia pulmonar, que se derivaron de la barbarie con que lo trataron.

-¿Van a volver a pedir una pericia de parte y una nueva autopsia?

- Recién ahora en el expediente está subido el video de la autopsia, y las fotos. Antes se habían agregado algunos informes de placas radiográficas, y también queda pendiente el informe de los estudios que se mandaban hacer sobre tejidos y muestras que se sacaron durante la autopsia, que todavía no se han recibido. Recién el miércoles se subieron el video y las fotos. Nosotros estamos arrimando ese material al perito de parte para que lo analice, a ver si hacen falta más elementos. También tenemos que acercarle los vídeos claros donde se ve cómo lo tratan a Facundo en el suelo, cómo lo aprietan.

-¿Están las cámaras de monitoreo del lugar? 

- Son horas y horas, que es prácticamente lo único que está ocurriendo en el expediente, que es la acumulación de horas de video que nosotros, obviamente, no podemos procesar. Estamos tratando de ver cómo, a partir un equipo, que procese ese material, se elimine lo que no es prueba. Sí tenemos el video más importante, el de la periodista que se acerca en el momento al lugar, y después tenemos otros, y fotografías sacadas en el momento, donde queda muy claro esto que estoy diciendo. Lo pusieron en las redes de las personas diciendo "me estoy asfixiando",  donde se ve justamente la posición incluso sobre el cuello.

Quienes están haciendo ese trabajo han visto, no solamente la presión sobre la espalda boca abajo contra el piso, sino además, la presión contra el cuello, una serie de medidas criminales que toma la Policía, que en opinión del perito de parte puede confirmar esta hipótesis de que todo se produjo a partir de eso. Nosotros estamos seguros, por supuesto el médico es mucho más cauteloso y va paso a paso juntando toda la información.

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Nosotros íbamos a a pedir una nueva autopsia, a partir de este informe que nos hizo el perito. Lo que sucedió fue que recién el viernes a la tarde la Fiscalía le remite la causa al juez para que apruebe o desapruebe la incorporación del papá de Facundo, Hugo Molares, como querellante, el lunes vamos al juzgado y nos dicen que la causa está en despacho. A última hora del martes nos dicen que la fotocopia de la partida de nacimiento que se adjuntó a la presentación del papá de Facundo necesita ser certificada, no nos aceptan la fotocopia porque dicen que no lo está. El miércoles presentamos en el juzgado la copia certificada, y recién el jueves el juez autoriza a que nosotros podemos acceder al expediente con el padre como querellante. 

El problema es que el viernes cuando nos juntamos con el papá de Facundo para hacer el pedido de nueva autopsia, Facundo ya llevaba más de una semana y tras hablar con el papá, decidimos no hacer el pedido de la segunda autopsia. Nos pareció lo más humano y razonable. Hay que tener en cuenta que Facundo vivía con su abuela que tiene más de 90 años, que el papá vive en Trevelin y había venido con la hermana de Facundo hasta acá, que estaba atendiendo a la abuela. Y si nosotros pedíamos una segunda autopsia y el lunes era feriado, seguramente no íbamos a tener novedades hasta más de la mitad de la semana siguiente, con suerte. Entonces significaban más de dos o tres semanas con Facundo en la morgue, sin poder recuperar el cuerpo, sin poder despedirse de él.

Así que lo que hicimos fue renunciar a pedir, en ese momento, la segunda autopsia, se pidió la devolución del cuerpo, se pudo hacer conseguir hacer el trámite y el sábado ese fue el depositado el cuerpo de Facundo en el cementerio de Moreno. Ahora veremos a consultas de lo que nos diga el perito, y los vídeos, y las autopsias y todo lo demás, a ver si eventualmente hace falta hacer una segunda autopsia. 

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