El Gobierno de Javier Milei elige cerrar y desfinanciar de forma sistemática los organismos de protección social para aplicar su política de "motosierra" que desintegra el Estado y lo reduce a su mínima expresión. Ahora, a través de su vocero Manuel Adorni, comunicó que pretende desaparecer el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena (INAFCI) que opera en Argentina desde 1993.
"Luego de una revisión de datos que, a esta altura no tengo ni que aclararlo, absolutamente calamitosos y profundamente desoladores (...) se van a reducir 900 puestos de 'no trabajo' (SIC)", anunció Adorni mientras los trabajadores del INAFCI se enteraban de sus posibles despidos en sus lugares de trabajo.
Además anunció: "Esto va a significar un ahorro de 9 mil millones de pesos. Para que tomen dimensión de la fiesta que había en el gasto público, además de los 964 empleados, tenía 160 delegaciones, 2 sedes, 1 de cada 3 empleados eran delegados, tenían 204 vehículos y el 85% del presupuesto se dedicaba a pagar sueldos. Casi una empresa de empleo político".
Inmediatamente, los trabajadores y trabajadoras del INAFCI declararon que todo lo que decía Adorni era consecuencia de una desinformación propia de quienes no habitan los espacios de trabajo en el Estado. BigBang tuvo acceso al testimonio de Eliana Negrete, ingeniera agrónoma que trabaja hace 15 años en el organismo, más precisamente en el cinturón hortícola platense que provee de hortalizas a todo el país.
-Para quienes no saben -o para quienes se hacen los que no saben-, ¿cuál es la importancia del INAFCI y qué se pierde si lo cierran?
-La importancia del INAFCI, es que brinda políticas públicas para el sector de la agricultura familiar campesina indígena, que es un sector muy vulnerado del campo argentino que, en gran medida produce alimentos para la población.
Con quienes nosotros y nosotras trabajamos, el sujeto social, es quien produce la mayor cantidad de alimentos que consumimos en la Argentina. Nuestro trabajo tiene que ver con dar asistencia técnica, tecnológica, organizativa, legal, con equipos interdisciplinarios que trabajamos en el territorio.
Lo que se pierde, es que se debilita el sector de agricultura familiar campesina indígena a lo largo y ancho de todo el país, con todas las producciones que eso implica. Yo trabajo en el cinturón hortícola platense, que es uno de los más grandes que provee de hortalizas al pueblo argentino, pero también hay compañeros que trabajan en zonas ganaderas; hay una gran diversidad productiva que se vería afectada porque nosotros ya no estaríamos.
-¿Cuáles son las problemáticas puntuales que resuelven desde el INAFCI?
-Con presupuesto -que muchas veces escasea- en zonas de cuna desértica por ejemplo, hacemos trabajos de obras de agua para que llegue a las casas de las familias campesinas y llegue también para la producción de su ganado.
En La Plata por ejemplo, si hay un temporal en donde se averían los invernáculos, los espacios de producción de los agricultores, nosotros hacemos un relevamiento o la gestión para ir solucionando la infraestructura, porque abajo está toda la producción hortícola como la de tomate, lechuga y zanahoria. Si eso se ve afectado, no se puede comercializar.
-Una vez más se demuestra la mentira de Javier Milei, la que dice que dice que "la casta política iba a pagar el ajuste", otra vez se meten con los trabajadores...
-Totalmente. Y en las declaraciones dicen que somos los "no trabajadores" y nosotros estamos abiertos, tenemos todos los informes hechos. También invitamos a que vengan a conocer los territorios y el trabajo que hacemos para dar fe del trabajo que nosotros y nosotras hacemos.
En realidad, la casta se ve se ve beneficiada porque nunca atacan a los poderosos; están atacando a los trabajadores que vivimos de nuestro trabajo, que casi no llegamos al fin de mes porque hay muchísima inflación.
Si ellos quieren hacer un relevamiento, está bien que lo hagan... pero ahí se van a dar cuenta que realmente están despidiendo trabajadores.
-¿A qué poderosos pensás que beneficia el cierre del INAFCI?
-Beneficia a los poderosos del campo y de la ciudad, a los pooles de siembra, a los agroexportadores y a los exportadores de otras materias primas como los de la minería; a eso no está tocando absolutamente nada.
Su gobierno también se está nutriendo siempre de la misma gente y a los que están haciendo volar son a los trabajadores rasos.
-¿Cómo reaccionaron los compañeros ante el anuncio de Adorni? ¿Les habían avisado algo antes? ¿Qué rol tuvo Clara Sanz en todo esto?
-No nos habían avisado nada. Nosotros venimos viviendo una especie de terrorismo psicológico desde que asumió el Gobierno porque parece siempre que que va a venir la catástrofe, pero nadie nos avisó nada.
Sabemos que Clara Sanz había entrado a la Secretaría de Agricultura a hacer un relevamiento, pero vemos que claramente vino a cerrar el espacio. Nadie nos avisó de nada, simplemente nos enteramos ayer en nuestros lugares de trabajo.
Yo estaba en mi lugar de trabajo en el campo, en Los Hornos en una capacitación y nos enteramos por los medios de comunicación. Es muy inhumano todo.
-No es la primera vez que intentan desaparecer el INAFCI, ¿cómo lograron salir de eso durante la era del macrismo y como ven la situación ahora?
-Resistiendo. Lo que tenemos que lograr es estar unidos, unidas, organizados, tratar de que no haya divisiones desde abajo con mucha participación. Muchas veces también las condiciones sindicales tiran para atrás y son los trabajadores en su vivo ejemplo de organización desde abajo, los que vamos saliendo y pudiendo llevar adelante la resistencia.
Con (Mauricio) Macri fue resistir, luchar, visibilizar, hacer estrategias legales y tratando de que no nos derroten tampoco psicológicamente y luchando en asambleas.
-¿Cuántos trabajadores se quedarían sin laburo con el cierre del INAFCI y qué tipo de trabajadores?
-Son alrededor de 900 como bien dijo Adorni. El INAFCI nació, como Programa Social Agropecuario en el año 1993 y fue transitando por diferentes nombres: Secretaría de Agricultura, Secretaría de Cultura Familiar y ahora INAFCI.
Somos trabajadores de todo tipo. Yo soy ingeniera agrónoma, pero hay compañeros abogados, trabajadores sociales, veterinarios, idóneos en otras en otras áreas. Yo trabajo desde hace 15 años, pero hay gente que trabaja desde hace 30 años en este organismo.
-¿Cuál es la importancia del INAFCI, en cuanto a las condiciones de vida de las mujeres rurales?
-Nuestro trabajo es para mejorar la producción y las condiciones de vida en condiciones básicas como el acceso al agua, luz, caminos y todo lo que tenga que ver con la calidad de vida del productor y de su producción, que son lugares más vulnerados.
En cuanto a las mujeres, trabajamos con perspectiva de género. Para dar un ejemplo concreto, yo estaba haciendo un taller para mujeres, para aprender a manejar un tractor; porque en la distribución de tareas, estamos encasilladas en algunas determinadas y no en otras.
Entonces hay un montón de líneas de trabajo; esta es de capacitación, pero hay líneas de casas para la mujer, de refugios y hay una infinidad de líneas que venimos llevando. Si el INAFCI desapareciera, entonces otra vez se debilitaría la equidad entre géneros en el sector rural.