Las medidas para evitar la propagación del coronavirius en la Argentina sumaron en estos días su primer escollo: una app. Es que restringidas las reservas en todos los hoteles del país como consecuencia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmó el presidente Alberto Fernández para hacer obligatoria la cuarentena, cerradas las inmobiliarias por esas mismas restricciones, se presentó una oportunidad casi exclusiva para Airbnb para operar, lo que le genera más de un dolor de cabeza a las autoridades.
Es que la plataforma restringió recientemente la posibilidad de reservar alojamiento. Sin embargo no canceló las reservas que se encuentran en curso, es decir que si una persona de un país afectado o que quiere hacer turismo dentro de Argentina alquiló antes del bloqueo que se auto estableció Airbnb puede tranquilamente ingresar a esa propiedad si consigue llegar.
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“Esa app me tiene podrido. Todos los días nos llegan denuncias de vecinos que se dan cuenta que en sus respectivos edificios entran personas nuevas todo el tiempo”, le dijo a BigBang una calificada fuente oficial. Incluso tienen identificada una ventana en la que se habrían realizado varias operaciones y que corresponde entre el 13 y el 14 de marzo, cuando se tomaron las primeras medidas restrictivas para la circulación en el país.
Desde la empresa, ante esta situación, emitieron un comunicado en el que afirman que tanto inquilinos como propietarios tienen a su disposición la cancelación gratuita y sin impacto en sus calificaciones. “Eso deja liberado a lo que quieran dos partes de una transacción”, se quejó otra autoridad gubernamental debido a que se convirtió en una forma de saltar las restricciones.
Incluso desde antes de las medidas de restricción voluntaria, los diferentes hoteles de la Ciudad empezaron a dejar de tomar reservas a lo que se sumó la caída lógica por el temor al contagio. La semana previa a los primeros anuncios, las caídas en la reservas cayeron desde el 70% a poco más del 20% llegando a 0% la semana siguiente. A eso se le sumaron los esfuerzos de los funcionarios de la Ciudad para llegar a acuerdos con las diferentes cadenas y hoteles sindicales para contar con más camas para los pacientes que se contagien de coronavirus -pero que no sean de gravedad- y así mantenerlos aislados de los que necesitan estas en un hospital.