La primera reacción de quienes consultó BigBang en el barrio porteño de Palermo fue el desconocimiento. Una gran mayoría prefirió no hablar por no saber ni las medidas que tomó el ministro de Economía Luis Caputo, ni los efectos que generarán en la realidad cotidiana. Aunque también estuvieron quienes sí recordaron otros planes de ajustes brutales y aquellos que lamentaron que ningún recorte cayera sobre la tan emblemática casta.
"No me sorprende para nada viniendo de Luis Caputo. Era de esperarse que el discurso de Milei se iba a caer en algún momento. Todas las medidas que anunció claramente apuntan a los que vamos a laburar en colectivo", protestó una joven. "Era de esperarse viniendo de un equipo de trabajo que formó él. Siguen siendo los mismos, volvemos a 2015, sigue gobernando el PRO", continuó.
El foco en que el gobierno actual es una continuación del que tuvo Mauricio Macri fue una percepción más bien generalizada entre los entrevistados. Aunque no todos recuerden ese periodo como algo completamente negativo. "La gente tiene tanto odio que está enceguecida para largo rato. Ya si les dicen que no hay plata, que va a haber ajuste a la clase trabajadora, y siguen festejando en la plaza, habla de una capacidad de comprensión muy baja", señaló la entrevistada. "Para mí el primer año van a aguantar con el apoyo a Milei, pero después cuando empiece a pegar fuerte el ajuste ya van a caer en la realidad", pronosticó.
El paradigma de la gobernabilidad de Javier Milei también entra en escena cuando en el diálogo los vecinos se preguntan sobre cuánto podría resistirse más ajuste, luego de una década de que los salarios pierdan poder adquisitivo. "Hay que ver cuánto puede sostenerse un gobierno así. Uno habla con los que tienen más años y estas medidas ya se vieron en otros tiempos, y terminan perjudicando a muchos y favoreciendo a unos pocos", opinó un motoquero.
"No me gustan las medidas macroeconómicas por sobre los intereses de la gente. Debería ser siempre al revés, o por lo menos un equilibrio", explicó un transeúnte. "No me gustan porque ni siquiera hay colchón para que la gente banque. La gente no puede bancar más, no está para esperar una luz al final del túnel", añadió.
Entre las miradas hubo decepcionados y también quienes hasta apoyaron un ajuste con la esperanza de que encamine la frágil economía del país, aunque la crítica fundamental pasó porque ninguna de las 10 medidas de Caputo tocaron a la casta, esa definición con la Milei taladró la pared que lo separaba de sus votantes. "Contra la casta no fue. No tocó a la casta. Al contrario, la está cuidando y la está apoyando", reclamó un vecino.
Eso no quiere decir que el recorte anunciado haya asustado a quienes eligieron al libertario de presidente. Para Daniel, un venezolano que vive y trabaja en la Argentina, lo oficializado fue "un poco duro y fuerte" porque no estaba "acostumbrado a recibir ese tipo de noticias". A su vez, reconoció que "se había avisado desde antes que esto iba a pasar, que iban a venir ajustes fuertes".
"Yo supongo que estas son las primeras medidas, apenas. Está comenzando, no tiene 72 horas hábiles. Esta sería la primera medida de muchas que van a venir. Y, en efecto, muchas tienen que ir al sector empresarial, político. Primeramente recae sobre el pueblo, es lo que toca y habrá que asumirlo", lamentó Daniel.
Más allá de las caracterizaciones que tienen los ciudadanos de pie, el análisis más crudo de las medidas de Caputo lo hacen quienes entienden de la materia. Julia Strada, directora del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y también diputada nacional por Unión por la Patria (UP), dialogó con BigBang para profundizar sobre las repercusiones y los efectos que tendrá el paquete anunciado.
El ministro Caputo aseguró que sus medidas fueron bien tomadas por la gente, ¿cómo analizas esta definición?
- En primer lugar, la gente no votó vivir peor, votó vivir mejor. Con una idea que se había instalado, que es que iban a recortarle a la casta. La instalaron y lograron que esa bala entrara y fuera efectiva. Nosotros publicamos con el CEPA por redes sociales, el recorte a la supuesta casta, porque finalmente es el achicamiento de la estructura estatal, con nueve ministerios menos, 50 secretarías menos y 42 subsecretarías menos, es de 3.200 millones de pesos en un año, lo cual significa el 0,0014 por ciento del PBI. Evidentemente, los 5,2 puntos porcentuales que están buscando sobre PBI, no están ahí. No están en la supuesta casa.
¿Hacia dónde se orientó el ajuste finalmente?
- Nos enteramos cuatro o cinco horas más tarde, el martes, que finalmente el grueso del ajuste estaba en otro lado. En este momento con el CEPA estamos haciendo un informe que detalla por dónde pasa entonces el grueso del ajuste. Ya los números los vimos, es 2,9 de recorte fiscal y una recomposición de ingresos o mayores ingresos tributarios, por el 2,2 por ciento. Lo cual configura, en realidad no 5,2, hicieron mal la suma en el cuadro, es 5,4 de reducción de gastos, con recomposición de ingresos. Eso significa superávit primario de 2,0 del PBI. Cuando uno analiza a quién le afectan las medidas, o quién paga el ajuste, se encuentra con que el 43,5 por ciento lo pagan los trabajadores activos, que son 2,35 punto del PBI, con estas medidas de reversión del impuesto a la ganancias, transferencias a las provincias que recortarían, entre otras cosas, del Fondo Nacional de Incentivo docente, la suba de tarifas y transporte, la destrucción de puestos de trabajo y de la obra pública, el congelamiento del Potenciar Trabajo, y la afectación a los estatales, que todavía no sabemos si es por menos empleo y menos salarios o una combinación de ambas.
Los trabajadores pasivos van a pagar casi 10 por ciento del ajuste, con la reforma provisional que proponen, congelamiento de jubilaciones básicamente, y las PyMES el otro 15 por ciento del ajuste, con la suba del impuesto país, que sé que es generalizada, pero para el mundo PyME, que importa insumos lo mata, porque el impuesto país con la suba termina generando una devaluación del 140 por ciento, cuando la devaluación es en realidad para el conjunto de la población de 120, y ya es altísima. Lo que quiero decir es que el reparto del ajuste es absolutamente desigual y recae fundamentalmente en trabajadores activos, pasivos y en PyMES.
Además que, en cuestiones de PyMES, liberar las importaciones es básicamente aniquilarlas...
-Todavía no tenemos esa confirmación, pero ya dijeron que las licencias no automáticas, no les interesan, así que uno espera una apertura importadora.
Salimos a hablar con los vecinos acá por Palermo y nos encontramos con que una gran mayoría desconocía las medidas que había tomado Caputo y el efecto, ¿por qué crees que sea esto?
- Varias cosas. Primero bajó el nivel del debate público enormemente. Hay una especie de achatamiento del debate público, que hizo que haya menos información y menos análisis. Yo lo vengo viendo hace años. Recuerdo que en el macrismo no era tan así, había incluso un nivel de conciencia más elevado cuando tomó medidas, que al inicio no eran tan graves como esta.
En segundo lugar, creo que el rol de los medios concentrados ha jugado un papel. Claramente la desinformación viene por ahí. En tercer lugar creo que el gobierno de Alberto Fernández no relató la realidad de las cosas. Y eso también llevó a que mucha gente no siguiera en tiempo real lo que pasó durante el gobierno anterior, y las disputas que en términos económicos tenía que dar. Se vendió, entre otras cosas, que el del FMI era un buen acuerdo. Y eso a mediano plazo se termina pagando, el no decirle a la gente cómo son las cosas. Que la discusión económica no esté en el centro se termina pagando. Y creo que el malestar general en términos económicos hace que la gente tenga menos tiempo para dedicarle a estas cosas.
¿Cómo funciona esta maniobra para estatizar deuda privada de importadores que se denunció en los últimos días?
- Lo primero a decir es que había mecanismos que el anterior gobierno tenía en pesos, para hacerle una especie de cobertura en pesos a quienes accedían a hacer importaciones, pero no tenían en este momento el acceso al MULC. Entonces, como tenían una cierta demora, había un costo financiero que asumir, y el riesgo cambiario por la suba del tipo de cambio paralelo, vos le dabas esta famosa cobertura en dólares, pero pagadera en pesos, o el típico contrato dólar futuro. Lo que ocurrió es que ahora se lo dieron en bono, y se lo dieron pagadero en dólares. Esto configura dos cosas, en primer lugar darle dólares ya es distinto a darles pesos, es más que una cobertura sencillamente cambiar y en pesos, es que el BCRA asuma que les tiene que dar dólares, lo cual es un compromiso que terminaría siendo no, no lo es aún, una estatización.
Terminaría siendo que el BCRA asuma esa deuda de las y los importadores. Y esto es un problema, porque además no es un objetivo primordial resolver este tema. La mitad de esta deuda es intrafirmas. Bueno, que arreglen con sus casas matrices, no era necesario. Y por otro lado, el tamaño de la deuda también fue una decisión del BCRA, que no les quiso dar dólares, porque quería administrar las reservas de la mejor manera en un año de sequía. Entonces no es que la deuda es porque el kirchnerismo era malo, es porque deliberadamente vos no le quería vender tanto dólares a los importadores. Cuando tenías que acumular reservas, pagar deudas, hacer otras cosas.
Respecto a la conflictividad social. Hay hay un debate sobre qué es lo que va a suceder y que todas estas medidas puedan pasar o no, de cara a un enfrentamiento social grande en la calle. ¿Creés que ciertos actores pueden llegar a cambiar las medidas que está tomando el gobierno?
- Creo que más que depender de algunos actores en particular, necesitamos que el conjunto de la sociedad tome una posición distinta respecto al gobierno de Milei. Y esto tal vez requiere un tiempo. Sí está claro que hay actores que van a pelear porque los ingresos no caigan, pero no le depositaría específicamente la responsabilidad a algunos actores en particular, sino que hay una sociedad que tiene que mirar de otra manera este ajuste.
Hay una amenaza de represión el gobierno desde el día uno. ¿Cómo lo ves?
- Bueno, yo lo que creo es que tener a Rodolfo Barra en la Procuración, tener a Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad y a Waldo Wolff en el de CABA, está todo pensado para no pasar por el Congreso y para que si hay movilización haya represión. Creo que igual nos estamos adelantando los tiempos, todavía la sociedad no terminó de informarse en primer lugar y de procesar las medidas, y en función de eso va a venir movilización. A mí tampoco me parece inteligente que salgan movilizaciones sin apoyo y comprensión popular de lo que está ocurriendo. Un poco la tarea es explicar lo que está ocurriendo, relatar el ajuste.