El paisaje de Comodoro Py volvió a mostrar una imagen inédita. Esta mañana, dos ex jefes de Estado argentinos compartieron el mismo techo, en causas que si bien son distintas, tienen un punto en común: el atentado a la AMIA, ocurrido en 1994, en el que murieron 85 personas.
ELLA Y ÉL
Cristina Kirchner arribó pasadas las 10 de la mañana a los tribunales federales. Su paso por el despacho de Claudio Bonadio no fue muy largo: la ex presidenta presentó un escrito ante el juez que la investiga por traición a la Patria y encubrimiento agravado del atentado a la mutual judía, por el Memorándum de Entendimiento con Irán.
Cristina, a la salida de los tribunales federales de Comodoro Py.
Carlos Saúl Menem, en cambio, arribó al viejo edificio de Retiro unos minutos después, aunque en una situación aún más complicada. El ex mandatario ya está siendo juzgado, desde agosto de 2015, por el encubrimiento de atentado. Más de dos años después, hoy comenzaron los alegatos finales en el juicio que investiga las irregularidades de la investigación del mayor ataque terrorista que sufrió la Argentina. Este juicio podría concluir antes de fin de año, según señalaron fuentes de la causa a BigBang.
A paso lento, como cansado, con un coqueto traje oscuro. Así describió la agencia DyN la llegada de Menem a los tribunales federales donde se lo apunta como encubridor de la supuesta pista siria. En el juicio están imputados, además del riojano, el ex juez Juan José Galeano, el ex jefe de la ex SIDE, Hugo Anzorreguy, el ex comisario Jorge “Fino” Palacios y el abogado Rubén Beraja, entre otros.
Carlos Menem, en el juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA.
Cinco pisos más arriba - la sala AMIA donde se desarrolla el juicio a Menem y compañía está en el subsuelo y el juzgado de Bonadio en el cuarto piso -, Cristina mencionaba ante Bonadio esos mismos nombres en un escrito, y agregaba el de Carlos Vladimiro Corach, el ex ministro del Interior menemista recordado, entre otras cosas, por la “servilleta” donde anotaba los jueces adictos al Gobierno. En varias ocasiones Cristina aseguró que Bonadio integraba ese listado.
Sandwiches de miga y una pequeña botella de agua. La visita de Menem a Comodoro Py.
Mientras las miradas apuntaban al despacho de Bonadio por la presencia de la ex presidenta y senadora electa, en la sala AMIA el perfil era mucho más bajo. Sentado entre sus abogados, el ex presidente se acomodó en el sector previsto para los imputados. Sobre el escritorio en el que apoyaba sus manos no había ni papeles ni carpetas, como en las películas. Menem tenía apenas una pequeña botella de agua mineral y un pequeño paquete con tres sándwiches de miga.
LA AUTOPSIA DEL HIJO
Lo cierto es que Menem no sólo fue noticia por su presenica en Comodoro Py. Hoy la Justicia confirmó que el cuerpo que permanecía enterrado en el cementerio Islámico de San Justo era de su hijo, Carlitos Jr., quien murió el 15 marzo de 1995, cuando el helicóptero en el que se trasladaba junto con Silvio Oltra se precipitó en la zona de Ramallo. Las dudas surgieron varias décadas atrás, y apuntaban al presunto homicidio del joven hijo del ex presidente.
Una de las últimas fotos de Carlitos Menem Jr. con vida.
La nueva pericia fue ordenada meses atrás por el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, y finalmente la madre de Menem Jr., la ex primera dama Zulema Yoma, accedió.a que se perite el cuerpo para determinar si se trató de un atentado. En aquel entonces, Zulema relató a BigBang que la tumba había sido profanada. El estudio consistió en la extracción de huesos, que fueron cotejados con extracciones de sangre de Zulema y Carlos, y se determinó que los restos que permanecían enterrados eran los del hijo Carlitos.