Alberto Fernández escuchó con atención la conferencia de prensa que Horacio Rodríguez Larreta brindó en la sede del Gobierno porteño, un día después de que el presidente avanzara por decreto con las nuevas medidas de restricción para el AMBA, el distrito más complicado en términos epidemiológicos a nivel nacional. Acompañado por su mesa chica, el presidente no pudo ocultar su enojo ante las palabras de Larreta, quien no sólo lo acusó de "romper el diálogo", sino que además anunció que judicializará la presencialidad de la educación en territorio porteño.
"El Gobierno nacional decidió romper el mecanismo de diálogo y consenso que veníamos sosteniendo hace más de un año. Quiero ser claro: no fuimos consultados sobre ninguna de las medidas que se tomaron ayer. Es inexplicable que haya sido así, más cuando veníamos teniendo reuniones constantes durante los últimos días para hablar de qué medidas podíamos tomar para frenar la suba de casos", denunció el jefe de Gobierno porteño, al tiempo que exigió por televisión una reunión con el primer mandatario.
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De acuerdo a lo que pudo confirmar BigBang, la caliente reacción inicial del primer mandatario fue la de no acceder al encuentro con Larreta. Sin embargo, en cuestión de minutos se confirmó que Fernández recibirá en la residencia de Olivos al jefe de Gobierno porteño cerca de las diez de la mañana. La agenda obligada, por fuera de los pases de facturas privados, tendrá a las clases presenciales a la orden del día, así como también la coordinación del desembarco de las Fuerzas Federales en la Ciudad; dos de las objeciones más fuertes de Larreta.
En principio, el presidente mantendrá la determinación del cierre de colegios que, tal y como reconoció en una entrevista a Radio 10, generó "resistencia" por parte de su Gabinete, en especial la del ministro de Educación, Nicolás Trotta. La educación a distancia se mantendrá, inicialmente, por dos semanas; al tiempo que no se descarta que se puedan profundizar las medidas de restricción en caso de que los datos epidemiológicos de los próximos días así lo recomienden.
La agenda paralela correrá por la arena política. El enojo de Larreta responde a la "falta de anticipación" de las medidas y a la decisión unilateral del decreto. Sumará, además, la quita de la coparticipación. Por el lado de Fernández, las recriminaciones tienen que ver con la oscilante posición que el jefe de Gobierno porteño mantiene "para la tribuna". En concreto, el presidente lo acusó de acordar en privado, pero luego acompañar las solicitadas de Juntos por el Cambio que cuestionan cualquier tipo de medida sanitaria y hablan de "avances contra las libertades individuales".
Otro de los puntos álgidos será el de los controles. Mientras que el jefe de Gobierno porteño ya hizo público su malestar por el despliegue de las Fuerzas Federales, Fernández lo interpelará por la falta de controles en la Ciudad para que se cumplan con las disposiciones que comenzaron el lunes pasado e incluso le recriminará la "hora adicional" de apertura comercial que sumó de forma unilateral. ¿Y la frutilla del postre? Que haya acordado en privado la restricción de la circulación pero, al momento de anunciarla, se haya manifestado "en contra".
Desde el Gobierno también siguen de cerca la "pata económica" de los anuncios. En efecto, Martín Guzmán ya se anticipó a la publicación del reporte del Indec y aclaró: "La inflación de marzo va a ser la más alta del año pero esperamos una reducción a partir de abril. Hay circunstancias coyunturales que han estado afectando a los precios, incluyendo a la inflación en alimentos, que es un problema en el mundo y en particular en esta pandemia”.
Cerca de las seis de la tarde, casi en simultáneo con la conferencia de prensa que dará el gobernador bonaerense Axel Kicillof, la directora ejecutiva de la Anses, Maria Fernanda Raverta, junto al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, harán lo propio para anunciar y explicar en detalle las nuevas líneas de asistencia económica que confirmó esta mañana el propio Fernández a una radio.
En concreto, el presidente anunció que se les otorgará un bono de $15.000 a los beneficiarios e la Asignación Universal por Hijo y de Asignación Universal por Embarazo. También se les abonará ese mismo importe a monotributistas de las categorías A y B. El jefe de Estado planteó que en todo el país existen más de 2 millones y medio de personas que entran en las categorías, mencionadas pero alertó que el refuerzo en la asistencia será “solo para quienes estén en las zonas donde estén en marcha las restricciones” a la circulación que buscan contener la segunda ola de contagios.