Por estas horas, Alberto Fernández termina de cincelar en Olivos el segundo discurso que dará como presidente ante la asamblea legislativa. Por fuera del eje en la administración de la pandemia y en la reactivación económica, el primer mandatario decidió en la tarde del sábado reforzar el párrafo dedicado a la oposición. Las bolsas mortuorias en la puerta de la Casa Rosada, los incidentes en los alrededores de la residencia presidencial y el creciente discurso "anti política" que arenga el ala más dura de Juntos por el Cambio terminaron por definir el debate interno que se dio en la mesa chica del presidente. "Va a condenar con mucha dureza todo lo sucedido", anticiparon a BigBang desde el denominado "albertismo".
"Una de las posturas era transmitir un mensaje superador y conciliador, con proyección al futuro. 'Hay que mirar para adelante', sostenían y promovían el hacer un 'punto aparte' de la vacunación discrecional de Ginés. Pero la oposición cruzó todos los límites el sábado, una transgresión que no puede ni debe ser aceptada en democracia. Cuando el presidente utilizó la frase 'no callemos ante semejante acto de barbarie', lo que hizo fue invitar a la oposición a que se despegara del mensaje mafioso de las bolsas mortuorias", precisaron.
Fueron pocos los referentes opositores que condenaron lo sucedido. Mientras que Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio se abroquelaron detrás de un sugestivo silencio -tal vez a la espera de que sea Horacio Rodríguez Larreta quien siente la posición de las "palomas" en su discurso de apertura de sesiones ordinarias-, el propio Mauricio Macri twitteó sólo dos minutos después que el presidente y redobló la apuesta con un mensaje tanto para propios, como ajenos: "Emocionado y contento de ver como una vez más los argentinos se movilizan, demostrando que no van a permitir los abusos y atropellos del gobierno".
Detrás de él se encolumnaron Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, Waldo Wolff e incluso Martín Lousteau, quien si bien calificó lo sucedido de "despreciable forma de protesta", convirtió la lavada autocrítica en un ataque: "Presidente, somos muchos los que repudiamos esa despreciable forma de protesta. También somos muchos los que esperamos que pida perdón por el pésimo manejo de las vacunas. Y somos muchos más los que pedimos que sean públicos los registros de todos los vacunados en el país". Esa fue la misma línea que siguió Cristian Ritondo, quien omitió hablar de las bolsas e hizo foco en los disturbios frente a Olivos.
Desde el Gobierno reconocieron que había temor por la cantidad de gente que podía llegar a movilizarse tras el escándalo de la vacunación discrecional, pero la convocatoria tuvo menos recepción e impacto del que proyectaban. "Lo que preocupa ahora es el tono, la virulencia del discurso de odio y de la 'anti política' que se expresó y que arengaron referentes de la oposición", reconocen desde Balcarce, al tiempo que señalan: "Hubo un cambio también en el foco de los ataques. Durante la campaña fueron contra Cristina y no les salió bien. Ahora están yendo contra Alberto y ahí el escenario es otro".
Que el presidente haya sido ungido como el nuevo blanco de la oposición más reaccionaria le permite a Fernández capitalizar la grieta interna de Juntos por el Cambio, que observa desde afuera y con "mucha preocupación" por el espacio que ganó el ala más dura en los últimos meses. "Alberto se siente más cómodo con el tono aperturista del discurso que dio durante la presentación del Consejo Económico y Social, que con el que dio en México", reconocen. No sería una sorpresa que aproveche la apertura de sesiones ordinarias para "tender puentes" con las palomas y condenar sin matices a los "halcones".
Si bien la base del discurso fue escrita por Alejandro Grimson -antropólogo y asesor del presidente- y la supervisión quedó en manos de Gustavo Beliz y de Santiago Cafiero -quien además aportó los informes que se presentaron desde cada uno de los ministerios-, las últimas modificaciones fueron realizadas por el propio Fernández. El temor del presidente es la escalada de violencia arengada por Bullrich y Macri. "Arrancamos con las bolsas mortuorias en Casa Rosada y terminamos con las molotov adentro. Hay que cortar esto y reforzar la importancia del diálogo democrático", se escuchó decir en la mesa chica.
El rol de los medios ante la "vacunación VIP" y la "doble vara"
El malestar del presidente no es sólo con la oposición. Quienes lo acompañaron en su visita a México reconocieron la bronca del primer mandatario ante lo que consideró un ataque por parte de los periodistas que sólo le preguntaban por la vacunación VIP, pese a que ya había exigido la renuncia del ministro y publicado el listado de las personas que se inocularon en el Posadas -lo que despertó el cuestionamiento de Martín Guzmán, quien reclamó que no se haya diferenciado la inoculación de sus funcionarios de la de la familia Duhalde, que ni el propio ex presidente pudo explicar-.
"Estaba indignado. Estás en México hablando con empresarios, abocado a abrir acuerdos bilaterales de comercio y tenía a un ejército de periodistas que sólo preguntaban con tono acusatorio por lo de Ginés, pese a que ya le había exigido la renuncia", reconocieron desde la comitiva que viajó junto al primer mandatario.
La lectura que por estas horas analizan desde el Ejecutivo es que algunos medios de comunicación y la oposición buscan "convertir la denominada vacunación VIP en una nueva 125". La comparación no es ingenua: el conflicto entre la por entonces presidenta y el Campo se desató cuando la soja subió a 580 dólares su valor y hoy ronda los 530, con una fuerte devaluación mediante que incrementó el margen de ganancias de los exportadores.
Quienes abonan ese análisis también resaltan que, pese al ataque y al impacto que tuvo en la ciudadanía el desmanejo deliberado de Ginés, los índices de aprobación del Gobierno todavía conservan "el cuarenta por ciento" del electorado. "Ni siquiera Néstor y Cristina lograron eso durante el conflicto con el campo", destacaron desde Balcarce.
La posición "inquisitoria" de un sector del periodismo sigue alterando a Fernández. "Le pedí la renuncia a Ginés en menos de 24 horas, publicamos el listado y transparentamos todos. ¿Qué más quieren?", se preguntó ante su mesa chica el primer mandatario. La decisión política del presidente antes de viajar a México era dar por terminado el tema tras la jura de Carla Vizzotti como ministra, pero el tema siguió y sigue en agenda; lo que lo impulsó a dar el descolocado discurso que pronunció en el Zócalo. "Hay una doble vara constante", denuncian desde el Ejecutivo.
"Lo que se tenía que hacer ya se hizo. El hecho es lo suficientemente grave como para que un ministro de esa talla (por González García) haya debido dejar su cargo, pero terminemos con la payasada. Les pido a los jueces y fiscales que hagan lo que deben. Ya hicieron demasiadas 'sinvergüenzadas' para que sigan haciéndolas", disparó con enojo Fernández desde México por la cadena de denuncias que se presentaron ante la Justicia y que culminaron con la imputación del ex ministro y de su sobrino, Lisandro Bonelli.Vacunas, el Campo y el Poder Judicial
Las críticas al Poder Judicial y la insistencia en la necesidad de una reforma judicial formarán también parte del discurso y serán, tal vez, uno de los ejes en los que Fernández volcará sus posiciones más duras e instará a la oposición "más dialoguista" a apoyar el proyecto que envió al Congreso. El guiño no es ingenuo: el Frente de Todos todavía trabaja con sus espadas legislativas para poder alcanzar los números que le permitan el tratamiento y la aprobación del proyecto, que hasta el momento junta polvo en el Congreso a la espera del cierre de alianzas con los bloques "independientes".
La campaña de vacunación será, junto a las críticas a la Justicia y al Campo, la "bala de plata" del primer mandatario. Fernández aprovechará para exponer lo que considera la "irresponsable militancia anti vacunas" que llevó adelante la oposición durante la pandemia y celebrará el acelere en el ritmo de la campaña de vacunación que comenzará a sentirse en las próximas semanas cuando, de acuerdo a los cálculos oficiales, se avance hacia un promedio de 100 mil vacunados por día. "Llegamos ante la Asamblea con un millón de vacunados en dos meses", destacan desde Presidencia.
La victoria de La Cámpora y una apertura de sesiones sin militancia en la plaza
La presencia de Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner en el Congreso reforzará el concepto de unidad que el Frente de Todos busca transmitir "para el afuera", en especial en un año electoral. Sin embargo, la semana pasada hubo una pulseada entre La Cámpora y los movimientos sociales, la CGT y algunos intendentes que quisieron convocar a una movilización para "respaldar al presidente".
El presidente osciló entre ambas posiciones, pero terminó dándole la derecha a La Cámpora, quien desde el viernes marcó su posición con una convocatoria vía redes: "Este primero de marzo acompañamos a Alberto en la apertura de las Sesiones Ordinarias desde nuestras casas y nuestros celulares". Por fuera del debate que se dio puertas adentro, el presidente no convalidó la posición de quienes le planteaban que una "plaza vacía" podía interpretarse como una falta de apoyo popular y abonó en cambio el planteo más sanitarista vinculado a la pandemia.
"Agradezco a todas las organizaciones políticas y sociales que han convocado a acompañarme el lunes próximo. Los argentinos y las argentinas hemos hecho sacrificios en este año de pandemia. Es ese enorme esfuerzo el que me da la energía y el mandato para seguir poniendo al Estado en el lugar del que nunca debieron haberlo sacado: el de impulsor de la recuperación de nuestro país", fue el mensaje con el que le marcó la cancha a los sectores propios que insistían en movilizarse.