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"Alberto nos invitó a comer un asado cuando esto pase": un infectólogo que asesora al Gobierno pide "extremar los cuidados" en fase 4 de la cuarentena

El presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Omar Sued, revela cómo son los encuentros con el presidente para definir las medidas de prevención del coronavirus. Además, aclara que "siempre habrá riesgo de contagio" hasta que la enfermedad no sea eliminada.

por Agusti­n Gulman

08 Mayo de 2020 13:24
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El presidente de la Sociedad Argnetina de Infectología, Omar Sued, conversó con BigBang sobre el futuro de la pandemia de coronavirus en la Argentina. Advirtió que si el país logró reducir la tasa de contagios y tener pocos muertos fue por la rapidez con que se decretó la cuarentena y sostuvo que en la próxima fase habrá que limitar al máximo la circulación en transporte público: "En Nueva York y España el subte y el metro fueron factores importantes de transmisión". 

Sued, que además es miembro de la Fundación Huésped, reveló cómo son las reuniones con Alberto Fernández en la Residencia de Olivos y contó que el presidente los invitó a comer un asado en la quinta una vez que se terminen las restricciones y no haya riesgo de contagio. "Hay que extremar las precauciones, siempre vamos a estar en riesgo de contagiarnos mientras haya casos de coronavirus", pidió el médico experto en medicina interna, graduado en 1995 de la Universidad Nacional de Córdoba. 

-¿Cómo imaginás que será la siguiente fase de la cuarentena en los centros urbanos?

-Ha quedado claro que se seguirá apostando por identificar a todos los casos, aislarlos y hacer la búsqueda intensiva de nuevos contagios. Todavía sigue siendo una etapa de contención, tratamos de eliminar la transmisión y es algo que ya se logró en 16 de provincias que no han registrado nuevos casos. Eso es posible, lo hizo Nueva Zelanda y lo estamos haciendo nosotros en gran parte del territorio, aunque hay zonas que son más complejas por la población y las características demográficas, como son la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana. No hay que tirar la toalla, hay que apostar a identificar y evaluar a las personas.

-Uno de los temas más complejos tiene que ver con lo que ocurre en las villas, con poblaciones muy vulnerables, donde es muy difícil cumplir con la recomendación básica de la Organización Mundial de la Salud, que es mantener la distancia social. ¿Es una situación que se puede agravar en los próximos días?

-Hay que prestar mucha atención, las villas tienen la dinámica de transmisión de instituciones cerradas, donde es difícil mantener la distancia, con muchas complejidades. Son barrios con mucha dificultad para que las personas tengan acceso a salud, agua, educación. Viven en una situación que ya era compleja antes de la epidemia y va a seguir siéndolo después. Hay que darle un tratamiento especial a estas comunidades, siempre estigmatizadas, que ahora están sufriendo la infección que adquirieron en otros barrios, porque no es una enfermedad autóctona. Se acostumbraron a apelar a la vida en comunidad, a la cooperación, y ahora les decimos que hay que mantener distancia y no reunirse. Provincia de Buenos Aires, Ciudad, Rosario y Córdoba tienen conurbanos con asentamientos muy amplios, con el riesgo de que el virus penetre y se disemine sin poder controlarlo.

Siempre vamos a estar en riesgo de contagiarnos mientras en la Argentina haya casos".

-¿Es posible que las provincias que fueron anunciando reaperturas de actividades de forma parcial corran algún tipo de riesgo de nuevos contagios?

-Siempre hay que extremar las precauciones, siempre vamos a estar en riesgo de contagiarnos mientras en la Argentina haya casos de coronavirus, entonces hay que hacer controles para evitar la llegada a esas provincias de gente que pueda estar infectada. Una forma son las pruebas serológicas, que permitirán detectar casos que potencialmente puedan ser asintomáticos.

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-¿Qué actividades recomiendan los expertos que por ahora no se habiliten en los centros urbanos?

-Ninguna en la que la gente esté a menos de dos metros por más de 15 minutos, tampoco donde se amontonen muchas personas en un mismo espacio, se debe respetar cuatro metro metros cuadrados por persona en un comercio. Se deben evitar las actividades que aunque cumplan esos dos criterios promuevan el desplazamiento de mucha gente en el transporte público, que posiblemente sea un factor crítico de contagio, como se vio en Nueva York y también en España, donde el subte fue uno de los factores de transmisión más importantes. También se pueden pensar medidas adicionales, como el control de temperaturas en los trenes, además del distanciamiento social.

Alberto Fernández nos dijo que cuando todo esto pase nos iba a invitar a comer un asado".

-¿Cómo son las reuniones con tus colegas y el presidente Alberto Fernández?

-Son muy cordiales, nosotros tenemos un grupo de WhatsApp donde planteamos los temas que van apareciendo. Si se necesita alguna reunión puntual con el ministro de Salud nos avisan y si nos convocan a Presidencia se elige a un grupo reducido para que no vayamos los 18. En Olivos es muy agradable, es un ambiente distendido, donde contamos lo que vemos que pasa. Siempre nos convocan unos días antes del anuncio de extensión de la cuarentena. Ginés González García hace una presentación y luego el presidente hace preguntas y toma notas en su cuadernito. Siempre repite “yo soy un simple abogado, los llamo para que me expliquen sobre esto”. Tiene mucha facilidad para explicar los cuadros epidemiológicos, nos sentimos muy cómodos y nos dijo que cuando pasara todo esto nos iba a invitar a un asado, porque ahora obviamente no se puede.

-¿Conocías la Residencia de Olivos?

-No, nunca había ido. Es muy interesante, para mí fue una sorpresa. Nos reciben en un quincho grande con una mesa. Hay un protocolo para entrar, te toman la temperatura, te llevan al salón, siempre hay un metro y medio de separación y alcohol en gel. Es bastante ameno. Alberto Fernández parece una persona normal. Se hacen bien las cosas allí adentro, hay que cuidar mucho al presidente y su gabinete para que no se infecten.

-¿Cómo te caen las expresiones de sectores que plantean promover un “contagio masivo” para que mucha gente se infecte y se inmunice, o quienes hablan de levantar la cuarentena porque hay pocos casos?

-Es como los discursos anti-vacunas. Dan pena, porque son muy pocos los que realmente creen de forma religiosa en esto, y sin embargo se agranda ese impacto y terminan teniendo influencia en un porcentaje grande de la población que no tiene acceso a toda la información. Yo sé que hay gente que se está muriendo de hambre, que está sufriendo, también nosotros lo padecemos, aunque seamos médicos y tengamos mayores recursos. Pero nosotros también hacemos muchísima fuerza para que el Estado ayude a quienes no pueden sostenerse. Y se hace, porque somos uno de los Estados que más ha ayudado no sólo a la clase baja, también a la clase media y la clase alta, pagando los sueldos. No hay que perder el foco final de que esto lo estamos haciendo para evitar tener muertos.

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-¿Creés que comenzó a superponerse lo ideológico con lo sanitario en las últimas semanas?

-Lo empecé a notar en los últimos días, no en el inicio. Al principio la gente pedía la cuarentena, la oposición y los medios se alinearon en la idea de “Argentina unida” y “quedate en casa”. Después los medios comenzaron a preguntarse por qué si Brasil no tenía cuarentena nosotros debíamos tenerla. Noto que se hizo mucho más ideológico el debate. Escuchaba a un economista en la televisión que planteaba que había que tolerar una cierta cantidad de muertos si queríamos mantener a la economía viva. Yo no sé de economía, pero es un problema cuando arrojan datos de salud sin buscar información apropiada. Se pone a Suecia como ejemplo, que tiene tasas de mortalidad de coronavirus diez veces superior a los países nórdicos por no implementar la cuarentena.

-Nos acercamos al invierno y con la flexibilización de la cuarentena mucha gente va a salir a la calle. ¿Te preocupa que aumenten casos de gripe común y haya más gente en los hospitales?

-No es para preocuparse, porque las medidas que tomamos para el coronavirus van a tener un impacto muy grande en disminuir las nuevas infecciones de gripe u otros virus, que tienen el mismo modo de transmisión. El problema es para los médicos, porque la cantidad de gente con sospecha de coronavirus va a ser mayor. Si todos tienen fiebre y tos habrá que hacer muchos test para definir si es gripe o coronavirus.

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