19 Noviembre de 2020 11:06
Tras enviar el proyecto de legalización del aborto al Congreso este martes, el presidente Alberto Fernández se esperanzó en que la iniciativa sea aprobada en las próximas semanas y sostuvo que están dadas las condiciones “para que esta vez se convierta en ley”.
En declaraciones a Futuröck, el presidente afirmó que el proyecto no “obliga a nadie” a llevar adelanta la interrupción de la gestación, sino que “garantiza la vida de la mujer que enfrenta un embarazo”. “Creo que estamos en condiciones de que esta vez el aborto se convierta en ley”, se entusiasmó Fernández este jueves.
Además, justificó la demora en enviar el proyecto de ley - fue una de sus promesas de campaña y el 1° de marzo en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso se comprometió a que presentar la iniciativa este 2020 -, y explicó que se debió a la situación sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus. “Frente a la mejora de la situación entendí que era el momento de enviar el proyecto y cumplir con mi palabra”, aseguró.
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“Me siento embanderado de este reclamo, esta vez no habrá un presidente llamando a un gobernador para que sus senadores voten en contra”, disparó en alusión al debate legislativo de 2018, cuando si bien Mauricio Macri habilitó la discusión en el Congreso, tanto él como su vice, Gabriela Michetti, estaban en contra de la interrupción voluntaria del embarazo.
“Haré todos mis esfuerzos para que el proyecto de aborto salga y se convierta en ley”, prometió el presidente, que indicó que tiene la “convicción” de que es necesario para la Argentina. “Estamos en condiciones de que se convierta en ley, creo que la diferencia con otros tiempos es que, más allá de la enorme lucha del movimiento feminista, me siento el abanderado de este reclamo”, sostuvo.
El proyecto impulsado por el Ejecutivo prevé la legalización del aborto hasta la semana 14 de gestación.
A diferencia del que impulsó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, prevé la objeción de conciencia de los profesionales de la salud, aunque aclara que deben ser objetores tanto en el ámbito público como privado y que en cualquier caso deben derivar a las pacientes con otro profesional para que se garantice el acceso al derecho. La iniciativa además fija un plazo máximo de diez días entre que se solicita la interrupción voluntaria del embarazo y que se lleva a cabo.
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Según Fernández, el impulso que le dio el Ejecutivo a la discusión podría generar un escenario distinto para garantizar los votos a favor, sobre todo en el Senado, donde el rechazo es mayor que en Diputados.
En este sentido, el presidente recordó que el aborto no es un “problema de dogmas religiosos”, sino una cuestión de “decisiones personales”, aunque aclaró: “Yo soy católico, pero tengo que resolver un tema de salud pública”.
