Sincronización perfecta. Mauricio Macri sufragó media horas después que el precandidato presidencial del FpV y lo hizo como siempre: sin familia y con una docena de facturas. El líder del PRO asistió pasadas las 10.30 al colegio Wenceslao Posse y, pese a que transmitió tranquilidad, denunció robo de boletas: “Las cosas marchan bien, salvo por algunos personajes que entran flacos al cuarto oscuro y salen gorditos”.
El líder del PRO destacó el trabajo de los fiscales.
“Empezó el robo de boletas por culpa del sistema arcaico que tenemos. Me informan que los fiscales están bien preparados y que las cosas marchan bien, no recibimos denuncias de que les hayan impedido el ingreso. Por suerte, el trabajo que se hizo a favor de la fiscalización no se ha visto en la historia. Hemos comprendido que cada voto es un sueño y que hay que cuidar cada sueño para que el resultado final refleje lo que los argentinos queremos para nuestro futuro”, destacó.
El jefe de gobierno porteño saliente también se refirió a las inundaciones, producto del temporal que azotó a la provincia de Buenos Aires: “Lamento mucho lo que está pasando y que la gente esté sufriendo las consecuencias. Hemos hablado tantas veces del cambio climático y hay que prepararse como corresponde para afrontarlo”.
Por último, Macri anticipó que almorzará junto a todos sus hijos y que intentará despejar su mente con un poco de deporte: “Vienen todos mis hijos, los grandes también. Vamos a almorzar en casa, en familia y con amigos. Por la tarde, como va a ser una noche larga, voy a hacer deporte. ¿Cuál? Estoy fanatizado con el pádel”.