05 Septiembre de 2022 09:19
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, habló por primera vez este lunes tras el atentado a Cristina Fernández de Kichner, y admitió en un breve contacto con la prensa, que apenas ocurrió el intento de magnicidio puso su renuncia a disposición del presidente Alberto Fernández.
“Yo soy un caballero, y cuando estas cosas sucedieron, lo primero que le dije al Presidente es que yo estaba dispuesto, cuando él lo decidiera, a correrme”, afirmó el funcionario.
Además, dijo que ofreció su renuncia "desde el primero momento", porque "esas cosas se deben hacer así”. Lo cierto es que durante el fin de semana la cabeza del ministro estuvo en juego, aunque, al menos por ahora, se decidió su continuidad.
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Una de las que dictaminó públicamente que Aníbal Fernández debía renunciar tras el ataque a CFK, fue la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, con quien el titular de la cartera de Seguridad dijo estar dolido por sus dichos. “Lo de Hebe me duele en el alma porque no sabe lo que pasó y opinó sin saber nada de lo que se ha hecho”, sostuvo.
Por otro lado, el ministro aseguró que los protocolos y el accionar de los custodios de la vicepresidenta fue correcto. “Creemos que los protocolos se han cumplido, los custodios actuaron como corresponde y va a ser analizada como corresponde. Se ve el anillo de los cinco como si fuera un dado y esto demuestra que se han cumplido los protocolos”, comentó.
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Finalmente, respecto al celular de Fernando André Sabag Montiel, el cual se reseteó de fábrica, Fernández aclaró que la Policía actuó como debía y que no "manipuló" el teléfono “Lo que hizo (la Policía) fue recogerlo, ponerlo en una bolsa de Faraday (blindan los dispositivos electrónicos y bloquean las señales) y enviarlo al Juzgado. Se envía ese teléfono en una bolsa de Faraday al juzgado, el juez nos da un recibo que dice que fue recibido con la cadena de custodia intacta. Hasta ahí llega nuestra tarea. Después no sé qué pasa”, cerró.
A pesar de la defensa del ministro, durante los últimos días se decidió cambiar el equipo de custodios que cuidaban a CFK y, de hecho, se reforzó su seguridad y el presidente Alberto Fernández puso a su disposición un auto blindado para que la vicepresidenta pudiera moverse con mayor tranquilidad.
El viernes incluso se la vio salir de su departamento en Recoleta, y recién volvió a la vivienda el domingo por la noche. Aunque no se dijo dónde estuvo para resguardar su integridad, de todos modos se cree que viajó a El Calafate en un avión privado.