El viernes al mediodía se terminó el calvario de la familia de Susana Cáceres y comenzó la pesadilla, luego de que la encontraran sin vida en medio de unos pastizales ubicados a la vera del río Reconquista a la altura de Ituzaingó, en el oeste del conurbano bonaerense.
Los peritajes luego determinarían que la mujer había sido víctima de abuso sexual, además de haber sufrido golpes en la cabeza con un objeto contundente, al igual que palazos en el cuello, cortes realizados por algún tipo de arma cortopunzante y marcas de haber sido asfixiada, cuando sólo había ido a vender unos electrodomésticos para pagar deudas.
La investigación tiene un cálculo estimado de que la fecha de muerte fue entre el jueves 10 y el viernes 11, sólo unos días después del 8 de noviembre, cuando la víctima dejó a sus dos hijos menores con su madre para que los cuide un rato.
Sólo unas horas antes de que encontraran el cuerpo, la Justicia dispuso dos allanamientos y uno directamente en la casa de la ex pareja de la mujer asesinada, Alejandro Alberto Peralta, quien quedó detenido por tenencia de un arma calibre 45 con la numeración limada, y no por el crimen de quien fuera su novia.
Aunque luego de que la investigación pudiera revisar exhaustivamente las cámaras de seguridad de la zona donde se ubicó al cadáver, se encontró a quien hoy es el principal sospechoso de ser el femicida, Ramón Rosa Lescano, quien fue detenido el lunes por la noche a bordo de su camioneta Renault Duster en la localidad de Bella Vista.
A partir de su detención y la nueva pista, se dispusieron nuevos allanamientos sobre su domicilio, donde secuestraron una remera y un pantalón con manchas de sangre, las cuales todo indicaría que pertenecerían a Cáceres, lo que -en caso de confirmarse en las últimas pericias- le daría un cierre al caso que comenzó hace más de 20 días. Además existen más manchas, pero en este caso dentro del automóvil.
El detenido cuenta con otras razones por fuera de los resultados de la pericia por las cuales se presume su culpabilidad, con la más importante la que hace al seguimiento, ya que su vehículo estuvo detenido 40 minutos a la vera del camino del Buen Ayre, donde encontraron el cuerpo, en horas previas al hallazgo.
"Se realizó un relevamiento de las cámaras ubicadas cercanas a la zona del hallazgo del cuerpo y se vio que aproximadamente a la 1.10 de la madrugada del viernes paró una camioneta cerca del lugar y bajan unas personas", revelaron a la Agencia Télam fuentes judiciales, las mismas que anunciaron que "hoy se realizará un punteo y se ordenarán todos los elementos y evidencias, y mañana será indagado Lescano".
Fue la fiscal Luisa Pontecorvo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de General Rodríguez-Moreno, quien dispuso la detención que realizaron los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Moreno, quienes aprehendieron a Lescano de urgencia, mientras ingresaba a su domicilio.
Los antecedentes, por otro lado, tampoco apoyan al sospechoso, ya que viene de cumplir una probation por una causa por portación ilegal de arma de guerra, mientras que tiene otras por encubrimiento y resistencia a la autoridad.
"Hay delitos que son similares a los cometidos contra Susana", confesó uno de los investigadores a Télam. Y es que Lescano cuenta, además, con denuncias por abuso sexual en grado de tentativa y por violencia de género, la cual realizó su ex pareja.
Todos los indicios apuntan hacia él. Ahora falta la palabra inobjetable de los resultados de la pericia confirmen que la sangre encontrada es de Susana. Fue demasiado tarde para ella, pero todavía su asesino puede pagar por lo que hizo.