La última semana en América TV, Carlos Salerno y Antonio Laje presentaron al aire el robo a mano armada de un auto en Villa Luzuriaga, La Matanza. En el video se la podía ver a una mujer desesperada, indefensa y a los gritos luego de ser asaltada por un grupo de delincuentes que la despojaron de su vehículo. Los periodistas tuvieron un debate en vivo donde terminaron coincidiendo en que si tuvieran un arma, les dispararían a los ladrones. Además de haber entrado en apología del delito, demostraron desconocimiento de cómo funciona la legítima defensa y también una falta de conciencia respecto a lo que sucede en un tiroteo.
"Esto de reducir la situación frente a un desapoderamiento material, así de tener un arma a mano, salir y disparar, desde un punto de vista estrictamente liberal, en términos de teoría del Estado, es renunciar al contrato social, al monopolio de la fuerza por parte del Estado y volver a la 'justicia' por mano propia, cuyo abandono, al menos normativamente, es uno de los grande hitos de la civilización", explicó ante BigBang María del Carmen Verdú.
La titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) se encargó de aclarar que la justicia por mano propia es entre comillas, porque no es tal. Para que exista ese concepto debe haber ciertas condiciones, que cuando se dan, consideran a la vida como el bien más preciado para la concepción legal.
En el caso de los dos comunicadores de la señal televisiva ni siquiera es que proponen realizar esa venganza por mano propia, ya que no son ellos quienes dispararían, sino que se lo proponen a los demás. Sería una suerte de "justicia" por mano ajena, un acto demagógico e irresponsable, de acuerdo a cómo se dan este tipo de enfrentamientos armados con delincuentes en la sociedad civil.
"El primer argumento en contra de la libre tenencia y portación de las armas es que genera una mayor violencia en la sociedad y un mayor riesgo de muerte. Esto sin entrar en el argumento casuístico -pero lamentablemente enorme- de que muchísimas veces esas armas terminan provocando tragedias en el marco del mismo seno familiar o de amistades", denunció Verdú.
"Tenemos unos cuantos casos en el archivo donde esas circunstancias inclusive se da entre policías, donde uno recién reclutado se pone a jugar con el arma porque recién se la dieron y se está haciendo el canchero en la reunión de amigos y se le pianta el tiro y mata a uno. Hay infinidad de casos", insistió
Por otro lado, disparar y matar por la espalda a quienes roban, no se condice con lo que establece el Código Penal respecto a la legítima defensa. "Tiene requisitos bien específicos, más allá de la tergiversación que popularmente se hace. En primer lugar, cuando se habla de matar en una situación excluida de culpabilidad, de punibilidad por legítima defensa, no se trata de una cartera, un estéreo, mi auto, mis bolsas del supermercado, o de los dólares que tenía bajo el colchón, sino de defensa de la vida. Porque tiene que haber una equivalencia", indicó Verdú, quien también es abogada .
"La legítima defensa exige que haya un riesgo inminente a la vida, de sí mismo o de un tercero, que haya paridad, igualdad, equivalencia entre los medios empleados. O sea, si te insulto no me podes tirar un misil. Si estoy con un cuchillo a siete metros, que no te puedo lesionar, no me podés poner un tiro. Además requiere que no haya otra solución", detalló la titular de Correpi.
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Como para ejemplificar lo contraproducentes que suelen ser estas situaciones para los civiles que las viven, la profesional aseguró que "tener un arma en tu casa es para quilombo porque si la tenés es para usarla". Esta condición, este mandato que vive quien tiene un arma de fuego para defenderse, muchas veces termina por arruinarle la vida en vez de salvársela."Otra circunstancia que es muy común, lamentablemente tenemos varios casos en el archivo, se da en los allanamientos", relató Verdú. "Por más que se supone que te tienen que tocar el timbre, normalmente lo que sucede es que te patean la puerta y entran. El dueño de casa piensa que lo están entrando a robar y hace un tiro al aire. Ese tipo termina muerto porque la policía automáticamente ante un disparo tira. Si lo ven bajar por la escalera armado, le tiran. Entonces, ¿para qué le sirvió tener un arma en la casa? ¿Para que lo maten?", se preguntó.
"Me acuerdo de un coronel retirado del Ejército Argentino que estaba con su familia de vacaciones en Punta del Este hace unos años atrás. Habían alquilado una casa grande con jardín y a la madrugada escuchó ruido en el jardín, miró por la ventana y vio a alguien que se estaba descolgando sobre el paredón. Sacó su arma y le disparó. Y resultó que era el nieto de 15 años que había salido a bailar a escondidas, se había olvidado la llave y para que no le descubrieran no había tocado timbre", remarcó la abogada.
Verdú no se sorprendió de las declaraciones de los periodistas de América TV. No sólo eso, estas le recordaron las intervenciones que hacían Bernardo Neustadt y Mariano Grondona en sus programas en 1990, luego de que se diera el caso del ingeniero Horacio Aníbal Santos. Un hombre de 42 años que persiguió en su auto a Osvaldo Aguirre y Carlos González, quienes le habían robado el estéreo y, siendo hábil tirador, los mató de un disparo en la cabeza a cada uno.
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"Hoy hay mucha gente joven que ni sabe qué significan algunas calcomanías que todavía quedan en algún coche viejo que dicen 'tengo estéreo pero soy ingeniero'", indicó la abogada, en referencia al caso por el cual Santos en 1995 fue condenado a tres años de prisión en suspenso por homicidio con exceso en la legítima defensa, además de haber tenido que indemnizar a las familias de las víctimas.Verdú afirmó que durante el caso, los dos conductores fallecidos, "en los horarios centrales y en programas que tenían 50 por ciento de audiencia, decían 'si a mí me hubiese pasado hubiera hecho lo mismo'". Lo cierto es que en aquel entonces el robo de autopartes tenía una pena muy alta en el Código Penal. "Era cuestión de que la fuerza de seguridad, el aparato judicial con sus recursos investigativos los encontrara, los detuviera, los enjuiciara y los condenara. Pero no está habilitada la pena de muerte para recuperar un pasacassette, porque tenés dos bienes jurídicos de valor absolutamente diferente", explicó la mujer.
"El 80 por ciento de los casos de gatillo fácil son situaciones que derivan de un intento de robo o hurto. Pero cuando hablamos de gatillo fácil, no es porque hubo un enfrentamiento real donde el policía o el gendarme tuvo mejor puntería que el ladrón, sino porque los disparos se produjeron fuera de una situación ya de peligro para cualquier persona", definió Verdú. "Si esto vale para cuando analizamos la conducta del propio personal de las fuerzas de seguridad que tienen ese monopolio de la fuerza, en mucha mayor medida vale para el individuo civil", agregó.
Otro caso que la especialista puso sobre el tapete fue el del fiscal de San Isidro Julio Novo, quien "es uno de los pocos fiscales que tiene el privilegio de estar en el archivo de Correpi", por un caso donde fusiló a dos personas que entraron a su casa sin estar armadas. "Estaba en su casa en calzoncillos en el dormitorio, y ve que en el fondo donde él tenía una especie de galponcito donde guardaba las herramientas de jardinería, saltaron la medianera un par de jóvenes que creyeron que la casa estaba vacía", relató.
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"Todo lo que tenía que hacer el fiscal es llamar a la Policía y que los agarraran cuando se escapaban. Pero lo que hizo fue subir a la terraza con su pistola calibre 45 y los mató a los dos. Por supuesto que fue absuelto por legítima defensa. Pero eso no significa que se tratase de una situación así. Los dos pibes estaban desarmados y recibieron los disparos cuando estaban con las dos manos agarrados del paredón tratando de saltar para el otro lado", denunció Verdú.Es muy probable que los comunicadores que estimulan el enfrentamiento y la autodefensa armada, se sientan también amparados por el poder político que está en la misma sintonía. En noviembre de 2018, cuando todavía era ministra de Seguridad, la precandidata a presidenta por Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, expresó su famosa frase: "el que quiere estar armado, que ande armado", casi un mantra con el que busca llegar al votante temeroso, sin demostrar importancia por su vida.
"Por el otro lado propone terminar con el derecho a huelga y equipara la medida de fuerza de los trabajadores y trabajadoras a una extorsión, tiene también una contradicción lógica, porque si tengo derecho a andar armado para disparar a quien se me canta, porque este es un país libre, ¿por qué no voy a tener derecho a reclamar porque no me pagan el sueldo? Ese es el sesgo con el que interpretan esto de la libertad, estos supuestos defensores de la libertad individual", criticó la titular de Correpi.
"En Argentina hay más armas en poder de civiles que de las fuerzas de seguridad en su conjunto. Porque sacar un permiso de tenencia es una pavada. La portación ya te requiere algunos requisitos más, como por ejemplo que por tu laburo vos estés expuesto y que se yo. Pero la tenencia, la tenencia a cualquier persona con un certificado de buena conducta, la sacan", reconoció Verdú.
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La abogada además identificó el problema de la circulación de las armas truchas. "Vienen todas de la Policía, porque por algo son 9 milímetros. Este es el único país del mundo donde los chorros usan ese calibre", precisó. "Yo me acuerdo de una causa de gatillo fácil que tuvimos donde apareció un arma que todo indicaba que era plantada, y se pudo hacer el revenido químico y sacar el número de registro de esa arma, estaba limado pero mal, y cuando la rastreamos resultó que aparecía secuestrada en una causa en Mercedes, de siete años antes", sumó al análisis."Me fui a ver y me encontré con que el arma había sido decomisada. O sea, cuando terminó el juicio, condenaron a quien la había usado en un robo. El arma debe remitirse vía Policía. Pero bueno, salió del juzgado, nunca llegó a esa oficina de la Corte Suprema, y siete años después apareció plantada al lado del cuerpo de un pibe fusilado por un policía", lamentó Verdú.
A diferencia de lo que los civiles pueden ver en películas y series, los enfrentamientos armados son una situación que no puede ser capturada por ningún tipo de ficción, con la intensidad exacta de cómo funciona en la realidad. Las armas matan, y más allá de lo traumático que es quitar una vida, usarlas también puede significar morir. Ya sea en busca de votos o de rating, estimular la autodefensa armada sin dar ofrecer la preparación correspondiente, es un acto inconsciente de las repercusiones que tendrá.