El Gobierno presentó una denuncia por espionaje ilegal a los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan. La presentación, impulsada por la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, quedó radicada en la Justicia federal de Mar del Plata. Es por el hallazgo de informes, seguimientos sistemáticos y fotografías que no fueron solicitadas por ningún juez. Apuntan a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.
La presentación fue realizada este martes ante la Fiscalía Federal N° 2 de la ciudad de Mar del Plata, a cargo del fiscal Daniel Adler. Según informaron a BigBang fuentes de la AFI, fue a partir del hallazgo de informes realizados entre enero y junio de 2018 donde se observan seguimientos “sistemáticos” y fotografías tomadas frente a la Base Naval de Mar del Plata, el sitio donde se reunían los familiares de los 44 submarinistas a bordo del ARA San Juan, la nave desaparecida el 15 de noviembre de 2017 y cuyo hallazgo se confirmó un año más tarde.
Según la denuncia impulsada por Caamaño, también hubo seguimientos a los familiares en otras actividades que llevaban a cabo en el reclamo por Justicia, entre ellas una reunión en el Concejo Deliberante marplatense y en el monumento a San Martín y a varios referentes el grupo de familiares.
“La AFI hizo inteligencia sobre familiares, amigos y allegados de los tripulantes del ARA San Juan y ello por el solo hecho de pertenecer al colectivo de familiares de las víctimas del hundimiento”, señala la denuncia presentada este miércoles en la justicia marplatense.
En junio pasado, un grupo de 31 viudas de los submarinistas fallecidos en la tragedia del ARA San Juan se presentaron ante el juzgado federal de Lomas de Zamora, a cargo de Juan Pablo Augé, para ser querellantes en el marco de la causa por espionaje ilegal a dirigentes políticos del oficialismo y la oposición durante el gobierno de Mauricio Macri, que rechazó el planteo. La abogada Valeria Carreras había pedido que se verifique si dentro de las tareas clandestinas se habían intervenido los teléfonos celulares.
Según detallaron desde la AFI, el material fue encontrado en soportes digitales de la Delegación Mar del Plata del organismo intervenido por Caamaño y fueron analizados a partir de un requerimiento del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, en el marco de otro expediente. Allí encontraron los informes producidos en el primer semestre de 2018, meses antes de que fuera hallado el submarino hundido, el 17 de noviembre de ese año.
“No nos sorprende, somos la única querella que en abril de 2018 presentó una denuncia por los teléfonos intervenidos, que fue desestimada por el fiscal (Gerardo) Pollicita”, dijo a BigBang la abogada Carreras, que lamentó: “Todo el tiempo fuimos escuchadas, espiadas, esto mismo fue dicho en el Congreso al entonces ministro de Defensa, Oscar Aguad”. La abogada además recordó que en marzo de 2018 “misteriosamente desaparecieron todos los tripulantes del ARA San Juan desaparecieron de los grupos de WhatsApp y las redes sociales, alguien los dio de baja y no fueron las empresas”.
Según Caamaño, las maniobras de espionaje no fueron “ordenadas ni autorizadas por ningún magistrado”, sino que “fueron dispuestas por las autoridades” de la AFI. En esta línea, pidió que se llame a indagatoria a los exdirectores del organismo, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, a quienes denunció en otras tres ocasiones en el último mes y medio por compras presuntamente irregulares llevadas a cabo por el organismo durante la gestión de Mauricio Macri.
“TODO EL TIEMPO SE SENTÍAN LOS SEGUIMIENTOS”
La abogada Valeria Carreras, a cargo de la querella de 31 viudas de las víctimas de la tragedia del ARA San Juan aseguró a BigBang que las tareas de seguimiento y escuchas fueron permanentes no sólo a lo largo de la búsqueda del submarino, sino también durante la posterior investigación. “Era una constante: hablábamos sobre una estrategia o la posibilidad de pedir información sobre algo puntual y al otro día en el parte hacían referencia a ese tema”, ejemplificó.Incluso, aseguró que tuvieron la sospecha de que efectivamente había tareas de inteligencia a los propios familiares de las víctimas porque una de las viudas era la esposa del único agente de inteligencia de la Armada que estaba a bordo del ARA San Juan y sus propios allegados, amigos de su pareja, le han llegado a plantear que debía cambiar el número de teléfono y hasta el dispositivo móvil para evitar pinchaduras.