16 Julio de 2018 08:59
A las 4:22 del 17 de julio de 2008 la temperatura en Capital Federal era de 21 grados. A esa hora, dentro del Congreso era mucho más caliente. Faltaban tres minutos para que el entonces vicepresidente Julio Cobos sellara su voto “no positivo” contra la ley 125 que establecía retenciones móviles al sector agroexportador, una medida anunciada en marzo de ese año y que derivó en protestas, masivos cortes de ruta y cuatro meses de intensidad política y social que marcaron a fuego el rumbo del Gobierno y del país. Curiosidades previas y posteriores a esa madrugada en la que no durmió nadie.
NO POSITIVO
La votación terminó empatada en 36 y debía desempatar Cobos. La sesión ya llevaba 18 horas y, a esa hora, el mensaje que la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner le transmitió al jefe de la bancada oficialista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, fue “Hacé votar y que cada uno se haga responsable”, según recordó el propio senador en una entrevista con el diario Clarín.
La sesión se extendió por 18 horas y Pichetto dialogaba con Cristina.
Eran las 4:22 y Cobos hacía varios minutos que emitía su mensaje previo a definir su voto “no positivo”. Los siguientes tres minutos fueron pausados, su respiración se hacía sentir con fuerza en el micrófono. “No puedo acompañar”, dijo a las 4:24, y de inmediato aclaró: “Esto no significa que estoy traicionando a nadie”. Un minuto después pronunció la frase que todos recuerdan, a pesar de que ocurrió hace una década: “Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto es no positivo, mi voto es en contra”.
ARMAS EN EL CONGRESO Y EN LAS RUTAS
A diez años de aquel episodio, el propio Cobos recordó que hubo senadores que le pidieron autorización para ingresar al Congreso con armas, debido a las fuertes protestas que había puertas afuera del Parlamento. “Un senador del kirchnerismo me pidió entrar con armas. Le preocupaba el ingreso y yo le dije que iba a estar garantizado. El temor era la inseguridad”, contó el radical.
Cobos contó que un senador intentó ingresar con armas al Congreso.
En una entrevista con el extinto diario Crítica, el actual senador, empresario y una de las principales voces que se levantaron contra la medida, Alfredo De Ángeli, confesó que los ruralistas que cortaban rutas estaban armados para “resistir” un posible intento de transitar de los camioneros, cuyo líder, Hugo Moyano, aún era aliado a la Casa Rosada. “Estábamos preparados para resistir, había escopetas, carabinas, de todo. Los camioneros no se movieron por eso. Les íbamos a hacer la pata ancha, ¿eh?”, dijo.
EL LLAMADO QUE NO FUE
La historia del voto “no positivo” en verdad había comenzado tiempo antes. Hacía pocos meses de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner y se vislumbraba una crisis mundial, que podría derivar en un conflicto fiscal para el país. Entonces se empezó a planificar un esquema de retenciones móviles que implicaba aumentos o descensos en los porcentajes de acuerdo al valor de las exportaciones.
El encargado del anuncio fue el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau. Meses atrás, el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, recordó que antes de la presentación ante la prensa le consultó a Lousteau si había hablado del tema con “la gente del campo”. “Está todo arreglado”, contó el peronista que le dijo Lousteau. “No le di mucha trascendencia. A la hora recibo el primer llamado, que fue de Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria. “¿Qué es esto que hicieron?”, me preguntó. “¿Cómo, no lo hablaron con ustedes?”, le dije yo. “¡Cómo van a hablar con nosotros!, se indignó”, contó Fernández al diario Página 12 en marzo pasado.
Luego, lo llamó el jefe de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, igual de indignado. “Me volvió a llamar Buzzi y me avisó que iba a hacer un paro por tiempo indeterminado”. Cuando llamó a Lousteau de urgencia para preguntarle con quién había hablado del campo, según Fernández, la respuesta fue: “No sé, un asesor”.
Imagen recordada: la pelea entre Moreno y Lousteau.
LOS DÍAS DE PROTESTA
Por 129 días, el país fue un verdadero caos. Hubo bloqueos de rutas, situaciones de desabastecimiento, masivas protestas que en algunos casos terminaron con una fuerte violencia. La sesión en el Senado comenzó el 16 de junio y se extendió por más de 18 horas, hasta entrada la madrugada del 18. Un día después, la ex presidenta firmó el decreto que dejaba sin efecto la resolución y la grieta ya había quedado implantada.
De Ángeli, el ruralista que cobró poder al calor del conflicto con el campo.
A pesar de que hubo rondas de negociación - realizadas en un clima hostil, muy tenso -, el conflicto continuó y la escalada parecía no tener fin. El 23 de abril, Lousteau, quien ideó la iniciativa de retenciones, presenta su renuncia. En su lugar asume un contador de bajísima exposición mediática, Carlos Fernández. Tan poca trascendencia tuvo su gestión que hay muchos que ni siquiera recuerdan a este contador como ministro.
EL REENCUENTRO DE COBOS CON CRISTINA
Cobos contó en una entrevista con el diario Clarín que una carta que recibió lo motivó a escribirle a Cristina para pedirle una reunión. Aunque pidió hablar a solas, en el encuentro estaban Florencio Randazzo y Sergio Massa. “Yo traté de aportar resolviendo un conflicto innecesario”, le dijo. “No, esto se quebró, vamos a mantener solo una relación institucional”, le avisó la presidenta.
Massa recordó una llamativa reunión con Cristina, Massa y Randazzo.
Lo curioso es otro dato que recordó Cobos. “Sergio (por Massa) anotaba todo y después me confesó: “Yo cuando me pongo nervioso anoto porque si no parezco que me río y no quiero”. “Randazzo quiso hablar, pero ella no lo dejó”. El siguiente diálogo que tuvo fue tras la muerte de Raúl Alfonsín.