En medio de debates y rechazos, el proyecto del gobierno nacional Aprender 2016 se pondrá a prueba hoy en todas las escuelas públicas y privadas del territorio argentino.
La evaluación nacional, que fue aprobada en el último Consejo Federal de Educación, está orientada a conocer cuánto saben los estudiantes en esas materias básicas, además de reunir información sobre cómo se trabaja en la escuela.
El ministerio de Eduación sostiene que la prueba fue consensuada.
Hoy se evaluarán las dos primeras materias mencionadas y el mañana se tomarán contenidos de ciencias naturales y sociales para los alumnos del último año de la secundaria. Y, a modo de muestra representativa, a un grupo de estudiantes de tercer grado de escuela primaria.
Desde el gobierno aseguran que se preservará la identidad de los estudiantes y de las escuelas y niegan que el objetivo oficial sea establecer “un ranking de escuelas” con fines punitivos para sus docentes, como denuncian sus detractores.
Será la primera vez que se evaluará a la totalidad de los alumnos de 6º grado de primaria y del último año de secundaria, y a una muestra “importante” de estudiantes de 3º grado y de 2º ó 3º año (según el sistema escolar de cada provincia, pues algunas tienen 5 y otras 6 años en el nivel medio).
Polémica en alza.
A los chicos de 3º y 6º grado y de 2º ó 3º año se les tomará Lengua y Matemática. A los del curso final del secundario, Lengua, Matemática, Naturales y Sociales, por lo que deberán concurrir al colegio el martes y el miércoles. Cabe destacar que para quienes no están afectados a la prueba, pasado mañana no habrá clases.
Se utilizará el sistema de opción múltiple (múltiple choice). En cada materia, el alumno tendrá que responder 24 ítems con cuatro opciones (A, B, C o D).
Se filtraron las preguntas
Las preguntas de los cuadernillos de la Evaluación Nacional Aprender comenzaron a circular por las redes sociales y WhatsApp en las horas previas al comienzo de la iniciativa del Ministerio de Educación.
Algunas de las preguntas del examen.
Según la filtración de imágenes, las preguntas, en algunos casos, consisten en comprensión de textos y otras son cálculos matemáticos. La evaluación brindará cuatro opciones de respuesta a los alumnos, que deberán seleccionar la correcta.
Números
Aprender 2016 involucra a 840.028 alumnos del nivel primario; 518.456 del nivel secundario; 31.365 veedores (directivos); 71.606 aplicadores (docentes presentes en las aulas donde se evalúa); 600 coordinadores de cabeceras (donde se referencia un conjunto de establecimientos); 70 personas de apoyo en grandes provincias, y 48 de apoyo en las unidades de evaluación. En total, se movilizarán ese día 1.462.173 integrantes de la comunidad educativa nacional.
Con fuerte resistencia de gremios docentes nacionales, provinciales y universitarios, centros de estudiantes y agrupaciones políticas opositoras, el operativo anuncia que su objetivo es “obtener información para mejorar la educación”.
Desde el ministerio de Educación sostienen que la evaluación aprender fue consensuada con las provincias en el Consejo Federal y se enmarca en la Ley de Educación Nacional 26.206 sancionada en 2006.
El resultado de la evaluación se conocerá en marzo del año que viene.
En Banfield, los alumnos tomaron la escuela Mentruyt en rechazo a Aprender 2016.
Sindicatos de todo el país como UDA, CTERA, Udocba, Ademys, ATEN de Neuquén, Sadop, RIOSAL, UTE, FND-CTA, la Conadu y la Conadu Histórica, Utelpa de La Pampa, la Confederación de Educadores Argentinos (CEA), el Sitech de Chaco, el Sutef de Tierra del Fuego, Amsafe de Rosario y Agmer de Paraná expresaron su rechazo a la evaluación.
Las críticas hacen hincapié examen no refleja los "contextos" de los chicos, se concibe a la evaluación como un "mecanismo punitivo" y se organizó de manera "inconsulta".
Los sindicatos docentes rechazan la evaluación del gobierno.
Además, los detractores del examen aseguran que en los establecimientos del interior poseen "poca" información, "reduce" la participación de los docentes a meros "aplicadores", ofrecen $ 1.000 para a cada maestro que "aplique" y se niegan reabrir paritarias, refuerza la"desigualdad" escolar con posibles sistemas de premios y castigos y que impulsa a un modelo educativo cada vez más "privatista".
También son muchos los padres que anuncian que no prestarán su consentimiento para la evaluación y se dividen en dos grupos: los que no mandarán a sus hijos a la escuela y los que los mandaran pero con una nota de rechazo a una prueba que lleve adelante personal ajeno a la escuela.