por Lorena Guarino
27 Abril de 2016 20:13El aumento del 50% que registró la carne en los últimos meses, no sólo modificó los hábitos de consumo de los argentinos, también agudizó la capacidad de venta de las carnicerías que debieron ingeniárselas para seguir subsistiendo. Así, la venta de carne en cuotas y con tarjeta de crédito comienza a marcar tendencia en los negocios barriales.
Cuando la carne comenzó su escalera hacia los precios que hoy se registran, el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, reconoció que “el Gobierno no puede controlar carnicería por carnicería el precio de la carne vacuna” y pidió a los consumidores que “si se tienen que abstener de consumir ese alimento lo hagan para forjar una baja en los precios”. Frente a esta iniciativa, las carnicerías buscaron hacerle frente a los precios y a la caída del consumo con propuestas de valor agregado.
A las tarjetas de crédito se suman, tarjetas de beneficios para acumular descuentos; y promociones semanales para estimular la compra de cortes más baratos y no perder "clientes carnívoros".
La cadena de carnicerías RES es una de las pica en punta con esta tendencia. En sus locales se ofrecen pago con tarjeta Visa y hasta tres cuotas sin interés. "El 70% de las compras que realiza los clientes las hacen con tarjeta de crédito", cuenta un carnicero del barrio de Villa Devoto. "Esta tendencia se incrementó en los últimos meses, donde las compras en efectivo se redujeron al 30 por ciento".
A las ofertas por mayor se suma el pago con tarjeta de crédito.
Si bien las carnicerías de los grandes supermercados ya permitían las compras financiadas, esta variante no había llegado a los pequeños comercios barriales. Es así que esta modalidad se suma a la larga lista de formas de adaptarse que buscan los argentinos para sobrevivir a la coyuntura económica.
Otro artilugio que comenzaron a aplicar carnicerías y avícolas son las tarjetas de fidelización. Tal el caso de Avimas, la empresa productora y comercializadora de carne avícola y porcina. Dicho programa de beneficios busca "premiar" los consumos en cualquiera de las sucursales de la firma. Así, descuentos, ofertas y beneficios se aplican al momento de la compra.
Los programas de beneficios buscan atraer consumidores con descuentos.
Entre otras prácticas que ya se están haciendo habituales se encuentran las promociones semanales, donde depende del día se promocionan los cortes más económicos, mientras que otros se alienta el consumo de los productos premium. También, las carnicerías proponen el armado de combos, donde se arman un presupuesto básico para una compra semanal.
Juan es propietario de una carnicería de Villa Pueyrredón, su experiencia lo fue llevando a adaptar sus necesidades económicas a las de sus clientes, así armó combos que combinan "oportunidades" con algún corte un poco más caro. "Las elecciones se van modificando acorde a lo que veo que buscan los consumidores. Si los precios lo permiten se puede armar una buena oferta", remarca. Así Juan cuenta que mantienen cautiva su clientela, que aunque disminuyó la cantidad y el valor de sus compras, continúa yendo a su negocio.
Los combos promocionales son una estrategia ya habitual en los carnicerías barriales.
Los elevados precios de la carne hacen que hoy se necesiten unos $ 1.000 para preparar un asado para ocho personas. Lo que equivale al 15% del salario básico.
Los carniceros coinciden en que fue imposible no llevar al mostrador la suba que se produjo entre noviembre y diciembre últimos. “El asado que costaba $80 el kilo, ahora $ 120; el vacío, $90 el kilo y ahora $ 130. En cuanto a la res, el kilo de ternero salía $ 45 y ahora, $ 65”, indicaron fuentes del sector.