“Él marca algún gol y le regala alegrías a todo el barrio, que en la noche del sábado festejó su gol número 110. Una salida rápida del arquero Lucas Argañaraz y la inteligencia del goleador para correr al ataque, que recibió, levantó la cabeza y con pierna derecha definió el gol. En ese momento, se desató la fiesta en el estadio, que no paró de ovacionar al goleador. El nueve no para de sorprender y apunta a alcazar los 150 goles”. La crónica, un tanto edulcorada, está detallada en la web de Villa La Ñata. El equipo del gobernador derrotó 8 a 4 a Estrellas de Boedo. Daniel Scioli -a quien se refieren como “el goleador”- marcó un gol y se lesionó.
Scioli lleva marcados 110 goles en la Primera de Villa La Ñata, que va tercero en la tabla.
En la foto se ve claro. El “Pichichi” (así lo definen en la web de su equipo) aterrizó con la cara después de disputar una pelota con el 9 rival. Al intentar amortiguar la caída, apoyó con vehemencia su mano izquierda. El resultado es una férula que le inmovilizará la mano por unos días.
No es la primera vez que el gobernador bonaerense se lesiona vistiendo los colores naranja de su equipo. El año pasado, tirando una diagonal, fue cruzado en la puerta del área por un rival y la caída lo obligó a salir de la cancha. Lo que en principio parecía un golpe, con el correr de las horas se transformó en una lesión grave que provocó la intervención médica. “Pichichi”, o Scioli, se había fracturado la clavícula.
Otro episodio de cuidado se produjo durante un partido amistoso en Mar del Plata. El gobernador recibió una pelota y la acomodó con el brazo. El árbitro, valiente, pitó mano. Silencio sepulcral desactivado por el propio Scioli, que protestó el cobro del referí y que señalaba su muñón como preguntando: “¿Qué cobrás?”.