04 Octubre de 2023 16:55
“Gerardo Milman y su celular” se convirtió en una novela a la cual día tras día se le suman nuevos capítulos. Todo comenzó tras ser señalado como sospechoso de estar involucrado en el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre del año anterior, por una frase que lanzó horas antes de que suceda el hecho. Hace meses que la Justicia lo investiga y a la hora de querer secuestrarle el celular, el diputado de Juntos por el Cambio realiza maniobras para esquivarlo y poder salirse con la suya.
Son muchos los datos que se encuentran en su contra. En principio, el 23 de septiembre, justo 22 días después del sucedo, Jorge Abello, asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, se presentó ante la jueza y aseguró que fue testigo tras escuchar a Milman en la noche anterior al episodio, conversar con cercanos en un bar en el cual hacía referencia al atentado.
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"Cuando la maten yo estoy camino a la costa", fue la frase que Abello dijo haberle escuchado decir a Milman en el bar Casablanca. Horas después, el 1° de septiembre, Sabag Montiel gatilló en la cara de la vicepresidente y la bala no salió de milagro. Es por eso que rápidamente la querella, representada por los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, pidieron de manera urgente que se le secuestre el celular al diputado para comprobar si hay alguna información a recuperar que les permita analizar cuánto tuvo que ver en el hecho.Teniendo en cuenta esto, con justa razón para la querella, el diputado de Juntos por el Cambio podría haber financiado a los atacantes, por lo cual se insiste desde hace más de cinco meses que Milman sea investigado para poder dar con la verdad detrás del intento de homicidio a la ex Presidenta.
Aun así, hasta el momento no hubo pruebas del caso por varios motivos. La Cámara Federal porteña decidió su teléfono celular para dar con la investigación y sin embargo, la querella de la Vicepresidente denunció que el Diputado entregó a la Justicia un móvil que se había comprado mucho después del atentado. Incluso, para la fecha cuando ocurrió (1 de septiembre) aquel dispositivo ni siquiera estaba a la venta.
Como si fuera poco, los abogados de Cristina también hicieron énfasis en que Milman posee además del celular que entregó, otros tres más. Ubeira y Aldazabal, presentaron un escrito a la jueza María Eugenia Capuchetti y al fiscal, Carlos Rívolo, afirmando: "Ahora sabemos que Milman entregó un celular posterior al atentado y que tiene, al menos, tres celulares más, de los que no dio noticia”.
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“Lógicamente, Milman, como imputado, no tiene obligación de entregar sus teléfonos. Aun así, su maniobra de entregar un celular sin relevancia e inexpugnable es un claro intento más de desviar la investigación. Quien sí tiene obligación de buscar la verdad es la jueza, a pesar de que hasta ahora sólo la ha estorbado”, detallaron.Pero el enojo no terminó ahí. Hace tan sólo 10 días, Aldazabal apuntó mediante su cuenta de Twitter ante la jueza y remarcó que todo el tiempo que se está perdiendo, Milman lo aprovecha para seguir eliminando datos que pueden ser claves en la investigación. "El jueves pasado le marcamos a Capuchetti que Milman le entregó un celular que recién usó tres meses después del atentado, y omitió decir que tenía otros dos dispositivos al momento del ataque. En siete días, la jueza no hizo nada. Una semana más para que Milman siga borrando todo”.
Ahora, la causa podría dar otro giro de 180° porque tras saberse que el celular presentado fue comprado mucho después de que suceda el atentado, la Cámara Federal de Casación Penal ordenó el secuestro del móvil de Milman, manifestando que de una buena vez por todas, podrán investigar si tuvo que ver o no con el hecho.
Esta orden fue determinada tras los votos de los jueces Alejandro Slokar y Ángela Ledesma, quienes aseguraron que su intención es analizar la información del teléfono celular, ya que el que había sido entregado anteriormente no sólo se lo compró tiempo después, sino que en su momento, el Diputado se abstuvo a la decisión de que sea investigado bajo los motivos de que, como tiene fueros, puede impedirlo. Aun así, los mismos no impiden que su causa avance, por lo cual la Cámara Federal de Casación exigió su teléfono inmediatamente.