Son horas de definiciones para la Corte Suprema de Justicia. Los jueces del máximo tribunal trabajan contrarreloj en busca de un fallo consensuado para dar a conocer el jueves próximo, 18 de agosto.
Hoy durante todo el día -con comunicaciones permanentes- afinaron los detalles de una decisión que el gobierno de Mauricio Macri considera vital: la aprobación o no del tarifazo que ordenó la Casa Rosada y frenaron los fallos judiciales en todo el país. Mañana martes y el miércoles harán lo mismo en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, donde cada uno de los jueces tiene su despacho.
Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti analizan un pronunciamiento sobre el tarifazo que tiene empantanado al gobierno nacional en tres escenarios: la Justicia, el Congreso y la calle.
Macri con Lorenzetti, el 10 de diciembre pasado en Casa Rosada.
Según pudo saber Bigbang, el objetivo de los supremos es lograr un fallo unánime que evite dos escenarios de debilidad.
El primero sería un fallo con disidencias en un tema complicado que pone en juego la potestad del gobierno para decidir sobre el cuadro tarifario y -al mismo tiempo- obliga a un balance sobre la política energética del kirchnerismo y la receta del macrismo.
El segundo sería votar divididos y dejar la definición en manos del quinto supremo, Carlos Rozenkratz, que asume el lunes 22 de agosto y debería votar el martes 23. "Sería casi como el caso del diputrucho", exageró un secretario que conoce el razonamiento de los integrantes históricos de la Corte.
Rozenkrantz, el quinto supremo que asume el lunes. El fallo llegaría antes.
Por eso, el esfuerzo de los cuatro supremos está en redactar un fallo común que le permita a la Corte salir del paso con elegancia: ni enemistarse tempranamente con el gobierno ni atentar contra la legitimidad que ganó el tribunal durante los años kirchneristas.
La presión del Gobierno nacional para que el cuerpo que preside Lorenzetti resuelva la situación no resulta decisiva. Los jueces del máximo tribunal dicen que la ansiedad es de la Casa Rosada y plantean que el gobierno debe entender a una Corte que está en mutación.
La relación entre el macrismo y Lorenzetti es contradictoria. El presidente de la Corte sorprendió al nuevo gobierno con el fallo que ordenó devolver el 15 % de coparticipación a las provincias, cuando Macri todavía no se había sentado siquiera en el sillón presidencial.
Pero después, el presidente y el jefe de los supremos se reunieron en varias ocasiones en secreto para hablar del tema tarifas, una bola de nieve que el gobierno no pudo detener hasta el momento.
Por esas reuniones entre Macri y Lorenzetti, la Corte también pone mucho en juego con el fallo que se espera para el jueves.
Esperando a Gils Carbó
La Corte espera para mañana o el miércoles un dictamen moderado de la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, que allane el camino para una definición salómonica. Identificada con el kirchnerismo por la oposición que ahora gobierna, la Procuradora ya se avaló los aumentos de tarifas hace 3 meses. Aunque no es vinculante, el nuevo dictamen iría en el mismo sentido.
La Corte espera el dictamen de la Procuradora Gils Carbó. Ya avaló los aumentos.
El encargado de trabajar en el ablande permanente de los supremos fue Carlos Balbín, el Procurador General del Tesoro, una figura que viene ganando peso en las ultimas semanas.
En un gobierno que se jacta de no tener operadores judiciales, la prédica del ministro Germán Garavano es escasa y la influencia de Daniel Angelici fue rechazada desde la alianza Cambiemos por Elisa Carrió.
El fallo de la Corte llegará a tiempo para sacar al gobierno de la parálisis. Mientras ajustan los detalles del fallo, los supremos estarán mañana atentos a lo que suceda en el Congreso con la presentación de Juan José Aranguren, el ministro emblema del tarifazo.