01 Septiembre de 2016 04:58
La estrategia de Lázaro Báez tuvo un drástico giro. En las últimas horas, el empresario K detenido desde abril pasado en el penal de Ezeiza y procesado por lavado de dinero, definió cambiar a sus abogados defensores. El elegido es Maximiliano Rusconi, el mismo que días atrás impulsó una de las denuncias contra Juan José Gómez Centurión en la Aduana, y quien representó a Diego Lagomarsino en la causa que investiga la muerte de Alberto Nisman.
El giro en la defensa obedece a una serie de cambios que tiene en mente Báez para enfrentar las causas judiciales que son investigadas en Comodoro Py. El empresario K ligado a la obra pública durante los años del kirchnerismo insistirá en su idea de no quebrarse. De hecho, hay quienes intentaron convencerlo de que esa era la mejor vía para avanzar en una posible reducción de la pena.
Maximiliano Rusconi asumirá formalmente la defensa de Lázaro Báez entre hoy y mañana.
Los cambios en su defensa fueron anunciados en las últimas horas. Con los dos abogados que lo defendían ya había tenido varios cruces. De hecho, según informó Clarín en mayo pasado, llegó a decirle a Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari que estaba “jugando más para Cristina” que para él. En las últimas horas, designó al penalista Rusconi al frente de su defensa.
Se trata de la tercera defensa de Báez en lo que va del año. Los primeros fueron Nicolás Guzmán y Gabriel Gandolfo, quienes renunciaron en marzo pasado luego de trabajar tres años con el empresario de la obra pública. Luego le siguieron Sal Lari y Rubinovich. Y ahora Rusconi.
El empresario kirchenrista es investigado en causas por lavado de dinero.
No es un dato para nada menor la presencia de Rusconi. A diferencia de Sal Lari y Rubinovich, quienes prácticamente no hicieron declaraciones, tiene un perfil más cercano a la confrontación y a la respuesta. Entre 1999 y 2001 fue titular de la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando. Y este año el gobierno lo propuso como fiscal ante la Cámara Federal de Casación Penal, pliego que luego fue frenado por el propio Ejecutivo.
Más allá de la defensa de Diego Lagomarsino, el asesor informático del fallecido fiscal Alberto Nisman, el nuevo abogado de Báez actuó en casos de gran impacto político. Sin dudas, la defensa del ex presidente Carlos Menem en la causa por tráfico de armas a Croacia y Ecuador es una de las más importantes. Además, es representante de Nicolás Ciccone, en la misma causa donde se encuentra procesado el ex vicepresidente, Amado Boudou.
Defendió a Menem en la causa por contrabando de armas. En primera instancia, fue absueto.
El objetivo de Báez es mostrar una imagen “humanizada”. El foco de sus críticas continuará siendo el juez federal Sebastián Casanello, quien lo investiga por lavado de dinero y quien debe definir su futuro. De hecho, días atrás su hijo Leandro Báez apeló el fallo de la Cámara de Casación que confirmaba a Casanello al frente de la causa, ya que había sido recusado por su padre.
Así, el “enemigo” visible continuará siendo el juez federal al que acusó de haber estado presente en varias ocasiones en la Quinta Presidencial reunido con la ex presidenta. Y Cristina Kirchner podría ser una suerte de “enemiga invisible” en la causa. En cambio, la “lealtad” hacia Néstor Kirchner seguiría intacta.
El juez federal Sebastián Casanello investiga al empresario por causas de lavado de dinero.
El nombramiento de Rusconi al frente de la defensa de Báez se haría efectivo entre hoy y mañana. El empresario ya le firmó el poder para que asuma la representación. El objetivo es una tarea técnica. Incluso, no se descarta que la estrategia de la defensa sea cuestionar varios aspectos de la causa, como que sea investigado por lavado de activos. Mientras tanto, Báez continúa preso. Ya lleva 5 meses detenido en Ezeiza, tiene dos causas por lavado abiertas y en una Casanello ya solicitó que sea enviado a juicio oral.