Lo que más llama la atención es el facsímil del escrito. Roberto Baratta, ex mano derecha del ex ministro de Planificación Julio De Vido, presentó un escrito de su puño y letra, redactado en un cuaderno en la celda que ocupa en la cárcel de Ezeiza para pedir nuevas medidas de prueba en la causa en la que se investiga el perito trucho David Cohen, aquel que fue usado por el juez Claudio Bonadio en la llamada causa del Gas Natural Licuado (GNL), para sostener un supuesto millonario fraude al Estado por compras de energía que nunca existió.
En el escrito que presentó hoy ante el juez federal Sebastián Ramos, quien procesó a Cohen por falso testimonio por la pericia trucha, Baratta sostuvo que el perito en realidad fue parte de un mecanismo más grande, una pieza de un entramado llevado adelante por dirigentes del gobierno de Cambiemos, dirigentes políticos, abogados y espías para perseguir a ex funcionarios del gobierno anterior.
Es el mismo argumento que el empresario Cristóbal López desarrolló la semana pasada cuando declaró como testigo ante la jueza María Servini, cuando describió las maniobras de persecución, hostigamiento y coacción que sufrió por parte del gobierno saliente, en maniobras encabezadas por el propio presidente Mauricio Macri, quien el 25 de octubre de 2015 le dijo que necesitaba su canal de televisión (C5N) para poner en prisión a Cristina Kirchner.
“Hoy tengo la certeza de que la motivación real de Cohen no era realizar sólo una falsa pericia, la copiada y plagiada pericia era sólo una parte de su verdadero rol”, sostuvo Baratta y agregó que “Cohen fue parte de un sistema de persecución, espionaje, seguimiento y difamación mediática en mi contra y de mi esposa, hijos y familia”.
Según Baratta ese sistema “no sólo abarcó la denominada causa GNL, sino además Cuadernos y muchas otras. Este sistema de espionaje y persecución política y judicial no sólo se construye o se construyó sólo para joderme la vida a mi y a mi entorno familiar, el alcance es mucho más amplio”.
Después de realizar un análisis de los llamados telefónicos recibidos y realizados por el perito trucho, Baratta sostiene que “las indudables conexiones de Cohen con profesionales y personajes vinculados al espionaje, la política y hasta el gobierno actual, más la decisión de este último como política de estado y al estilo “pan y circo” de procesar y encarcelar a a funcionarios, sindicalistas y otras personas vinculadas al gobierno anterior poca duda deja que existió y aún existe un plan de persecución y encierro preventivo, cautelosamente llevado a cabo, y del cual Cohen fue parte de esta máquina maldita”.
Baratta denunció vínculos con Cambiemos de un perito trucho usado por Bonadio
Como ya lo había hecho a mediados de octubre, en otro largo escrito manuscrito de más de 40 páginas, Baratta volvió a vincular a Cohen con el estudio jurídico del ex ministro del Interior Carlos Corach, con el de la abogada Claudia Balbín y con el del diputado de Cambiemos e integrante del Consejo de la Magistratura, Pablo Tonelli.
Corach fue el jefe de Claudio Bonadio en el Ministerio del Interior, antes de que Carlos Menem lo designara como juez federal. Balbín fue la abogada que representó a algunos de los hijos de Lázaro Báez y su hijo, Santiago Viola, fue quien denunció una reunión inexistente entre la ex presidenta Cristina Kirchner y el juez federal Santiago Casanello, quien investigaba al empresario patagónico. Por esa falsa denuncia, Viola terminó procesado. A Balbín también se la vincula con un sector de los servicios de inteligencia del Ejército. Baratta también sostuvo que hubo llamadas con una empresa que pertenece a Nicolás Caputo, el amigo empresario del presidente Macri.
El día que Macri le declaró la guerra a Cristóbal López y cuando Angelici le confirmó que iría preso
Baratta pidió al juez que ordene una amplia pericia tecnológica para ubicar mediante un sistema de geolocalización donde estaban cada uno de los que hablaron con Cohen en los días previos a que presentara la pericia trucha en el juzgado de Bonadio y que derivó en su detención.
Las maniobras relatadas por Baratta tiene muchos puntos en común con la causa que lleva adelante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien investiga a una organización encabezada por el falso abogado Marcelo D´Alessio, estrecho colaborador del fiscal en rebeldía Carlos Stornelli, quien finalmente el viernes debe presentarse a declarar como imputado.
Stornelli fue quien en tandem con Bonadio acusó a Baratta. Pese a que la pericia trucha se cayó igual pidió que sea enviado a juicio oral por las compras de GNL.