por Rafael Saralegui
16 Octubre de 2019 16:39En la soledad de su celda, con un cuaderno y un par de biromes como únicas herramientas, Roberto Baratta realizó un detallado informe sobre las llamadas telefónicas realizadas por David Cohen, el perito que presentó un informe trucho en la llamada causa del Gas Natural Licuado (GNL) que instruyen Claudio Bonadio y el fiscal en rebeldía Carlos Stornelli. Cohen luego fue procesado por el juez federal Sebastián Ramos por el delito de falso testimonio, al comprobarse que el peritaje en cuestión había sido copiado de sitios de internet y que carecía de la mínima rigurosidad esperable de un experto.
Baratta, mano derecha de Julio de Vido cuando fue ministro de Planificación durante el gobierno anterior, está detenido en la cárcel de Ezeiza. Junto a De Vido fue procesado por Bonadio en la causa del gas licuado a partir del peritaje de Cohen. Cuando el perito fue procesado por falso testimonio por la falsedad de su peritaje, fue procesado nuevamente a partir del testimonio presentado por el falso abogado Marcelo D´Alessio, actualmente detenido y procesado en la causa por espionaje ilegal que lleva adelante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla.
En el escrito que presentó ante el juez Ramos, redactado de su puño y letra, sostuvo que Cohen no sólo fue un perito que realizó mal su trabajo por dejadez o incompetencia, sino que fue parte de una trama más grande, con ramificaciones en diversos estudios de abogados y dirigentes vinculados con el actual gobierno de Cambiemos, para perseguir a Baratta, De Vido, la ex presidenta Cristina Fernández y el resto de los imputados en la causa del GNL. Además sostuvo que hubo tareas de espionaje e inteligencia sobre los domicilios de sus familiares más directos.
Baratta no tiene una computadora con acceso a internet en su celda. Por eso les pidió a sus abogados que le informaran determinados números telefónicos. Así realizó un detallado informe sobre las llamadas entrantes y salientes de 7 números telefónicos que están a nombre de Cohen y las circunstancias y lugares donde se produjeron según los datos entregados por las antenas de telefonías, relacionados además con las novedades que se producían en la causa del GNL.
En el escrito de 44 páginas, con sus correspondientes anexos, Baratta hizo un informe con documentación que ya existe en la causa, ya que los números de Cohen ya figuran en el expediente, pero con el método y la paciencia que sólo puede tener una persona privada de su libertad, articuló los contactos entres las llamadas entrantes y salientes de Cohen con teléfonos correspondientes a estudios correspondientes al universo de dirigentes de Cambiemos. Y a reparticiones oficiales como al conmutador de Comodoro Py, en las fechas anteriores y posteriores a la presentación de la pericia trucha.
“Justamente, a partir del estudio de los titulares de los números de los teléfonos fijos de los cuales pude obtener sus titulares, las fechas de los llamados, las antenas y su ubicación, me surge un gran interrogante, si David Cohen fue y es simplemente un perito que realizó mal una pericia o si además formó parte de un sistema de persecución en mi contra y de todo mi entorno familiar”, se pregunta Baratta.
En su escrito, Baratta sostiene que hay numeroso llamados entre los celulares a nombre de Cohen y el “Estudio Corach y Asociados”. “Es de público y notorio conocimiento público la relación entre Corach y el juez Bonadio”, sostiene Baratta. Bonadio se convirtió en juez federal en 1994, pero su trabaja anterior fue como asesor y subsecretario del entonces ministro del Interior, Carlos Corach, durante la presidencia de Carlos Menem.
Baratta también consignó una gran cantidad de llamados entre los teléfonos de Cohen con los del estudio jurídico Tonelli, donde se desempeñan los hijos del diputado de Cambiemos Pablo Tonelli, quien además integra el Consejo de la Magistratura en representación del oficialismo. Tonelli fue uno de los más encarnizados perseguidores de los jueces que no se alinearon con el gobierno, no así de Bonadio, el juez que más denuncias por mal desempeño acumuló en el Consejo.
También consigna numerosas llamadas con el estudio a cargo de Claudia Balbín. El hijo de Balbín, Santiago Viola, fue quien denuncia una supuesta reunión del juez federal Sebastián Casanello con la ex presidente Cristina Fernández en la quinta de Olivos. Esa reunión nunca existió. Viola fue acusada de plantar testigos falsos y está procesado en una causa a cargo del juez Luis Rodríguez. Claudia Balbín fue abogada de los hijos de Lázaro Báez.
“Yo vi el programa de televisión de C5N denominado “ADN” cuando su conductor Tomás Méndez relató que cuando fue citado a declarar como testigo en la causa conocida como “ruta del dinero K” el fiscal Stornelli le presentó a la doctora Claudia Balbín como responsable del servicio de inteligencia del Ejército”, escribió Baratta. Y se pregunta si la pericia trucha la escribió Cohen o la abogada Balbín.
El detenido también consigna numerosos llamados recibidos por Cohen desde Enarsa (la empresa en la que estuvo contratado el falso abogado D´Alessio) y del Ministerio de Energía en tiempos de Aranguren. La tesis de Baratta es que Cohen no actuó sólo sino que fue parte de un engranaje con muchos componente. Algo similar a lo visto en la causa del juez Ramos Padilla. El falso abogado era un eslabón de una cadena con vínculos con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En esa repartición trabajó el ex fiscal Eduardo Miragaya, quien también estuvo imputado de haber plantado testigos falsos contra el juez Casanello junto a Viola, el hijo de Balbín.