Boca de pozo. Esa es la clave detrás de la nueva iniciativa del Gobierno para ahora intentar aumentar las tarifas del servicio público de gas en un 247% promedio para los usuarios residenciales y un 500% para las empresas y los comercios. Es que, según el ministerio de Energía, el precio del gas ni bien se extrae implica el 60% del total de la boleta.
Casi 400 personas, entre políticos y empresarios, expondrán en la audiencia pública.
Sin embargo, Juan José Aranguren, quien inauguró la audiencia pública, no informó sobre el precio de boca de pozo sino sólo sobre el de transporte y distribución, es decir, sólo el 30% del total de la estructura de costos. Por eso, la izquierda, que se movilizó hacia la Usina del Arte, denunció que el Gobierno no respeta el fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Desde YPF explicaron que los riesgos operativos justifican el aumento en el boca de pozo.
De todas maneras, el director suplente de YPF, Fernando Giliberti, justificó en los riesgos operativos la necesidad de financiar el boca de pozo: "Sólo uno de cada tres pozos tiene gas para extraer". Para peor, en los pozos de gas natural convencional, la producción cae un 50% en el primer año de vida del yacimiento.
El ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, rechazó el aumento en las tarifas de gas.
Por su parte, el representante del Instituto Argentino del Petróleo y Gas, Martín Cainbel, proyectó: "Hay que invertir US$ 20.000 millones durante los próximos 20 años para poder duplicar la cantidad de pozo perforados". Es que, según el especialista, la matriz energética dependerá en un 47% del gas natural.
Finalmente, el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, ahora presidente de la Comisión de Energía, rechazó ayer en Ámbito el aumento en el precio de boca de pozo: "Resulta preocupante que el fundamento técnico sea dolarizar los precios internos transfiriéndose así los ingresos de los hogares y empresas hacia un puñado de multinacionales sin compromiso de inversión".