por Leo Morales
07 Noviembre de 2022 10:05"Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría". El discurso de Cristina Fernández de Kirchner en el acto de la UOM dejó más de un título tanto para las tropas propias, como para su electorado. Sin embargo, el cruce posterior entre Máximo Kirchner y Alberto Fernández volvió a desordenar la agenda del Frente de Todos que no logra, pese al esfuerzo de la oposición y su furiosa interna, salir del espiral de las PASO del 2023. La puja por quién capitaliza la esperada recomposición salarial y el rol de Sergio Massa.
Por estas horas, una de las principales internas del Gobierno tiene que ver con la posibilidad de otorgar una suma fija a fin de año por decreto para elevar los sueldos y recomponer la pérdida de poder adquisitivo, fogoneada de forma constante por los elevados índices de inflación. Desde el kirchnerismo, exigen desde hace tiempo que la administración de Alberto Fernández vuelva a sacar "la carta política" que puso sobre la mesa en diciembre de 2019, sólo días después de su asunción.
"Pocos recuerdan que, en enero de ese año, se autorizaron dos aumentos de suma fija, por fuera de las paritarias, que permitieron darle un respiro a la gente después de los últimos cuatro meses de la gestión de Macri, que fueron asfixiantes", sostienen desde el ala "K" de la coalición. "Es imperioso que el gobierno cumpla al menos con una de sus promesas de campaña y, hoy por hoy, 'que el salario le gane a la inflación' debería ser una bandera de unidad, no de pelea", suman.
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Desde el entorno presidencial la lectura es otra. Desgastado por propios y ajenos, Alberto Fernández ya reconoce en la intimidad que no buscará la reelección; pero sostiene las alianzas que le quedan en pie; entre ellos la de los sindicatos, quienes se oponen a una recomposición salarial por fuera de las paritarias. "En 2019, el salario real cayó 20 puntos. Nosotros iniciamos una política a través de las paritarias, donde planteamos que el salario le gane a la inflación. Cuando mirás el empleo formal, efectivamente los salarios le han ganado a la inflación, el problema es que partimos muy de abajo. Dar un aumento de suma fija es romper la lógica de la paritaria", resistió días atrás el primer mandatario.
Desde la renovada cartera de Trabajo también se encargaron de desestimar la puja por una eventual suma fija. "Desde el sector gremial, el consenso general es la paritaria. No se habla de una suma fija, sino de un bono de fin de año", señaló la ministra Kelly Olmos. "La suma fija la descartamos todos", sumó el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer; al tiempo que explicó: "No es lo mismo un bono que una suma fija. Un bono hay actividades que lo tramitan en sus paritaria. La suma fija es otra cosa, es algo que se incorpora al básico y achata las categorías. Le quita la dinámica que tienen las negociaciones colectivas".
La suma fija es otra cosa, es algo que se incorpora al básico y achata las categorías"
La nueva grieta en la coalición gobernante volvió a encontrar a Massa en el centro "negociador". De ahí que desde el "albertismo" hayan interpretado los no tan inocentes guiños que le dedicó la vicepresidenta durante el acto del viernes. "Con Sergio estamos hablando para ver cómo hacemos para mejorarles la vida a los argentinos antes de fin de año, estamos charlando y viendo qué opciones hay", había marcado la cancha la semana pasada el propio presidente desde Brasil, tras el encuentro que mantuvo con Lula Da Silva.
"El 17 de octubre hubo dos pedidos concretos: la suma fija y el bono para personas en situación de indigencia", recuerdan desde el kirchnerismo, a la hora de ser consultados por la posición aún pendular en torno a este tema del ministro de Economía. Y, hay que decirlo, el anuncio del bono llegó sólo días después del acto y fue aceitado casi en tiempo récord por Massa.
Mientras desde Economía se mantienen al margen del debate público por expreso pedido del ministro, desde el albertismo sostienen que la nueva exigencia de la suma fija que realizó el viernes la vicepresidenta fue un "grito para la tribuna", en el marco de la guerra por las PASO que de hace un tiempo a esta parte incrementó las divisiones en la coalición gobernante. "No hay que discutir más, hay que gestionar", reiteran desde Casa Rosada, ahogados por la falta de gestión y por el avance del massismo en lo que a agenda económica respecta.