El encuentro estaba acordado. Mauricio Macri recibió a Elisa Carrió en la residencia de Olivos para dar formalmente inició a la campaña en la ciudad de Buenos Aires.
Después de la cita entre el Presidente y la jefa de la Coalición Cívica, se sumó al operativo el jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Se reunieron en una oficina aparte durante media hora y acordaron trabajar en conjunto. Alcanzó para sacar una selfie que rápidamente se volvió viral y para ratificar el entendimiento que ya habían logrado hace 10 días, cuando se juntaron por primera vez.
El sábado próximo habrá un timbreo nacional del PRO y Carrió estará ausente por razones de salud. Sin embargo, sus colaboradores recorreran los barrios de la ciudad junto a Larreta. Fiel a su tradición, el macrismo acompañará la caminata con un hasthag que esperan convertir en Trending Topic: #Cambiandojuntos.
Lilita tiene su bunker en Capilla del Señor y trata de moverse lo menos posible: ahí recibe a dirigentes y empresarios.
Carrió repite que se lleva bien con los vertices del poder del PRO, Macri, Larreta y María Eugenia Vidal. Sin embargo, una campaña con la gobernadora hubiera sido imposible. Lilita fulmina a los funcionarios que la gobernadora defiende, como Cristian Ritondo, Gustavo Ferrari y el jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi.
Con el jefe de gobierno, en cambio, todo es armonía. Anoche en TN, Carrió lo colmó de elogios y defendió la postura de "Horacio" en contra de reprimir los piquetes en la ciudad.
Todavía no hay programada una actividad en la que coincidan Macri, Carrió y Larreta en la ciudad. Pero ya llegará. El macrismo ya logró lo más difícil: encausar la energía de Lilita hacia la ciudad de Buenos Aires y dejar la madre de todas las batallas en manos de Vidal: con eso -sostienen cerca de Jaime Durán Barba- estarán en las mejores condiciones para pelear en los dos frentes.